Resuelto el misterio de las tres cabezas de indígenas de mármol halladas en La Rábida

HBN. El misterio sobre las tres cabezas de indígenas  aparecidas en La Rábida y que han suscitado el interés de miles de onubenses en los últimos días puede estar resuelto. Basándonos en el análisis de más de cincuenta fotografías antiguas del Monumento conmemorativo del IV Centenario del Descubrimiento de América inaugurado en La Rábida en  1892; en el estado de las esculturas; así como en las publicaciones de la época, podemos afirmar que las tres cabezas de mármol descubiertas en el Parque Celestino Mutis fueron piezas que formaban parte del monumento hasta finales de la década de los cuarenta del siglo pasado, cuando el arquitecto Luís Martínez-Feduchi realizó su primera intervención en el mismo que supondría una remodelación absoluta. Y podemos también indicar donde exactamente estaban ubicadas en el mismo.

En los últimos días, al hilo de la publicación en Huelva Buenas Noticias del misterioso hallazgo de las esculturas de cabezas de indígenas americanos, se ha especulado con la posibilidad de que fueran elementos realizados cuando se edificó el monumento que por alguna razón no llegaron a utilizarse. Según esta hipótesis, las esculturas fueron enterradas en su base, algo común cuando suceden este tipo de situaciones.

Un rasgo que presentan hoy en día las esculturas casualmente descubiertas son marcas de óxido en unas entalladuras, lo que indicaría que si estuvieron al menos fijadas a algún emplazamiento. El misterio se resuelve al observar varias fotografías –una en particular datada en el umbral del siglo XX- y su detalle –mostradas en este artículo-, que permiten identificar exactamente una de las tres cabezas encontradas que, por tanto, formaban parte del monumento cuando se tomó la fotografía en cuestión.

Según la Diputación Provincial, cuyo diputado de Infraestructuras, Alejandro Márquez, ha ofrecido hoy información al respecto, las tres importantes esculturas aparecieron en 2011 en el transcurso de los trabajos de restauración del monumento y bajo su coordinación un grupo de expertos estudia el destino que habrá que darles para su puesta en valor. Otras fuentes –miembros del grupo Ayer y Hoy: Huelva y sus pueblos, que dieron la pista del hallazgo- indican que las piezas fueron salvadas in extremis, antes de ser tiradas a un contenedor, por el buen sentido de un jardinero que intuyó la valía de las mismas.

Sea como fuere, Huelva Buenas Noticias lanzó la noticia del misterioso hallazgo en el Parque Celestino Mutis de La Rábida el pasado lunes y al cabo de menos de veinticuatro horas los medidores de tráfico en internet marcaban más de 40.000 visionados de la información, lo que demuestra que los onubenses tienen interés y se preocupan de su riqueza patrimonial.

Las tres cabezas formaban parte, hasta 1948 aproximadamente, de la decoración del tercer cuerpo del monumento. En el momento de su inauguración, en 1892, el conjunto constaba de tres partes: las escalinatas y la plataforma en la que desembocaban, que es donde descansaba el monumento; un segundo cuerpo, que era el pedestal, en cuyo tercio superior llevaba un balcón volado, con las proas que simbolizaban a la nao Santa María, a la Pinta y a la Niña; y un tercer cuerpo formado por la columna, de dos metros veinte centímetros de diámetro. Este cuerpo, en su tercio inferior, estaba decorado con tres grandes cartelas guarnecidas de guirnaldas, plantas marinas y otros elementos, y en la parte superior de estas cartelas se encontraban las tres cabezas de indígenas descubiertas con motivo de la última restauración culminada hace poco tiempo.

El monumento experimentó en las primeras décadas del siglo XX un notable deterioro, como muestran fotografías fechadas a principios de la década de los veinte, de modo que alrededor de 1925 hubo una intervención en el balcón volado, desapareciendo las proas de las naves colombinas. Entonces no fueron afectadas las cabezas de indígenas citadas, pero si en la profunda remodelación de Feduchi. Es cuando quedaron ocultas en el interior de la base del monumento, apareciendo en esta última restauración, al cabo de sesenta y cinco años, para asombro de los onubenses.

Cabe añadir que las tres cabezas corresponden a representaciones femeninas de indígenas de las tres culturas americanas pre-colombinas que los autores del monumento entendieron como más representativas: azteca, maya y taína.

Por tanto, ni las esculturas encontradas eran simples bocetos, ni pruebas o desechos del monumento original, ni debe caber duda en su catalogación. Eran piezas perfectamente identificadas contenidas en el mismo, lo que les atribuye un valor extraordinario, digno de una gestión eficaz que satisfaga las demandas de los miles de onubenses que han seguido con interés esta curiosa noticia.

Ahora queda por concretar su ubicación definitiva, a lo que el diputado de Infraestructuras ha considerado «prioritaria» la finalización de las obras que la Diputación tiene previsto realizar en La Rábida, siendo «uno de los lugares más probables para la ubicación de las tres piezas la nueva plaza que se va a construir en torno a la columna» y en la prolongación del paseo construido en el acceso sur a La Rábida. Según Márquez, una vez finalizadas esas obras, se designará la ubicación definitiva para las piezas que resulte «la mejor para todos» y que nuevamente contará con el consenso de todas las instituciones y colectivos implicados en el tema».