Martínez Navarro. El 7 de febrero de 1910 vuelve a pisar tierra onubense Pedro García Morales. Su objetivo es presentar una colección de poesías.
Y si los onubenses habían visto el rostro de sus paisanos en cien publicaciones por el cultivo del divino arte, vieron con gusto que una revista de tanta nota como “Europa” insertaba en sus páginas las primicias del Sr. García Morales, acompañado de su fotografía, rindiendo así honor a su talento. Extraigamos los siguientes poemas de su libro titulado “Gérmenes”:
“Clara tiene el alma templada
A la española:
Sufre, perdona, ama,
Se incomoda.
Finge con el donarie y la elegancia
De la mujer de Francia.
Aprisiona el ceñido guante
De ante
Manos suaves, luengas, sabias, finas;
Nímias las redondeces femeninas,
La dulce opacidad de su semblante,
De luz lunar la dentadura riega,
Cuando la boca sensual despliega…
Más hay un ¡ay! inevitable, aciago,
Que riela en sus ojos
Verdes como un lago,
Y un mechón blanco rompe la esperanza
Del pelo negro que es la noche oscura
Que cruza el caminito de Santiago”.
También perteneciente a la misma obra podemos citar estos versos que encabezaban la composición musical Esquisse Andalouse:
“Medianoche…
El búcaro rojo
Al relente cuelga
Son de guitarra…
Sueño en mi reja,
Caricias del aire,
Destellos de estrellas…”.
Su poesía está llena de irisaciones brillantes y fugaces, como las imágenes de un caleidoscopio, estando considerado en Gran Bretaña como un verdadero representante del moderno Renacimiento literario español (J. Fitzmaurice Nelly, Cambridge Beadinge in Spanish Literatura).
Años más tarde, 14 de junio de 2006, el profesor Eloy Mauricio Navarro Domínguez publicaba este libro de poesías de Pedro García Morales en un acto en el que agradecía al profesor Martínez Navarro haber promocionado al genial compositor.
Como escritor colaboró en numerosas publicaciones inglesas y españolas sobre música y literatura.
Así, el día 2 de febrero de 1912, aparecía una noticia alusiva en el diario “La Provincia”:
<<En Londres ha comenzado a publicarse una hermosa revista en castellano, que llevará por título “Hispania”.
El número siguiente, que tenemos a la venta, publica un artículo sobre música de nuestro paisano y amigo don Pedro García Morales>>.
Así, el día 2 de febrero de 1912, aparecía una noticia alusiva en el diario “La Provincia”:
De todas formas como poeta se contentó con esta sola obra. A partir de ella le llegarían los triunfos clamorosos como músico, siendo el año 1911 definitivo en su carrera de compositor. Su debut en esta faceta lo hace en junio de ese año en uno de los mejores teatros de la capital londinense, tributándole la prensa de esta capital caluoros elogios al maestro español. Así, el Daily Telegraph decía de sus composiciones “que tenían carácter y color propios”; el crítico Murray Davey califica a García Morales y Paul Rubens como dos “compositores reputados en Inglaterra”. Según el “Times”, “Morales es un compositor en el que se contrabalancean hábilmente los estilos declamatorios y líricos”. Según el “Standarte” se caracterizan sus obras “por la decidida originalidad de pensamiento”. Según el “More Morning”, “es un compositor que está en la plenitud de fantasía y libertad de todo convencionalismo…”.
Entre 1905 y 1911 escribió quince melodías para canto y piano sobre textos de su buen amigo Juan Ramón Jiménez, Gustavo Adolfo Bécquer, Velarde y otros poetas menores. Algunas de estas páginas de juventud están aún inéditas y otras se han perdido. De esta producción, que indica la predilección del compositor por la músical vocal, lo más importante es señalar que Pedro García Morales, comulgaba, en perfecta armonía de tono y espíritu, con esta mezcla de sutil gracia y melancolía que tiene la poesía del romántico sevillano. Esto se observa en las canciones tituladas “Hoy la tierra y el cielo me sonríen”, “Por una mirada un mundo” y “Tus ojos”.
