Fran Oliva. Ante el crecimiento de contagios de la tercera ola, la Junta de Andalucía tuvo que aplicar nuevas restricciones, sujetas a sí la tasa de incidencia acumulada en los últimos 14 días supera los 500 o los 1.000 casos. En el aspecto de los sectores de la hostelería y comercio, en todos los municipios con una tasa inferior a 1.000 casos, el horario está limitado hasta las 18:00 -en los que se supera esa tasa se cierre toda la restauración y el comercio no esencial-.
Una situación que en ambos sectores es un nuevo jarro de agua fría. Como nos relata Antonio Gemio, presidente de Huelva Comercio, «cuando te limitan el espacio, horario y movilidad, se va en contra de las ventas. Estamos a escasos 60 días de cumplir un año cuando se inició el confinamiento total de Marzo. Nos está afectando muchísimo. Hemos perdido la primavera, Semana Santa, Navidad… también los Reyes y las rebajas. Está siendo un año catastrófico para el comercio y cuando pase unos días se verá una cascada de cierre de negocios».
Misma sensación es la que nos traslada Rafael Acevedo, presidente de la Asociación Provincial de Bares, Restaurantes y Cafeterías de Huelva (BARECA). «Esto ya es insoportable e inaguantable. Con las restricciones, viendo cómo está la cosa e invitando a la gente a que no salga a la calle… pues se pasa mal. Sabemos que está la cosa mal pero ellos (los políticos) suben y bajan los termómetros cuando ellos quieren. No se debía haber abierto tanto el abanico en Navidades porque esto se sabía, que la tercera ola sería más fuerte que la segunda».
EL COMERCIO Y LA HOSTELERÍA, AL BORDE DEL PRINCIPIO
Nuevas restricciones, tras un alivio «relativo y parcial», que hacen que se aumente las pérdidas y se agrave la situación de ambos sectores. «Vamos por un 80% de pérdidas. Eso es una cifra muy alta. Si hablamos de parados en restauración, esto está en una cifra que es inaguantable. Quien está ahora soportando esto son los negocios familiares porque se puede tirar de la mujer o uno mismo trabajando porque la situación ahora es insoportable porque si no entra gente a consumir, no se puede mantener puestos de trabajo. La cifra de parados en Huelva y provincia es altísima», nos relataba Rafael Acevedo.
Antonio Gemio comenta que «el comercio, tradicionalmente, tiene su fuerte en el horario de tarde, desde las 17:00 hasta las 20:30 o 21:00. Si nos dicen que tenemos que cerrar a las 18:00, perdemos la tarde porque el horario de apertura de mediodía, que lo probamos hace un mes con estas medidas, no funcionó. La gente en Huelva no está acostumbrada a ir de compras en el mediodía porque somos un ciudad que en esa franja horaria estamos comiendo y no tenemos la cultura anglosajona de comprar al mediodía y estar en casa a las 18:00. Somos más de calle. Al comercio, cerrar a las 18:00, hace que se le quite media jornada porque a partir de esa hora es cuando empieza la tarde a funcionar».
IMPROVISACIÓN POLÍTICA, QUEJA ÚNÁNIME DE AMBOS SECTORES
A esa delicada situación económica que atraviesan el comercio y la hostelería, se le suma a ambos sectores la errática gestión política. «El comerciante lo que quiere es el bien, el interés general. Si hay que cerrar los comercios, se cierra porque estamos en una pandemia y lo primero es la salud pero no queremos que nos metan en el mismo saco que los demás. No comprendemos como un pequeño comercio, que aplica todas las medidas de seguridad, le obligan a las 18:00 a cerrar y una gran superficie pueda estar hasta las 21:30. Aparte, ya en un año que llevamos entre una administración y otra, tendría que haber salido medidas que configuren un plan de rescate al comercio. Me limitas el horario, el aforo y la movilidad pero me subes los impuestos y tengo que pagar un autónomo y un alquiler».
Mismo hartazgo hay en el comercio porque, según Acevedo, «llevamos nueve meses con las improvisaciones, que nos avisan de las medidas de un día para otro publicando medidas en el BOE con 24 horas de antelación. Nos están volviendo locos y ya no podemos más porque estamos con las mochilas casi vacías, con pocos recursos. Esto es una película de terror. Vas a los comercios, plazas o supermercado y están vacíos… imagínate la restauración. Estamos pasando un mes de Enero que yo no he conocido en mi más de 30 años en la restauración».
Un hartazgo que expone sin miramientos. «Yo les hago una pregunta a los políticos. ¿Cuantos focos ha habido en restaurantes, bares y cafeterías y cuántos ha habido en casas particulares, reuniones familiares y reuniones sociales en casas?. Las estadísticas hablan de un 2,1% en la restauración y en lo otro sube muchísimo. Sin embargo, el foco de atención siempre es la restauración cuando es donde se sienten más seguros. Se limpian las mesas dos veces, se desinfecta el bar, se pone geles. Cuando vas a un servicio público, medio de transporte o a casas particulares, no hay ese nivel de higiene. Hemos aplicado al cien por cien las medidas en relación al COVID. Creo que somos los únicos, la restauración, que estamos llevando a cabo las restricciones y las medidas para la seguridad de nuestros clientes. A pesar de eso, se pone siempre todo el foco en nosotros».
PLAN DE RESCATE ÍNTEGRO, SALVAVIDAS PARA EL COMERCIO Y LA HOSTELERÍA
Y cuando se le preguntan por la solución, la bocanada de oxígeno y fuerza para ambos sectores, coinciden en una cuestión: plan de rescate integral.
«Necesitamos un plan de rescate ya y se lo achacamos a todos los políticos. Cerramos el comercio y la hostelería pero hagámoslo con un plan de apoyo. Nosotros pagamos nuestros impuestos porque entendemos qué nos tendría que devolver parte de los impuestos en rescatarnos porque nos están limitando a no trabajar». relata Antonio Gemio
Para ello, Gemio reitera la necesidad de «más ayudas directas y menos anuncios de millones de euros porque eso no llega. Hay que dar ayudas directas como se hace en otros países de Europa. Que nos den ayudas en virtud de lo que facturamos el año pasado o prestamos al 0%, a fondo perdido para poder pagar a proveedores, trabajadores y el alquiler y no al 1,5% porque eso nos endeuda para 5 años o más. Baja impuestos o el autónomo o exímenos de pagarlo mientras esté cerrado. Ellos saben que ayudas nos vienen bien pero es mas fácil tomar decisiones cuando el que las toma cobra al final de mes su nómina integra».
Mismo diagnóstico precisa Rafael Acevedo para la hostelería onubense. «Llevamos solicitando un plan de rescate desde hace nueve meses. Si la cosa está muy mal, que nos cierren pero que nos paguen suministros, alquileres, ERTEs, autónomos. Hace falta un plan de rescate urgente y nos están engañando. Nos ponen las cosa muy mal, invitan a la gente a que no salga a la calle pero nosotros con las ventanas abiertas, restricciones de aforo en un 30%, siendo imposible de mantener así un negocio… ¿quién nos paga el 70% del aforo que nos quitan?. Es vergonzoso como están haciendo las cosas».