(Las imágenes y el texto de este artículo, no corresponden a los contenidos del libro «Casinos de Huelva»)
Miguel Mojarro.
Entre mis pecados confesables, está uno que es permanente tentación, pese a todo y a otros: Ir a Aracena. El motivo es múltiple, pero al tiempo sencillo y de fácil justificación. Porque en Aracena hay una lista generosa de motivos que atraen y de placeres a los que no se les puede decir no.
Cuando caigo en esta tentación, siempre empiezo por un lugar emblemático, por su belleza y por su enjundia social: El Casino Arias Montano. Y me siento frente a él, abajo en la Plaza, en uno de esos bancos que permiten admirar y gozar de la vista excepcional de una fachada no menos impactante. Luego, una vez satisfecho el deseo estético, saludo a mi amigo Jesús y me siento en una de las mesas de la acera del Casino, con un café y el regusto colocado. Porque estar sentado en esta puerta, es uno de los placeres mas notables que se pueden pretender en los casinos de Huelva.
Por aquí pasa el amigo y el nuevo, el que trabaja y el que mira, el de las prisas y el observador, la mujer con marido que la sigue y el hombre con hijo enfadado, … , además de todo aquel que busca un lugar donde regodearse con sabores propios.
En mi última visita a Aracena, como siempre con Marcelo, nos encontramos con importante afluencia a la entrada del Casino. Y corrillos que comentan. Y caras de entendidos. Y sombreros que parecen indicar que hay tema dentro.
Tema de enjundia, que no es ajeno a la zona, por su vinculación a actividades ganaderas y al espectáculo de los toros. Porque dentro del
Casino, tres charlas son acogidas por esta sede con el tema de los toros sobre la mesa. Más bien es la Plaza de Toros de Aracena la protagonista, porque cumple años. Nada menos que 150, que ya de por sí es motivo de celebración especial. Y si encima el ponente es Don Rafael Ortiz Chaparro, el acontecimiento es notable. Aracenense de pro y médico notable, nadie mejor que él para pregonar a los cuatro vientos los valores de este coso, enclavado en localidad puntera en esto del ganado.
Pero algo que aquí viene a cuento reseñar, es el marco en el que se celebran estas actividades culturales y sociales: El Casino Arias Montano. Como debe ser. Porque los Casinos son baluarte imprescindible en el mantenimiento y difusión de la cultura. Por eso el Casino de Aracena tiene siempre abiertas sus puertas a eventos que pregonen su militancia en estos pagos.
Hoy, de nuevo en Aracena, vuelvo a gozar de un placer que solamente puede conocerse si se disfruta: Sentarse en la puerta y tomar un café con la compañía de la sombra veraniega de la mañana y el paso atractivo de un mundo variopinto.
En el libro «Casinos de Huelva», decimos algo que hoy nos parece especialmente valioso: «El Casino Arias Montano, sobre la hermosa Plaza del Marqués de Aracena, reina soberbio. Sin que los poderes tradicionales de Iglesia y Estado le quiten protagonismo a su presencia impresionante en la asombrosa esquina».
Asombrosa e inimitable. No hay esquina en los casinos del Sur comparable en belleza y seducción a ésta que se nos ofrece en Aracena, como «salón exterior» de un Casino que enamora. Porque ese es el término, enamora, allí donde otros verbos quedan opacos ante realidad tan brillante. Basta con ver este Casino, para que uno se adentre en la curiosidad del goce de otras obras de Aníbal González en la localidad, interesantes por ellas mismas, pero es el Casino quien abre la puerta al deseo de ampliar el goce arquitectónico en Aracena.
La arquitectura como marco, como sede del placer, como estuche de valores. El Casino de Aracena es la suma de patrimonios artísticos y sociales. Patrimonio en sí mismo y por su presencia en la sociedad local. Aun siendo una entidad privada, su actividad social y cultural va más allá de lo que el entorno marca. Éste sería un buen sitio para hacer una propuesta, realmente demagógica (pero no descabellada), de «casinos al poder».
En Aracena, una vez realizado el obligado disfrute de pasear por sus calles y visitar sus bares, el Casino es parada y fonda final. Para descansar y para hacer reseña interior de lo gozado. Y para charlar con el amigo, con sosiego, con café y con la sensación de estar a gusto.
