José Manuel Alfaro/ Sección de ficción ‘El Cuaderno de Muleman’. Aunque estábamos acostumbrados en la provincia, en los últimos meses, a despertarnos con importantes operaciones contra el narcotráfico, en la que se aprendían numerosas toneladas de drogas, valoradas en decenas de millones de euros. Hoy nos despertamos con la noticia de una importante operación, que ha descubierto una banda dedicada al tráfico de GIGIAS, una nueva y adictiva droga, que está haciendo estragos este verano, entre los jóvenes. La operación que ha sido coordinada por el grupo de operaciones especiales, se ha llevada a cabo en el término municipal de Aljaraque y se ha saldado con la incautación una gran cantidad de GIGAS, que estaban en posesión del cabecilla de la organización. Una banda que operaba mediante una estructura totalmente organizada, en la que un indeterminado número de miembros se encargaban de la captación y comercialización de los GIGAS, así como del blanqueo de los capitales obtenidos en las transacciones.
Aunque las fuerzas de seguridad llevaban tiempo vigilando a esta banda, que en los últimos meses, estaban adquiriendo un gran notoriedad en la zona, aunque no ha sido hasta ahora, tras detectar una serie de extraños movimiento y generar inquietud en el barrio, cuando se ha precipitado la operación. Aunque la banda estaba aún en un punto incipiente de su actividad, lo cierto es que en las últimas semanas, se habían detectado un gran trasiego de personas en las inmediaciones de la zona, en la que se producían muchas de las transacciones, que empezaron a llamar la atención de los vecinos y vecinas, que han sido testigos de este ir y venir de jóvenes, que se desplazaban hasta allí como auténticos yonquis y que en muchos casos actuaban como mulas de los GIGAS, a cambio de parte de la mercancía. Aunque aún no se conoce el alcance de la operación, porque está se encuentra en proceso de investigación, lo que más ha sorprendido a los investigadores, ha sido el sistema que tenían, no tanto de venta de GIGAS, sino el proceso de blanqueo de las transacciones que se generaban y que posteriormente transformaban en criptomonedas, imposibles de rastrear, algo que dificultará conocer el alcance real de esta operación millonaria, que ha sido posible gracias a la colaboración de un vecino de la zona, en la que produjo la operación y al que hemos entrevistado en exclusiva.
¿Tiene usted hijos?
Aunque creo que esta pregunta no es relevante y no entiendo muy bien porque me la hace. No sé si es una pregunta de relleno para hacer más larga la entrevista o por el contrario tiene un sentido que no alcanza entender mi humilde inteligencia. No obstante, a pesar de la extraño de la pregunta, no tengo ningún inconveniente en contestarla, porque no quiero que usted piense de que alguno de mis dos hijos o yo mismo, tenga cierta relación con los hechos que han ocurrido y que eso a su vez pueda llevar a pensar a los que estén leyendo entre líneas esta palabras, de que yo pudiera de alguna forma, estar implicado en esta banda a pesar de ser yo la persona que ha puesto en conocimiento los hechos. Pero bueno, si tengo dos hijos uno de 10 años, que ha hecho la comunión hace unos meses, al que le hemos regalado un teléfono de última generación, con una tarifa de llamadas y datos ilimitados y una hija que está estudiando primero de informática y que no es que yo lo diga, sino que me lo han dicho todos los profesores de la facultad de la Universidad, que tiene un don para criptografía.
¿Cómo se dio cuenta de lo que sucedía?
Desde que terminaron las clases, comencé a observar un trasiego de jóvenes por las inmediaciones del chalet en el que vivo. Veía cada tarde desde la terraza, como grupos de jóvenes se reunían en el parque, a los que se les veía compartir dinero y componentes informáticos de todo tipo. Pero sobre todo lo que me llamaba la atención es que los veía disfrutar con la música a todo volumen, mientras jugaban sin parar, veían videos en Youtube y bebían ese veneno en forma de bebida energética que se ha convertido en un icono de esta juventud, que bien podría ser esa pseudoheredera de esos rebeldes sin causa de los años cincuenta. Jóvenes que no tiene una preocupación en la vida que estudiar y gestionar una ingente cantidad de tiempo libre y que se encuentran desafectado de toda actividad doméstica en casa, más allá de quitar su plato de la mesa cuando terminan de comer, hijos de padres y madres que son incapaces de quitarles el teléfono móvil mientras comen, estudian o están despiertos a las dos de la mañana mandando mensajes sin relevancia alguna, mientras gastan ingentes cantidades de datos.
¿Cuándo decidió actuar?
Yo estaba en la terraza y fue en el momento en que empecé a ver movimientos raros, como si estuvieran bailando, jugando al futbol con una lata, y sobre todo mucho intercambio de terminales, llego un momento en el que no había forma de ver como se pasaban los móviles unos a otros como auténticos trileros. Fue en ese momento cuando decidí actuar, momento en el que los jóvenes parecían estar instalados en la algarabía más inmensa y vi llegar a las fuerzas de seguridad, instalándose el silencio, en el momento en el que empezaron a pedir los nombres a todos los que estaban allí, además de justificar la procedencia de todo el material informático que tenían acumulado en el suelo. Solo mis hijos pudieron identificarse, porque yo mismo se lo comunique a los agentes, al resto se los llevaron para identificarlos. Al día siguiente me enteré por los vecinos y sobre todos por mis hijos, que me contaron todos los detalles del atesado.
¿Temió por su integridad durante la operación?
En un momento si, no se sabe nunca cómo puede reaccionar una multitud de jóvenes que se encuentran divirtiéndose. Además, si mis hijos, que se encontraban infiltrados en el grupo, me podían ver desde allí, supongo que el resto también y sobre todo los cabecillas que parecían liderar el negocio, que lo mismo estaban comiendo palomitas, que bebiendo un sorbo de su bebida energética. De todas formas, las fuerzas de seguridad me han dicho que, aunque estas prácticas de la organización están muy extendidas entre los jóvenes, esta estaba en un estado larvario, pero con un alto potencial de venta e intercambio de esta nueva droga llamada GIGAS.
¿Qué es lo que más le preocupa ahora?
Lo que más me preocupa es, que mis hijos caigan en esta red de tráfico y venta de GIGAS, de momento les tengo puesta una tarifa ilimitada, porque puedo dársela, pero no se qué pasará cuando llegue el día y pueda pagarles su plan infinito de datos, tengan que buscarse la vida como tanto jóvenes y se vean obligados a entrar en el negocio de la compra y venta de GIGAS, para después transformar los beneficios adquiridos en criptomonedas no rastreables, algo que es muy sencillo de hacer, como me ha explicado mi hija que tiene un talento innato para la criptografía y que sería capaz de transformar el dinero que pudiera conseguir vendiendo GIGAS en equipos informáticos capaces de transformar ese dinero en BITCOIN y eso sí me preocupa, pero no tanto como ver que mis hijos no tiene alternativa a este nueva droga llamada GIGAS.