S. D. El sueño de su cuarto Mundial se esfumó. Pero… Cabeza alta para Carolina Marín en el Mundial de bádminton en Copenhague, donde alcanzó una sensacional medalla de plata después de completar un excelente torneo en el que sólo cedió en la final ante la hoy en día inabordable surcoreana An Se Young, con quien perdió en la pelea por el oro en dos sets (12-21 y 10-21) en 42 minutos.
Después del calvario de sus lesiones, la mejor noticia es ver a Carolina en un podio en un torneo de primera magnitud como es el Mundial. Después de mucho tiempo ese maridaje bádminton-Carolina se dejó ver en Dinamarca, completando partidos soberbios como los últimos ante Tai Tzu Ying y Akane Yamaguchi, jugadoras imposibles para la de Huelva hace bien poco.
Su gran juego abrió la puerta de la esperanza de que podía ser realidad el cuarto Mundial de Carolina. La surcoreana An Se Young, número 1 del mundo, puso pie en tierra a todo el mundo. Que ahora mismo es inabordable lo comprobó la propia jugadora de Huelva, que en muy pocas ocasiones pudo sacar a relucir su juego -el que le llevó a la final- y casi siempre estuvo a merced de la asiática.
An Se Young no dejó nada a la improvisación. Desde que arrancó el primer set se puso manos a la obra y con un 1-4 de salida presentó credenciales. Carolina, de todos modos, sobrevivió a este primer chaparrón (4-4), que luego fue tormenta con un parcial de 0-5 para colocarse la asiática 4-9.
Minimizó daños Carolina Marín antes del intervalo (7-11), pero fue lo último que pudo hacer, ya que tras la vuelta a la pista otro parcial de An Se Young (2-7), dejó la manga vista para sentencia, cerrada al final por 12-21.
Lo peor fue que el inicio del segundo set fue también desalentador para Carolina, que parecía fuera del partido. Esto ante cualquier jugadora se paga, ante An Se Young es demoledor: 0-4 y 2-7.
Fue el momento de la reacción de Carolina, única de todo el partido y a la postre incompleta. Lo mejor de la onubense se vio ahí, que logró llegar al empate a 10 dejando las espadas en todo lo alto. Pero un error en la red hizo que al descanso se llegara con 10-11 para la asiática.
Esa jugada, que cortó el mejor momento de la de Huelva pasó factura, puede que más en lo mental. Todo se trasladó a la pista a la vuelta: Carolina no existió y An Se Young liquidó el juego y el partido con un parcial de 0-10 para el definitivo 10-21.
Punto final a un excelente Mundial de Carolina Marín. Su presencia en el podio es lo mejor de todo, la confirmación que la onubense ha vuelto, que está de regreso dos lesiones importantes después. Plata de esperanza para el futuro inmediato de Carolina, porque como dijo al final “esto no acaba aquí y vamos a por más”… París en el horizonte.