Una psicóloga hace el primer perfil psicológico de Muleman tras leerse siete veces el libro

La psicóloga, en una de sus lecturas.
La psicóloga, en una de sus lecturas.

José Manuel Alfaro. Tras una lectura minuciosa de los textos y una exploración intensa de las ilustraciones de libro, Ángela Rodríguez de Castro (Moguer, 1989), mujer, lectora, librera y licenciada en Psicología por la Universidad de Huelva, nos hace una aproximación al perfil psicológico de Muleman, tras una lectura profunda, en busca de la identidad del protagonista de una historia, que no le ha dejado indiferente. Un análisis que comparte en las siguientes preguntas que ha contestado para nuestro diario.

Filóloga y psicóloga en terapia.

-¿Cuántas veces se ha leído el libro?
-He tenido que afrontar la lectura del libro al menos en siete ocasiones y en cada una de ellas lo he hecho desde una posición diferente. La primera vez que lo leí fue de pie, nada más adquirirlo, fue una lectura rápida, casi sin entretenerme en las ilustraciones, quería leérmelo aunque estuviera inmersa en todo el bullicio del mismo día de la presentación. Fue una lectura tan rápida que ni siquiera pude saborearlo, fue un leer por leer, como si fuera un alumno de secundaria que se tiene que leer el Lazarillo de Tormes un día antes de tener el examen de compresión lectora. Pero cuando llegué a casa, abracé a mi hija, le cambié el pañal y la arropé hasta quedarse dormida, me senté en el sofá y me lo volví a leer por segunda vez más detenidamente, hasta que me quedé dormida. Pero no ha sido hasta el día siguiente, después de dormir esa noche cuatro horas, ya en mi despacho, sentada antes del amanecer delante del libro, cuando he podido hacer una tercera lectura que me ha llevado a esbozar algunos de los aspectos de la personalidad de Muleman. Detrás  de esa chaqueta y corbata, nos encontramos a un personaje ambicioso y luchador, al que estoy convencida que si le pasara un Test de personalidad obtendría una puntuación elevada en el rasgo o factor O, Apertura a la experiencia.  Ya que es un sujeto, por  llamarlo de alguna manera, abierto a nuevas experiencias, consecuente al máximo con sus emociones y consciente de lo que implica su rutina.



Durmiendo a su hija Ana.

-¿Son necesarias para lograr entender al personaje, siete lecturas o habría que hacer alguna más?
-Leerse un mismo libro, es una de las cosas que puedes hacer infinitas veces y no cansarte. No es como otras actividades más domésticas, como limpiar el váter, preparar la comida, cambiar pañales, recoger los vómitos de mocos de tu hija del suelo, hacer la cama, que la verdad, son cosas que cansan más que un día en la playa sin siesta. Pero leerse un libro del que habías disfrutado de su lectura, es una de las cosas más gratificantes que existen en la Tierra.Leer no solo es importante para adquirir conocimiento, no tener faltas de ortografía,  saber expresarnos, adquirir vocabulario o aprobar los exámenes de lengua y literatura. Lo mejor es, que a través de la lectura mantenemos activa a las neuronas, algo  que nos hace ser personas reflexivas y críticas. Aprender a disfrutar con un libro, a cualquier hora del día, o de la noche, desconectar de tus obligaciones y meterte en el pensamiento de Muleman o de otro libro y tras siete lecturas, ver el reflejo de tu historia de vida en él, es una experiencia gratificante. Leer un libro que te ha marcado, hasta el infinito es posible y necesario, porque el regalo que nos ofrece cada lectura, tiene mucho que ver con el estado de ánimo, tu edad, profesión o tu sexo. Y eso tiene que ver más, no tanto con la lectura sino con el recuerdo  y la emoción vivida con ese libro.

Psicóloga, en acción doméstica.

-¿En qué lectura empezó a entender el libro?
-No fue hasta la cuarta, como si se tratase una de las sevillanas de los Marismeños, cuando por fin después de sentarme en el sofá cinco minutos, sin que nadie pronunciara mi nombre, empecé a vislumbrar en esa lectura, la complejidad de todos los protagonistas que participan activamente en el libro, como son los niños, ancianos, políticos y otros seres más pasivos a través de sus ilustraciones como bombas, naves extraterrestres, tapas de alcantarillas y un sinfín de objetos que aparecen sumergidos en las impresionantes y minuciosas ilustraciones de Raúl López. Porque tengo que ser sincera, para empezar a hacer un análisis psicológico del protagonista principal y de quien lo ha creado, además de estudiar psicología 5 años en la universidad de Huelva, hacer un máster en intervención psicosocial,  este libro hasta que no te lo lees cuatro veces no eres capaz de hacer un análisis somero del ser y las circunstancias que rodean a Muleman.