Otras composiciones españolas fueron “El sol en tus ojos arde”, “Ven aquí tú, pastor lindo”, “Mañana de primavera” y “Porque cuaja en el aire la dulzura de abril”.
En la lengua de Williams Shakespeare compuso, a pesar de ser un defensor acérrimo del empleo de la lengua castellana en el canto, las siguientes canciones: “You call me still, mi life”, “This is the place”. Por último, en el idioma de Dante realizó las tituladas: “Canzonettas”, “Quandro cadran la foglie”, “O fiorellin di siepe”, “Nell’aria della sera” y “Un organetto suona per la via”.
Don Pedro era un excelente tirador. Así, en uno de sus viajes a su patria chica participó en un campeonato de tiro a pichones que se celebró en Ayamonte. “La Provincia” así lo contaba el día 12 de septiembre de 1911:
<<Se verificó ayer en el hermoso campo de la Sociedad Tiro de Pichón la tirada a pichones, tomando parte en ella notables tiradores de Ayamonte y llegados de Huelva.
Tiradores de Huelva: don José Tejero, don José Duclós, don Pedro García Morales…>>.
La saga de los García Morales siempre tuvo una economía saneada. Así, por ejemplo, el día 5 de enero de 1911, en la relación que da “La Provincia” en sus páginas, advertimos en la lista de mayores contribuyentes para las elecciones de Senador a los tres hermanos, Pedro, Antonio y Santiago.
El día 16 de julio de 1911 en el teatro londinense “Queen’s Hall”, Beretruce La Palma canta por primera vez melodías de Pedro García Morales. Dos días más tarde, en el “Aeolian Hall”, la misma diva, acompañada del prestigioso músico Ramschysky, canta otras canciones de nuestro biografiado.
Aunque estas canciones alcanzaron considerable éxito, su contribución capital a la música la ofreció con sus obras instrumentales Esquisse Andalouse o Boceto Andaluz (primera audición realizada por Kreisler en Londres en 1911 y estrenada en nuestro país el 2 de febrero de 1912 en el Price de Madrid por la Orquesta de Alabarderos que dirigía ese hombre, levantino de Lorca (Murcia), que era la pulcritud personalizada, que fundó en 1915 la Orquesta Filarmónica a la que fijaba, al no tener hijos en su matrimonio, como familia y se llamaba Bartolomé Pérez Casas, y Bagatelle, para violín y piano, estrenada también por Kreisler en 1912, que había actuado bajo la dirección de nuestro biografiado, como es el memorable éxito conseguido con la Sinfonía española, de Lalo.
Pero existía en lo más profundo del alma del músico el deseo de ofrecer a Huelva, en gentil donación artística, su obra cumbre Boceto Andaluz.
Todo estaba a favor de que esta aspiración se convirtiese en realidad: en Huelva y su provincia había un gran entusiasmo, por lo que el lleno del local donde se celebrara la función estaba asegurado y con ello se garantizaban unos suculentos ingresos para la altruista Asociación de la Caridad, en cuyo beneficio se daba el acto musical: como marco, el Teatro “Mora” era el incomparable, ya que sus dimensiones lo convertían en una sala de conciertos idóneo para la gran Orquesta Filarmónica que dirigía el maestro Arbós, que era el otro requisito para una noche inolvidable.
Para asistir a este concierto, Pedro García Morales vino días después procedente de Londres.
Y llegó la noche del 17 de abril de 1914 en el coliseo de la calle Gravina, la noche del gran estreno de Boceto Andaluz, la noche de la gran función de gala.
Comparada con ella, las noches de la Opera parisién resultaron menos luminosas y menos estrelladas.
En el inmenso hemiciclo de la sala se superponían, desde las butacas hasta las gradas, una serie de ramilletes femeninos más bellos que el ensueño de un poeta árabe.
En el proscenio, una Orquesta que contaba sus triunfos por conciertos: la Sinfónica de Madrid. El triunfo del día 17 fue ruidoso y soberano.
