Redacción. Todo un barrio apostado en los alrededores de la capilla del Cautivo pese a las altas temperaturas y los escasos rincones a la sombra. La hermandad de Penitencia del Santo Cristo Cautivo y María Santísima Madre de la Misericordia, por todos nombrada y conocida como ‘El Cautivo’, es la segunda cofradía en salir a la calle los Lunes Santos. A las 16.00 horas se abrían las puertas de su capilla, aledaña a la parroquia del Pilar, en pleno corazón de la Hispanidad.
Ni un gota de brisa corría mientras que los nazarenos salían rápidamente. Es esta una hermandad que tiene muy estudiada su organización y que con gran celeridad va entregando las insignias por tramos, al mismo tiempo que pasan los nazarenos. Poco después del primer martillo y los primeros sones de la Banda de la Salud, que aguardaba alineada a la izquierda de la capilla, se podían escuchar las palabras que el capataz José Antonio Vargas dirigía a la cuadrilla de costaleros después de santiguarse: «que sepáis que sois gente grande, que lo sepa Huelva entera, hombres grandes de la Hispanidad». Julia, una gran devota muy querida y conocida en la vecindad, se hacía cargo de la primera levantá y se fundía en un largo abrazo con el hermano mayor, Antonio Infantes.
Como novedades en el paso de misterio del Cautivo se encuentra el cordón del Señor y una nueva mesa de madera, últimos retos de una junta directiva que se disuelve para dar paso a otra diferente, después de 8 años de mandato. Cabe destacar que la imagen del Cautivo fue la última que talló el ayamontino León Ortega para Huelva y que en su llamador se puede apreciar la vinculación con el deporte, ya que fue el Decano del fútbol español quien lo donó a la hermandad; y también con la Marina, luciendo un ancla en el mismo.
Poco después se retiraban las ofrendas florales del palio de la Virgen de la Misericordia que iba a acompañada de la Banda Municipal de Villablanca, como lo viene haciendo desde 2012, y que rápidamente interpretaba ‘Campanilleros’ para el deleite de los presentes que aplaudieron entusiasmados.
En la balconada del asilo de la capital, un punto emblemático del recorrido de la hermandad de la Hispanidad, esperaban los saeteros Mario Garrido y Andrés Lepe la llegada de los titulares. Hacia las 17.00 horas hacía su aparición El Cautivo entre aplausos y la admiración de los centenares de onubenses que permanecían bajo un sol de justicia. Tras la saeta ‘Las manos del Cautivo’ Andrés Lepe estrenaba este mismo año, Sor Rita, la nueva madre superiora de las hermanitas de los ancianos desamparados del asilo, hacía su primera levantá, «con mucha emoción y disfrutando de la particularidad de la Semana Santa de Huelva, que es la primera vez que la vivo», contaba a HBN.
A la llegada del palio, minutos más tarde, se sucedían las saetas de Garrido y Lepe, de nuevo los aplausos y las ofrendas florales de los ancianos del asilo y los vecinos. La Banda Municipal de Villablanca entonaba ‘Rocío’ enganchando con ‘Costalero’ y todo el cortejo de la hermandad del Cautivo enfilaba así su camino hacia la carrera oficial. Pasadas las 19.30 horas hacía su entrada la Cruz de Guía en Placeta, a más de medio camino para volver a entrar en su templo, hacia las 2.00, hora estipulada de recogida.