Pero va más allá la presencia del Casino en eventos culturales. O más bien la presencia de estos eventos en el Casino. Porque Marcelo, que había desaparecido momentáneamente al ver pasar a su amigo Alfredo por las cercanías, me llega, con rostro iluminado, para darme información «caliente»:
– «¿Sabes qué hay en el Casino estos días? Nada menos que una exposición de uno de nuestros más admirados pintores onubenses, Iganacio Alcaría, valverdeño de la cosecha del 48».
Es una muestra más de cómo el Casino Arias Montano es marco deseado y deseable para las manifestaciones culturales. Como debe ser, que para eso los casinos son herederos de la vocación cultural de los ateneos en el Sur.
Marcelo se sienta en mi mesa, con nuestro amigo Alfredo y con otra persona, desconocida para mí, que me es presentada como Presidenta de una asociación de la que ya tenía datos, por su labor importante en Aracena con actividades culturales y de difusión.
Es la Asociación Albuhera, que reúne en su seno a un numeroso grupo de personas amantes del patrimonio propio y de la cultura ajena, que también es importante. En gran número maestros y profesores de centros docentes, son un baluarte importante para la difusión cultural en Aracena y como apoyo a actividades de este tipo.
Albuhera es una peculiar asociación cultural entre las de la provincia de Huelva, porque tiene una sede muy relacionada con la actividad casinera. Sus reuniones se celebran periódicamente en el Casino Arias Montano, por lo que se convierten en la más clara evidencia de la aportación que el Casino hace al mundo cultural, como una de sus actividades predilectas.
Alfredo, Presidente que une a su formación personal una buena dedicación a la vertiente social del Casino, nos aporta una importante noticia sobre el vigor de la masa social en los últimos meses.
– «Este verano pasado, la animación en el Casino ha sido especialmente atractiva. Terraza llena de gente, a unos niveles muy superiores a lo habitual».
Y no oculta su satisfacción por la salud del Casino, porque no en vano es un incondicional de estas entidades sociales, que en el caso de Aracena alcanza cotas importantes de influencia en la zona.
Un incremento de una veintena de socios en el último año, son aval suficiente para su gestión, en unos tiempos en los que las dificultades son especialmente duras. Pero el Casino de Aracena marca pautas para la evolución. Sólo hay que venir a sentarse en su «salón de verano», localizar a su presidente, Alfredo, charlar unos minutos con él y salir de aquí con el ánimo subido sobre la vida casinera.
Y si son amantes del rey de los juegos, el billar, suban con alguien que sepa al primer piso y acaricien con la vista la hermosa mesa, grande y armoniosa, con lámparas de tulipa propia, ventanal atractivo y sillones para el descanso momentáneo del que no está jugando. Y para los mirones, como está mandado.
Si no es suficiente, busquen a la Señora Conserje, mi amiga Mari, para que complete la impresión de que para que un conserje sea eficaz basta con que ponga sobre la mesa el saber hacer adecuado y las ganas necesarias.
Pregunten si no a otra amiga mía, Mari Carmen, en una de las librerías más agradables de la Sierra. Ella sabe mucho del Casino, porque no en vano ha sido compañera de acera durante años y sabe de los interiores de cada socio. Pero su librería no debe ser ignorada en un paseo por Aracena, porque mi amiga Mari Carmen gana con su trato agradable a quien compra el primer periódico del día. Yo la conocí junto al Casino y desde entonces soy cliente de sus periódicos y de su agradable trato. También es casinera de pro.
Pero volvamos al Casino, porque hay cosas dentro de él que no deben ser olvidadas en una visita al lugar. En ambos pisos, justo en la parte de la fachada que se abre a la Plaza, la panorámica que ofrece del hermoso exterior, especialmente en el piso de arriba, es algo que no se olvida. Por eso en mi última visita dejé pasar unos minutos dedicados a la contemplación de un entorno bajo mis pies, que hacen de este Casino un otero privilegiado de urbanismo sureño y de Plaza bien cuidada. Y mirar el hermoso caserío, la plaza de un blanco de plasticidad increíble y el Castillo al fondo, como queriendo volver a ser parte de Aracena.