Era de ver la religiosidad, el silencio que embargaba al público mientras la gran Orquesta, dirigida por la maravillosa batuta del eminente Arbós, lanzaba al aire aquellas cascadas de armonía, ya de una ternura inefable, ya de una instrumentación prodigiosa, y era de ver, después, cómo la composición terminaba, drásticamente en un final de asombrosa precisión, y como en el jardín de otro ensueño wagneriano, las flores se animaban, las flores vivían e interrumpían en un frenético aplauso en premio y loor a la meritoria labor de tan geniales profesores.
Beethoven, Litz, Chaikoski, Mozart, Arbós, Turina y García Morales, esos maestros fueron aquella noche las delicias de los asistentes. Y a ellos también se les tributó con aplausos la admiración que irradiaba su música.
<<Varias horas –decía el crítico de arte del diario “La Provincia”- duró el concierto y un instante nos pareció.
¡Qué pronto se pasaron aquellas hondas melodías! ¿Cuándo volveremos en Huelva a oír una cosa igual?, exclamábamos al salir del Teatro. Y una mezcla de sentimientos alegres y desconsoladores daba a nuestras almas sedientas de tantas exquisiteces artísticas.
Dijimos antes que este concierto había sido, a la par que para la Filarmónica un triunfo para Huelva. y lo fue, en verdad, para Huelva, para un hijo esclarecido suyo, Pedro García Morales.
Pedro García Morales, que es un compositor de primer orden, gustando plenamente, entusiasmando su Boceto Andaluz, una página sentidísima, donde vemos aletear un precioso giro, la cálida y apasionada alma andaluza.
En el Boceto Andaluz, lo mejor que se ha escrito sobre nuestra tierra. Así, sinceramente lo creemos y así lo decimos.
Una efusiva felicitación al paisano y amigo>>.
Finalizando marco de 1915, “…En los conciertos que se vienen celebrando en el Hotel “Ritz” por la Sociedad Nacional de Música figura el nombre de nuestro paisano el ilustre compositor Pedro García Morales”, indicaba el diario onubense “La Provincia” el día 29 del citado mes y año.
Era notorio, por estas latitudes del Sur de España, que el hermano de Pedro García Morales, Antonio, era un violoncelo de categoría. Pero al no estar relacionada su profesión con el arte de Euterpe actuaba únicamente en su ciudad y en contadas ocasiones. Con el fin de oírlo interpretar, los managers de las grandes atracciones extranjeras de la música clásica cuando venían a España ponían condición, único modo de escuchar a los privilegiados hermanos, actuar en Huelva.
Ese fue el motivo por el que desfilaron por los teatros “Cómico” y “Mora” los más excelsos músicos. Así, el 30 de agosto de 1915 vino a la bella Sirena del Atlántico el célebre violinista Antonio Piedras.
El programa era de lo más selecto, figurando en él obras de Beethoven, de Grieg, Wieniakl, Fauré, Cortiel-kreslier y ¡cómo no! de Pedro García Morales.
Antonio Piedras deleitó al respetable arrancándole al violín efectos maravillosos: Dijo admirablemente el cuarteto de Beethoven haciendo sentir en toda su belleza la soberbia partitura del insigne maestro.
En el Boceto Andaluz hizo prodigios de mecanismo y de inspiración, interpretando admirablemente la hermosa música andaluza del onubense.
Por último, Antonio García Morales con el violoncelo estuvo genial y F. José Casas se constituyó en un dominador absoluto de un instrumento tan difícil como es la viola.
En 1920, 4 de noviembre, actuó en el Mora el célebre “Quinteto de Madrid”. Junto a Pedro García estuvo su amigo Joaquín Turina, “que es un familiar de hecho –añadía el redactor del diario “La Provincia”- interpretando y haciendo que el entusiasmo del distinguido público se desbordara en ovaciones…”.
