José Manuel Alfaro/ Sección de ficción ‘El Cuaderno de Muleman’. El año comienza con buenas noticias para la localidad andevaleña de San Silvestre de Guzmán, después de unas semanas en la que la localidad llegó a tener durante unos días la tasa de incidencia más alta de la comunidad. Pero después de la tempestad y la prudencia de los vecinos y vecinas, llegaron la calma y con ella la bajada sustancial de la tasa de incidencia. Esto ha permitido recuperar el optimismo para este nuevo año, que se resistía a dejar la senda del pasado, a pesar de haberse recuperado muchas de las actividades sociales y culturales que se habían cancelado debido a la pandemia.
Un periodo convulso que ha servido, para que uno de los asesores científicos de una de las farmacéuticas más prestigiosas del mundo, haya elegido a San Silvestre como una de las localidades mejor posicionadas para realizar un revolucionario estudio internacional sobre secreciones nasales, para un ambicioso proyecto bajo el nombre de “MOCOS”. Un estudio que pretende relacionar la tasa de incidencia, con el volumen de secreción nasal por habitante, lo que permitiría conocer la demanda real en las farmacias de cualquier localidad de aquellos medicamentos que permiten aliviar estas molestas secreciones derivadas de las enfermedades leves de las vías respiratorias altas y evitar así el desabastecimiento de unos productos tan esenciales en estos casos.
Además, este proyecto también podría terminar evaluando la construcción en la zona de una fábrica de descongestionantes nasales naturales basados en plantas medicinales de la zona que tendrían el mismo efecto que la oximetazolina, fenilefrina, pseudoefedrina, para el alivio de la nariz congestionada, así como la congestión y presión en los senos nasales y el alivio del dolor o la sequedad de la garganta. Toda una revolución, para una zona en la que llevan empleándose desde tiempos inmemoriales la miel y el eucalipto para aliviar estos síntomas, tal como nos cuenta este asesor científico en la siguiente entrevista, especializado en herboristería y plantas medicinales del Andévalo y que además es oriundo de esta bella localidad transfronteriza.
– ¿Qué es lo que más le gusta de la zona?
– El Andévalo es una de las zonas más desconocidas de la provincia, posiblemente si le preguntaseis a un grupo de viandantes del otro extremo de la provincia en qué provincia se encuentra San Silvestre de Guzmán, más del 50% de las personas no sabría ubicarla y si las que si a las que la hubiera ubicado en la provincia, le preguntaseis, si habían visitado alguna vez la localidad, solo el 5% de los encuestado te diría que ha ido allí o ha estado en alguna localidad cercana. Esto no quiere decir nada, simplemente certifica que nos encontramos en una lugar poco accesible mediante vías rápidas, lo que podría englobar a esta zona en la categoría de zonas remotas y místicas, como la Ponía, Siberia, la selva Amazónica, el Cañón del Colorado o las Hurdes. Algo que no es ningún indicador del grado de felicidad de las personas que viven allí, que lo son independientemente de la densidad de personas que viven en ese extenso territorio. Y eso es lo que tiene el Andévalo, esa magia, esa planicie de suaves lomas de pastos verdes en primavera, dehesas de encina con cantos de chicharras en verano, cielos de otoños incandescentes y fríos inviernos de pedregales, en los que se podría grabar una película de pastores y fugitivos.
– ¿Qué podría decirnos del proyecto “MOCOS”?
– El proyecto “MOCOS” es realmente una aproximación a un estudio europeo más ambicioso. Si es cierto que la localidad ha sido elegido por dos razones, la primera porque tengo raíces familiares aquí y los segundo por la alta tasa de incidencia que registro San Silvestre al finales de año y que la llevo a ser la localidad con la tasa de incidencia más alta de la comunidad. Una circunstancia que permitirá extraer datos y conclusiones reveladoras para el proyecto y que permitirá estudiar variables y validar hipótesis con facilidad. Un estudio que busca además la evaluación efectiva de alternativas farmacológicas naturales, basadas en el empleo de plantas y sustancias medicinales de la zona, como el eucalipto, la miel, la manzanilla y multitud de plantas existentes en el entorno.
– ¿Cuándo tendremos los primeros resultados?
– Ya casi tenemos el informe de evaluación inicial, pero las conclusiones a las que he tenido son buenas y muestran unos datos esclarecedores de cómo se han comportado las secreciones nasales en la zona, lo que permitirá tomar decisiones en aspectos tan importantes como la producción y la logística de esos productos tan necesarios para aliviar los síntomas de las enfermedades que se producen en las vías respiratorias altas.
– ¿Podríamos estar ante una revolución de la medicina natural?
– A veces no somos conscientes que determinadas dolencias, como un simple dolor de garganta se puede aliviar con un vaso de agua caliente y una cucharada de miel. Vivimos en un cultura de la farmacología química, porque hemos abandonado aquellos sencillos y efectivos remedios caseros de la cultura popular. Yo pienso que en muchos de esas pequeñas dolencias deberíamos de volver a la medicina natural, a las gárgaras, al agua con limón, a la esencia de eucalipto, a la miel con leche caliente, a las infusiones, al abrigarse en invierno, a hidratarse la garganta cuando te duele. Puede que nadie lo sepa, pero las voces más exigentes de la música no dopan su garganta antes de salir al escenario con esteroides, simplemente calientan sus cuerdas con ejercicios metódicos y la hidratan con infusiones, de la misma forma que el futbolista hace estiramientos y bebe agua antes de salir al campo. A veces la sencillez y la calma es la mejor cura contra la enfermedad y esta creo que es la revolución de la medicina cotidiana, bueno luego están los trasplantados de corazón, los diabéticos, los hipertensos, para los que en este caso, su calidad de vida, si depende reamente de un buen pastillero y una sanidad pública de calidad.
– ¿Existe un remedio casero para los síntomas más comunes de garganta y nariz?
– Claro que sí, la enfermedad es el ejercicio de paciencia más exigente que conocemos los humanos. Cuando lo estamos no entendemos que nuestro cuerpo y nuestro organismo necesitan tiempo, que de la misma forma que llegamos a un estado en el que nos duele la garganta, necesitamos tiempo para volver al estado de no dolernos la garganta, nuestro estado dependerá mucho, no solo de los litros de leche, miel o de los gramos de paracetamol que nos tomemos, sino también de cómo lo hacemos y sobre todo de la espera, no existen los milagros, existe el tiempo para que las cosas vuelvan a su estado natural.