Bella plaza que incorpora en uno de sus laterales otro edificio que fue también Casino, el casino “obrero”, desaparecido en los años 70. Pero conserva edificio y parte del interior, convertido hoy en local comercial que puede ser visitado. Había tres casinos, todos en la misma plaza: Obreros, artesanos y ricos (El actual), pero los edificios se conservan y aportan su prestancia al lienzo este de la Plaza del Marqués de Aracena.
Aníbal González, enamorado de Aracena, como muchos de nosotros, trazó fachada, estructura y cúpula de un Casino que es atracción inevitable en todos mis viajes a la zona. Pero con una cúpula esférica, que no sobrevivió demasiado tiempo. La actual es de diseño diferente que añade estilización a un edificio que es todo armonía vertical. Y blanco del Sur. Para que la luz de aquí tenga respuesta adecuada a su osadía.
Por aquello de que la zona es ganadera por excelencia, el Casino no podía estar al margen y acoge cada dos jueves la «Mesa de precios», que establece criterios de precios para vacuno, porcino, ovino y caprino. Los casinos son sedes de cultura y de ocio, pero no está reñida su presencia con los asuntos de la economía. Sobre todo de la economía relacionada con la carne, algo tan serrano y prestigioso.
Y no debe uno salir de aquí sin que boletus o gurumelos hagan su trabajo en nuestra debilidad culinaria. Ya saben: Jamón y gurumelos en el bar que nos recomienden y café en el salón del Casino, fuera o dentro, que para eso están las estaciones. Pero en el Casino, que es lugar de llegada y de salida. Aunque la salida de Aracena se haga siempre un poco dura y su recuerdo sea siempre una promesa de regreso.
Yo tomo café con quien se tercie allí, que para eso están amigos como Julio, José y Manuel (Ellos saben quienes son) que un día me acompañaron en una improvisada tertulia en el salón interior. Siempre recordaré la fina ironía de uno, el saber estar de otro y la afinidad profesional del tercero. Los buscaré en mi próxima visita a Aracena, porque son un recuerdo grato.
Mientras trato de armonizar estas líneas, Marcelo se hace un aparte con Alfredo y le cuenta cosas de cuando recorría la Sierra con su padre, en aquellos años primeros del Casino, porque en él realizaban tratos y firmaban acuerdos con un apretón de manos.
Así marchamos, camino de Fuenteheridos, donde José Vicente y Carlos nos esperan para impregnarnos de un emporio cultural que están forjando entre varios locos enamorados del tema. Y de su pueblo. Pero gracias a la colaboración que tienen en dos pintoras de clase: Mª Reyes y Lilia, que le dan a mis amigos materia para presumir ellos.
No es mala cosa eso de estar a caballo entre Fuenteheridos y Aracena y venir por las mañanas a desayunar, en la estación de autobuses, un café con las mejores porras de Andalucía y parte de lo demás. Aquí vengo con Lola y Manuel, mis dos agentes de sabores de la Sierra. ¡Y bien que saben … !
En Aracena, hay que saber estar. Pero también hay que saber venir, con la agenda llena de propósitos y el reloj guardado en el zurrón.
Con sosiego. Aracena es otra cosa.
Equipo Azoteas
3 comentarios en «Aracena. Sociedad Recreativa y Cultural Casino Arias Montano: El estilo como patrimonio»
que bonito eacrito-reportaje, de nuestro Casino ARIAS MONTANO, la verdad una «Joya», como otra de las tantas de mi aracena querida, me crezco y enorgullece cuando alguien
que no es vecino vuelca su buen gusto, en algo que tenemos aqui, y como tal no reparamos, puedo decir que yo particularmente, con 76 años cumplidos soy socio desde mis 20 años, y so muchas las horas que he disfrutado de el. Gracias a los antepasados que crearon esta belleza, bajo la direccion de D. Anibal Gonzalez.
Buenos días
He encontrado varios negativos de principio de siglo de la zona de Huelva. Aparecen muchos monumentos de Arias montano y fotos en su sociedad , fiestas etc,
Me gustaría saber a quien pueden interesarles