Este año de 1920 marcó el comienzo de una etapa de infortunios en la vida del compositor. Así, el 7 de agosto de ese citado año falleció en Huelva su madre, doña Emilia, y su salud se fue quebrantando. Junto al lecho del dolor estuvo, como hijo solícito, Pedro. Pero siguió realizando una empresa superior a la de Hércules; Trabajo infatigablemente para dar a conocer en Gran Bretaña la música contemporánea española, mediante la palabra y por medio de los conciertos que constituían en Londres sucesos inolvidables. Como botón de muestra el celebrado el 2 de septiembre dd 1920. El acto fue organizado por su iniciativa y en él tomaron parte más de cincuenta profesores que él mismo dirigió.
Patrocinaron tan brillante concierto los ex Reyes de Portugal don Manuel y doña Amelia; la princesa Real doña Beatriz; S. E. el Embajador de España, la señora de Merry del Val y otras personalidades londinenses y de la colonia española, destinándose los productos de la fiesta al sostenimiento del ST. Dunstan’s Gistal.
Las más exquisitas obras de los jóvenes maestros españoles de la época fueron interpretadas ante un público selecto e inteligente por los mejores profesores de Gran Bretaña: Granados, Salazar, el maestro Falla, Turina, Albéniz, Bretón…
De García Morales se interpretaron todas sus melodías de tono menor, a excepción de su Boceto Andaluz y su Bagatela.
El viernes, 3 de marzo de 1922, obtiene Pedro García Morales un resonante éxito en Madrid. Cedámosle la palabra al “Diario de Huelva” para que nos enriquezca esta información:
<<En el último concierto dado en el teatro de “Price”, de Madrid, dirigido por Pérez Casas, se estrenó un “Boceto Andaluz” para violín y orquesta, de nuestro distinguido paisano y notable músico, don Pedro García Morales.
Los críticos de la prensa madrileña aprecian y elogian como merece la inspirada composición de nuestro querido paisano, y nosotros, por nuestra parte, nos congratulamos de este nuevo triunfo del Sr. García Morales en el excelso arte que con tan renovada fortuna cultiva>>.
A la vez que actúa como instrumentista y director, realiza un trabajo espléndido como crítico, escribiendo en los mejores diarios y revistas británicos. Estos son años de portentosa fecundidad que culminan en 1924 con la publicación del importante A Dictionary of modern music and musicians. A su vez ha aparecido citado, a lo largo de las décadas, en los diccionarios The Oxford Companion to music, The new Grove dictionary of music and musicians (1980), Gran Enciclopedia de la música clásica, Músicos españoles de todos los tiempos (Editorial Labor), El mundo de la música…
La vida de Pedro García Morales durante esta etapa se puede considerar como bohémica, pero sujeta a la dirección de numerosos y altruistas conciertos. Así, en el período entre 1927 y julio de 1936 dirige la London Symphony Orchestra, que da varios conciertos en el Royal Albert Hall; la Orquesta de la B. B. C. (British Broad-Castin Corporation) y a la vez se emiten sus conciertos por las diversas emisoras (Daventry 56 B London and Daventry 5 X X, London Region, National…), de la citada BBC, en calidad de director, y como musicalmente el onubense anteponía sobre la pulcritud el brillo, esta orquesta fue con él orquesta “brillante”. De ahí que obras de Falla, Turina, Guridi o Torroba fuesen preciosos descubrimientos para los amantes de la música excelsa, británicos. También dirigió partituras de Elgar Cyril Scott…
Podemos decir que en estos años las obras de García Morales, en las que brillaba el temperamento, el garbo, el donaire, la gracia de lo español, en suma, fueron asiduamente interpretadas por diversas orquestas. Así, a sus Miniaturas, la maravillosa voz de la soprano Leonie Zafido las convirtió en intimistas, aladas en el mismo ritmo, y con esta misma cantante su Mañana de primavera fue un buceo en un paraíso idílico.
Como trabajador-artesano de la partitura orquestó obras de Manuel Infante (Canción gitana) y de Laserna (Arieta española), en las que parece que prolonga Morales los personajes hasta la misma orquesta.