Puerto de Huelva

-¿Dónde reside la complejidad de entender el personaje?
-Esa pregunta empecé a resolverla en la quinta lectura, un domingo a las 12 de la mañana tendida en la cama y cuando salió la última persona por la puerta de mi casa, eché la llave y desconecté el timbre por si acaso. Leer es una actividad que requiere cierto grado de calma y paciencia, y esa ha sido la clave en esta lectura. La dificultad que encierra el personaje y su lucha interna reside en esos calificativos.  Muleman es muy paciente y reflexivo, y en un mundo como en el que vivimos que queremos respuestas inmediatas a cada estímulo que lanzamos. Es muy complicado mirar de frente a un personaje con esas cualidades y darte cuenta de tus carencias.

Portada del libro.

-Pensó en abandonar a su suerte al protagonista en la sexta lectura. 
-Cuando llegué a la sexta lectura mientras caminaba por el pasillo y vi el estado en el que se encontraba la cocina, casi abandono. Llegó un momento que estuve a punto de derrumbarme y ponerme a gritar y llorar como un bebe, en ese momento estuvo a punto, de casi darme un síncope, pero logré sobreponerme mirando a otro lado, a la pared del pasillo, llena de los garabatos con rotulador de mi hija. Pero en mi caso, después de cinco lecturas, estaba preparada para esto y una silla llena de ropa de cinco lavadoras sin planchar. Cuando se es madre y psicóloga, a medida que va pasando el tiempo no solo vas adquiriendo la capacidad de importante todo un pepino, sino que la resiliencia se hace un hueco en ti hasta casi ocuparlo todo, una resiliencia, que no es otra cosa que la capacidad que tienen las personas  para hacer frente a las situaciones adversas de la vida y saber adaptarse positivamente. Fue esa resiliencia y una onza de chocolate lo que logro transformar mi frustración en esa energía positiva que te hace casi indestructible como a Muleman,  cuya personalidad confusa, me ha enseñado durante su lectura  “que nadie puede destruir tus verdaderas metas y sueños, si quieres puedes”.

En sus ratos libres.

-Ha llegado a saber quién es verdaderamente Muleman. 
-Tras la séptima lectura si no tienes al menos elaborado el esqueleto del perfil del protagonista, una de dos o te han regalado el título y el master en la Universidad Juan Carlos I o es que a Muleman no lo entiende ni él mismo. Así que yo si te podría decir que he llegado a entender su historia y la psicología clínica que le impulsaba a hacer lo mismo una y otra vez. Todo el mundo necesita por economía cognitiva tener una caja de cartón vacía de un congelador, en la que poder desafiar al mundo y poder perseguir sus metas. Despertar y luchar por tus sueños cueste lo que cueste. Muleman no tiene miedo a salir de la zona de confort, tener las metas claras para no tirarse al vacío sin saber hacia dónde vas a caer. Se puede ver como Muleman tiene un marcado locus de control interno, que nos traslada a su propio mundo, un mundo muy enriquecedor, un mundo muy prometedor.  Me asombra ese nivel de introspección que el autor le concede a Muleman. Te puedo responder a esta pregunta con otra pregunta: ¿es Muleman el autor o el autor es Muleman?

Ángela Rodríguez de Castro (Moguer, 1989), es librera, psicóloga con máster de estudios e intervención social en inmigración, desarrollo y grupos vulnerables por la Universidad de Huelva, pero sobre todo es una mujer que ve en la lectura un instrumento poderoso no solo para hacer madurar y transformar a las personas, sino para cambiar un mundo en el que el entretenimiento y la consolidación de una sociedad absolutista visualmente, que está destruyendo la capacidad de pensamiento crítico de las personas. Pero si hay algo que con lo que disfruta esta mujer independiente, es leyendo y pasar con su hija todo el tiempo que puede, a la que le cuenta un cuento cada noche.

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