S. D. “No nos sorprende alcanzar una medalla, lo que no sabiamos era el color”. Esas palabras eran de Fernando Rivas, entrenador de Carolina Marín, que este domingo ha derriba la penúltima puerta de la historia -en Río de Janeiro puede estar la última- y se proclamó campeona del mundo de bádminton, al derrotar en la final a la jugadora número 1 de mundo, y actual campeona olímpica, la china Xuerui Li en tres apretados y agónicos sets: 17-21, 21-17 y 21-18, después de una hora y 18 minutos de sufrimiento y de gozo.
La malaya Jing Yi Tee, la china Yihan Wang, la taiwanesa Tzu Ying Tai, la india Pusarla Venkata Sindhu, y por último Xuerui Li, han marcado la trayectoria de la onubense en este torneo, al que llegó con la idea de mejorar los cuartos de final alcanzados un año antes en Guangzhou (China). Y vaya como lo ha mejorado. Con creces, colgándose un delicioso oro que la onubense quiso compartir con todo el bádminton español.
El partido ante Xuerui Li era una prueba dificilísima. En las tres ocasiones que ambas se habían enfrentado, la china había ganado. Pero esta era una final y, como dijo la propia Carolina en la antesala del partido, “¡vamos a por la china!”. Fue a por ella, pero a tenor de lo visto, aún está un escalón por encima.
Salió un poco encogida Carolina a la posta del Ballerup Super Arena de Copenhague. Una final del Mundial, ahí es nada. Por eso el 5-0 de salida que endosó la china a Carolina, que cuando entró en juego sí acreditó porqué había llegado hasta aquí. La onubense, poco a poco, fue entonándose, y al menos colocó el partido en un juego equitativo de aciertos y errores por parte y parte. Porque Carolina demostró su nivel, pero es que enfrente estaba la número 1 del mundo. Que la obligara a tirar de su mejor/excelente repertorio es un mérito añadido para la onubense.
Se llegó al intervalo con 11-7 para la china, que volvió a hacerle otro 5-0 para distanciarse, ya de manera definitiva en el marcador (14-7). Parcial que se lo devolvió la onubense (14-12) en el último atisbo de reacción. Pero Xuerui Li no estaba para dejarse sorprender, y tirando de le mejor que llevaba dentro, fue acercando poco a poco la resolución a su favor de esta manga, finalmente de su lado por 21-17.
Lo del segundo set fue para enmarcar. Carolina Marín sacó a relucir lo mejor que lleva dentro, y curiosamente fue un punto impresionante que cayó del lado de la china, para colocar el 13-8 a su favor, el que marcó la inflexión de esa manga. Comenzó la onubense mandando, con rentas de 3-1 y 4-2, contrarrestadas por una excelente Xuerui Li, que en una racha de aciertos, y con parcial de 5-0 a su favor, se fue al intervalo con la misma renta que en el primero: 11-7. Parecía que la china había logrado la ventaja decisiva, con ese punto mencionado que le dio el 13-8, en la que las dos jugadoras acreditaron porqué estaban jugando la final del Mundial.
Y es que a partir de ahí, Carolina, ambiciosa, agresiva y sacando su smash a pasear en más de una ocasión, no solo fue recortando la desventaja, sino que llegó a empatar a 15, para luego cobrar una renta de dos puntos: 17-15, con un parcial de 10-2. La onubense se dio cuenta que podía, y que en Xuerui Li se apreciaban síntoma de cansancio, con errores no forzados, eso sí, la mayoría llevados por el buen juego de Carolina que, poco a poco, sin fisuras, se apuntó la manga por 21-17.
Quedaba el tercer set. Un mundo. Carolina ya había mostrado sus cartas credenciales anotándose esa segunda manga, la primera que perdía la china en todo un torneo que ha dominado, hasta la final, ‘manu militari’. Y en el tercer ser llegó la apoteosis. Equilibrio de fuerzas al principio, con Carolina al mando de las operaciones. Contrarrestado por la reacción de la china, que endosó un 6-0 a la onubense, volteando el partido de un 8-5 para Carolina, a un 8-11 para la asiática.
Fernando Rivas, el entrenador de Carolina, le había dado claras instrucciones y estas pasaban porque la china no se disparara en el marcador, máxime cuando ya desde la manga anterior empezaba a mostrar algunos síntomas de debilidad. Se aferró a la pista del del Ballerup Super Arena de Copenhague la onubense, no permitiendo rentas superiores a los dos puntos cuando comenzó la remontada. Se acercó en el marcador, enseñando el lado más peligroso del precipicio a la china, malacostumbrada a plácidos partidos en este torneo.
Le tocó el turno a Carolina devolverle la china a la china, y con un parcial de 6-1 pasó de 14-11 a 15-17. La onubense vio la luz. La estaba viendo desde hace tiempo, y alternando puntos agresivos con otros más conservadores, le buscó las cosquillas a la china que sólo pudo llegar, en un último arreón, al empate a 17. Desde ahí, Carolina se fue arriba, se vio ganadora y logró el colchón de los dos puntos, 19-17 primero, y 20-18 después. Suficientes para apuntalar una victoria histórica, bañándose de oro no sin antes romper a llorar sobre la pista, pensando en todos aquellos que habían hecho posible esa realidad… “Puedo, porque pienso que puedo”.
1 comentario en «Carolina Marín derriba la penúltima puerta de la historia y se proclama campeona del mundo de bádminton»
Muchísimas felicidades Carolina. Mi hijo y yo te seguimos atentísimos, como no podía ser menos, tanto contra la jugadora india como en la apoteósica final; no podíamos ni respirar de la grandísima emoción que nos embargaba al ver cómo podías ganar el oro, como así fue finalmente y tus lagrimas fueron acompañadas por las nuestras. Nos sentimos súperorgullosos de ser paisanos tuyos.