La Asociación de Amigos del Ferrocarril Onubense promueve convertir la estación de Huelva en un museo ferroviario

A.R.E. Desde que en 1727 comenzara la explotación minera de Riotinto, el ferrocarril ha jugado un papel muy relevante en la articulación de las comunicaciones en la provincia onubense. Fue en la segunda mitad del siglo XIX, movidos por la necesidad de conectar los centros de extracción de minerales con las vías fluviales (Puerto de Huelva, de Sevilla y río Guadiana) para dar salida al valioso material, cuando se creó en Huelva una importante red de líneas ferroviarias que fue muy envidiada en otros puntos de la Península. 

De aquel legado, que llegó a representar el 5,3% del total nacional en 1890 de todos los anchos y el 21,1% de los ferrocarriles de vía estrecha, en total 668 km de vías férreas, poco o nada se conserva en la actualidad. La mayoría de las líneas fueron desmanteladas con el declive de la actividad minera y el consecuente cierre de las empresas explotadoras.

Con el fin de recuperar parte de ese patrimonio minero y evitar que el más reciente corra la suerte del anterior, se ha constituido la asociación oficial de Amigos del Ferrocarril Onubense. Una entidad, registrada el pasado 8 de marzo, cuya junta directiva componen Joaquín Albillo el calidad de presidente; Elías González, vicepresidente y Francisco Sánchez como secretario.

Internet y las redes sociales pusieron en contacto a estos apasionados de los trenes que, tras conformar una plataforma digital durante varios años, ahora al fin han dado forma jurídica a su vinculación. En total, 32 personas, no sólo de la provincia de Huelva, sino también de otras como la lejana Murcia, dan vida a la nueva entidad, que ya ha empezado a moverse para alcanzar sus objetivos.

Su principal meta es que la estación de tren Huelva Término, también conocida como estación de Sevilla, se reconvierta en un museo ferroviario cuando la nueva de Las Metas la releve de sus actuales funciones, un hecho que, según las fuentes de la Asociación, tendrá lugar dentro de aproximadamente un año. «Calculamos que para 2018 empezará ya a funcionar la nueva estación porque las obras están muy avanzadas, a un 80%. Los accesos es lo que va más atrasado. Su aspecto será como la de León, pues es el patrón arquitectónico que siguen todas las nuevas estaciones de Adif desde hace dos años», explica el secretario de la Asociación.

El colectivo ha mantenido reuniones con representantes de diferentes instituciones públicas, como el Ayuntamiento, la Diputación y la Autoridad Portuaria de Huelva, en las que ha expuesto sus propósitos y han comentado la necesidad de disponer de una sede en la que seguir trabajando. Gracias a estos encuentros, la Asociación ha podido saber que Adif ha llegado a un acuerdo para entregar el edificio neomudéjar de la actual estación de tren al Consistorio tan pronto deje de estar operativo. Además, Francisco Sánchez afirma que «van a hacer un corredor verde desde la plaza del Punto hasta el Muelle de la Compañía Río Tinto. La estación de Sevilla quedaría en el centro del recorrido, así que sería ideal para poner en marcha en ella un museo».

La espacio museístico dedicado al patrimonio industrial de Huelva y la puesta en valor de la historia ferroviaria de la provincia se articularía en diferentes propuestas concretas. Se daría cabida a maquetas a escala, una sala de documentación, otra de proyecciones, simuladores y exposiciones itinerantes a fin de hacer dinámico el contenido del centro. Habría una sala permanente, dedicada a enseñar la historia de la provincia y el ferrocarril durante los siglos XIX y XX, cuando la actividad minera conformó aquella extensa red de vías.

Como curiosidad, apunta Sánchez, «las vías del ferrocarril de Tharsis tenían un ancho especial, único en el mundo, que obligó a hacer locomotoras específicas para ese recorrido». Datos como éste serían los que se difundirían en el museo de la estación, y detalles como que el crecimiento de la ciudad de Huelva estuvo limitado durante años por el trazado de dos trenes: el de Zafra y el de Sevilla.

Otra de las ideas de la Asociación es mantener la playa de vías para colocar sobre ellas material móvil, como vagones y locomotoras, en los que los visitantes puedan subir y descubrir mediante la experiencia directa cómo eran los trenes de época. En este sentido, el secretario de la entidad asegura que «el Puerto de Huelva está dispuesto a ayudarnos cuando tengamos el museo y nos cederá casi seguro alguna locomotora o un vagón».

Los socios, algunos de ellos ferroviarios de profesión, serían los responsables de localizar y gestionar la cesión de los materiales que darían vida al espacio. Así, además de los propios que pudieran aportar y de los que les facilitaran distintas entidades, contarían con la ayuda de la Federación Andaluza de Amigos del Ferrocarril, de la que además son cofundadores. 

Otra de las propuestas de la Asociación, que ya ha expuesto a representantes del Ayuntamiento y la Diputación de Huelva, es construir un pequeño tranvía al estilo antiguo que sirva de reclamo a los cruceristas que desembarcan en la capital onubense, además de tener un uso funcional, para movilidad de los propios ciudadanos. La idea es que el tranvía discurriera por el Muelle de Río Tinto, el museo, la nueva estación de ferrocarril, daría la vuelta por El Punto, la Gran Vía, Zafra, Aqualon, el Puente Sifón, la rotonda de Corrales y el Muelle del Odiel.

De cara al próximo año, el objetivo de los Amigos del Ferrocarril de Huelva es seguir recabando apoyos institucionales, de entidades sociales y empresariales, y captando nuevos socios para poner en marcha este proyecto, dar una nueva funcionalidad a este edificio neomudéjar que, además, les serviría de sede.

«Huelva no se puede permitir tirar estos edificios, ese patrimonio arquitectónico. La estación de Huelva es una de las más antiguas de España y el interés que tiene la provincia a nivel ferroviario es enorme. Ya se destruyó mucho, y ahora vamos a luchar para que se preserve lo máximo de lo que queda», asegura convencido Francisco Sánchez.

Con el tiempo veremos si este proyecto logra avanzar hacia una realidad, pero qué duda cabe que el simple hecho de que surjan iniciativas como ésta pone de relieve la preocupación ciudadana por la desaparición de edificios históricos e infraestructuras industriales, previendo, como en este caso, con un año de antelación el futuro del edificio. Una inquietud que demuestra que la mal conocida como «apatía onubense» está abandonando Huelva.