Pero es una bohemia llevada a la máxima expresión de refinamiento. Así, adquiere en las tertulias de los salones británicos notoriedad en la opinión sobre todo en música y literatura, y con el transcurrir de los años se convierte en uno de los hombres a la moda de la aristocracia del placer y consigue esa celebridad que consistía en ser citado y conocido en todos los salones de Londres como “Mister Morales”, ya que como los sajones tienen un solo apellido, a él el supuesto nombre que le daban era Pedro García, pasando el segundo apellido a ser el único.
En estos últimos años de la década de los veinte, Pedro García Morales continúa sin desmayo la promoción de la música culta de su país en el país británico. Hasta Huelva llegan noticias de sus éxitos, haciéndose portavoz de los mismos los diarios “La Provincia” y “Diario de Huelva”. Abramos la página del día 20 de abril de 1928, del primero de los citados, para conocer un nuevo logro de Mr. Morales:
<<Pedro García Morales en Inglaterra. Por tratarse de un paisano, nuestro distinguido amigo don Pedro García Morales, exquisito artista que a tan elevada altura se halla, dentro del mundo artístico, en España que goza de tanto prestigio como admiración, reproducimos lo siguiente del importante rotativo “The Daily Telegraph”:
“Festival benéfico. Música española. Por Robin H. Legger. El número de profesores de música española que han dirigido un concierto en Londres, ha sido muy limitado. Fernández Arbós, en los días anteriores a la guerra, cuando el distinguido músico pertenecía aún al Colegio Real de la Música, y Pablo Casals, el pasado año en el concierto de la Orquesta Sinfónica de Londres. Son dos cuyos nombres vienen a la vista. Puede que haya habido otros en tiempos pasados, pero en el momento de escribir no lo recuerdo. Como la música española ocupa ahora un lugar mucho más preeminente que hace veinte años, se acogió con gran interés la noticia de que en los Jardines de invierno de Bournemouth, que empieza el día 12 de abril, se hallaba incluido en el programa de fiestas algunas muy importantes de audiciones modernas de música española, dirigida por el músico español don Pedro García Morales, quien, desde hace mucho tiempo, se escuchaba como violinista en musicales de Londres. Este señor es alumno del Colegio Real de Música y en cierto tiempo, se escuchaba como violinista en nuestros salones de concierto. Él será -yo creo- el primer músico español que dirigirá una orquesta en un festival inglés. Como la música española está, rápidamente, ocupando el lugar a que tiene derecho propio en todos los repertorios musicales, es conveniente que la oigamos por medio puramente españoles para que podamos obtener una impresión real de esta música. Han pasado aquellos días en que oíamos música española del llorado Morzkowski. Don Pedro García Morales, quien por sus conferencias, hace diez años, trató de ilustrarnos en la realidad de la música de su país, me dijo, en una conversación, hace unos días, que esta música aún hoy, encuentra grandes obstáculos para pasar la frontera y más aún para que se cultive en Inglaterra. Las cosas sin embargo, van cambiando y los nombres de Granados, Falla, Torroba y Turina, ciertamente, son ahora mucho más familiares que lo eran antes. Depende de este entusiasta que nos tenga el hecho de que la música española no decaiga después de la difusión que ha pasado a adquirir aquí.
En Bournemouth, don Pedro García Morales ha dirigido la primera audición de la última composición de orquesta titulada “Sevillana”, cuyo autor es Joaquín Turina, de quien es otra obra “La procesión del Rocío” que el honorable Henry Woode y don Pedro García Morales han dirigido en el salón “Queen Hall” como también dirigieron la primera parte de la gran composición sinfónica “Evocación”, de Torroba. Este nombre solamente ha aparecido solo una vez en un programa inglés, cuando se escuchó su “Sonatina”, que nos dio a conocer el notable guitarrista, Andrés Segovia, en el pasado año.
Es ya tiempo de que nosotros conozcamos música netamente española interpretada por músicos españoles. ¿Por qué no habría de celebrarse varios conciertos españoles durante la temporada musical?>>.