Benito de la Morena. Está claro que el amor no es privativo de la primavera, que puede aparecer en todos los momentos del año y en todas las etapas de la vida y que tras desencuentros y malos tratos, también el amor busca sus resquicios, cual fluido poco denso como el agua, aunque ésta sea de manantial no clorado, pero en esta ocasión el agua ha estado estancada mucho tiempo, casi nueve meses y aunque haya sido filtrada, sigue dando olor.
Acabo de ver a dos líderes políticos que han reencontrado el “amol”; son los representantes del PP y CDs que estrechando la mano con la que hasta hace poco se daban sopapos, ahora se miraban embelesadamente como diciendo, que listos somos, nos hemos vuelto a “trajinar” a siete millones de españolitos resignados.
Triste, muy triste mi percepción, pero más triste aun cuando veo al noviete socialista despachado arremetiendo contra su antigua pareja y el nuevo “arrimado”, volcando por esa boquita todo lo que el pudor no permite responde y la inteligencia rechaza, pero ya sabemos que cuando hay cabreo las ideas se nublan y aparece lo peor de cada uno.
Y entre bastidores, risas y más risas, las de Pablo y sus adláteres preparando el ajuar para el nuevo casamiento, perdón, arrejuntamiento con el novio despechado, al que ya no importa el glamur con tal de satisfacer su rabia e impotencia y que ahora tendrá que escuchar mas frecuentemente el latinajo “potes, potuit” o lo que es lo mismo “Podemos, pudieron”
Y hasta nos parece gracioso si no fuera porque conozco a muchos jóvenes mejor preparados que ellos, que tiene que irse al extranjero a buscar sustento, o aceptar el salario mileurista y con la soga del despido acechando al menor fallo.
¿Sabían ustedes que esos representantes del pueblo tan simpáticos con los que nos desayunamos todos los días son inmunes al despido real? Puede que el partido les cambie cuando un juez y tras varios años, les condene a dejar el puesto, pero entonces se les busca otro adecuado, debido a su fidelidad, o se integra en la entidad a la que el político sirvió fielmente durante su mandato.
Lo que no percibimos es que los “partidos” reciben sus ingresos del pueblo mondo y lirondo, es decir, de nuestros impuestos, incluso de los impuestos del mileurista y que nuestro nivel de exigencia es prácticamente nulo, pero no sólo porque estemos desconectados de manera intencionada con las distracciones televisivas que recibimos, también porque el sistema electoral no contempla que haya un por ciento mínimo de votantes para dar validez a las elecciones.
Hoy en día, aunque solo votaran un diez por ciento del pueblo, las elecciones tendrían valor legal, aunque no lo tengan moral, y entre tanto manifiesto amoroso de “nuestros” representantes, a ninguno se le ocurre indicar que una votación no debe tener valor legal si no alcanza, al menos, un mínimo del 50 % del electorado, pues eso nos les conviene ya que podríamos ejercer el voto del castigo a través una abstención que, hoy, no significa nada.
Mi “amol” dijo el candidato y recibió la sonrisa del otro “enamolado”, pero yo les miro resignado en la esperanza de que se repita la historia de Romeo y Julieta.
1 comentario en «HOLA MI AMOL!!!»
Desde mi afiliación a Francisco, a Sancho, a Ulises y a Berlanga, tengo que abrir nuevo vínculo de militancia:
Con Don Benito de la Morena, que cada día pone la ironía, la indignación y la solvencia, al servicio de los lectores.
Y, además, con estilo que atrae y crea adicción.
Hoy voy a divulgar entre mis «allegados» el contenido de este artículo que me atrevo a calificar de obligada lectura.
Pero sólo para quienes leen.
Los demás, están dispensados.