La impresionante Casa del Vigía de Mazagón llama a la puerta del esplendor

Casa del Vigía. / Foto: Edith.

JdeB. La Casa del Vigía de Mazagón es un emblemático edificio cuya singularidad ejerce un magnetismo especial. Uno se sitúa frente a ella y se queda como mudo y con los ojos bien abiertos. Aunque fue finalizada en su construcción en 1906 su aureola decimonónica es apabullante. La observas y sientes que te trasladas esos cien o ciento veinte años atrás, a un tiempo y un espacio tan distante que parece, en esa visión, inmortalizado en una fotografía eterna.

El Muelle del Vigía, visto desde el cielo./ Foto:Edith.

Provoca la Casa del Vigía un efecto de ‘aislamiento’ en el observador. De pronto sientes que no hay nada a su alrededor, solo la arena bajo sus pilares y los pinos que rodean la parcela donde se ubica. Y por el frontal la playa y el muelle. Una estampa anacrónica que puede percibirse incluso como la de una morada de una antigua novela de terror o de intriga.

Constituye un verdadero tesoro arquitectónico y una atractivo elemento de turismo industrial. Pero, más allá, tiene un significado histórico-social que representa el curso de las décadas en una actividad consustancial con el devenir de Huelva, la portuaria. Allí, a la vista del Canal del Padre Santo, la Casa ha sido testigo del paso de todas y cada una de las naves -miles- que han arribado o partido del puerto onubense desde ese lejano 1906 de su edificación.

Antigua imagen, de la segunda década del XX, de la Casa del Vigía.

Sabido es que supuso una vanguardia técnica, dado que fue la primera edificación de hormigón armado en la provincia de Huelva. Aunque este material de construcción fue inventado en Francia a mediados del siglo XIX, no es hasta las postrimerías de este cuando comienza a utilizarse. De hecho, en España se usa por primera vez en 1893, en Lérida, y no fue para un edificio, si no para algo bastante menos sofisticado, un depósito de agua.



La construcción de la Casa del Vigía se hizo sobre pilares, para evitar obstáculos a las corrientes de arena fina tan propias de nuestra costa. Se denominó formalmente “Casa para los servicios de la barra”. Construida en la misma duna, con armazón y pisos de hormigón armado, estaba sostenida por 16 postes. Existían habitaciones suficientes para albergar al vigía, a su familia y al personal de sondeos y sus oficinas. Constaba de un observatorio desde donde se divisaba la barra, las luces de enfilación y gran parte de la ría y se hallaban instalados los aparatos meteorológicos; y por último, un pequeño torreón con terraza.

La Casa del Vigía frente a su playa, el muelle y el horizonte marino. / Foto;: Edith.

La Casa del Vigía se planteó, por tanto, para disponer de una observación permanente del balizamiento en la barra del Puerto, y de la entrada en general, pudiendo observar los barcos que transitaban. El Vigía debía estar pendiente de que las luces de las boyas estuviesen operativas y que estas no se moviesen de lugar. Cualquier fallo en este sentido, obviamente, podía provocar un accidente para los buques que navegaban por la bocana del puerto. Al detectar una alteración, en su caso, el vigía daba aviso y los operarios del puerto subsanaban el problema.

La Casa del Vigía, en un entorno privilegiado. / Foto: Edith.

Es fascinante pensar que este espectacular edificio, tal cual lo vemos, estaba allí plantado cuando no había conexiones por carretera con la capital. El transporte de personas y avituallamiento se hacía, naturalmente, por barco. El turno del vigía duraba una semana. Los sábados volvía a su casa y entraba un nuevo compañero, sólo o con su familia. El costo del vigía, su comida, se le hacía llegar a través de barcos de vapor. Uno en concreto que se ocupó de esta misión fue el vapor ‘Rábida‘.

Al principio frente a la Casa del Vigía se construyó un pequeño embarcadero de madera, que permitía la comunicación con el exterior. Más tarde, en 1964, se sustituyó por una estructura de hierro y fábrica que ha experimentado distintas mejoras hasta llegar a la imagen actual. Un muelle del Vigía que hoy sirve para paseo y disfrute de los pescadores deportivos. Desde este muelle de amplia funcionalidad en su momento -hoy lo hacen desde el Puerto Deportivo de Mazagón- los prácticos además embarcaban y desembarcaban en la lancha que les llevaba a los buques para desempeñar su labor.

La Casa del Vigía, de la que es titular la Autoridad Portuaria de Huelva y se encuentra en el término municipal de Palos de la Frontera, está en estos momentos pendiente de una nueva rehabilitación. El puerto onubense pretende llevarla a cabo en breve. Además, la idea es convocar un concurso público para su uso, pliego que se encuentra en estos momentos en elaboración. La Casa del Vigía a la espera de recuperar de nuevo su esplendor.

 

 


Puerto de Huelva

4 comentarios en «La impresionante Casa del Vigía de Mazagón llama a la puerta del esplendor»

  1. Desgraciadamente, lleva muchos años abandonada, sin escalera de acceso (la puerta está en la primera planta), con la puerta y ventanas tapiadas, con parte de la techumbre caida, etc.

  2. Ya era hora una plataforma de amigos llamada La Barra Del Vigía,inquietos por la situación que se encuentra la Casa Del Vigía llevamos años luchando para que se arregle y hemos tenido reuniones con la presidenta del puerto de Huelva y con el director y se han comprometido a arreglarla inmediatamente.
    Así que dentro de días o semanas se van aacometer mano a las obras

  3. La casa es muy bonita, espero q cuando la reparen le den un buen uso, como para bodas y otros eventos , restaurante….. pues el lugar es precioso.
    Lo conoceré ?

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