José Manuel Alfaro / ‘El Cuaderno de Muleman’. El pasado viernes, un conocido hombre de Manzanilla, que se encontraba tomando un café en un famoso bar del centro del pueblo, pensando cómo intentar cambiar el mundo cruel en el que le ha tocado vivir, se enamoró locamente de una joven afroamericana que pasaba en ese momento caminando por la plaza de la localidad manzanillera. El funcionario en cuestión que había salido a desayunar como todos los días, se encontraba en ese momento, lamiendo la cucharilla del café, mientras miraba el reloj de la plaza, intentando descifrar este mundo complejo en el que vivimos, que no nos deja ver más allá de la niebla consumista y materialista que nos envuelve.
El adinerado joven, que está a punto de recibir una herencia millonaria, en la que están incluida numerosas fincas agrícolas de gran calidad agronómica, así como un palacete en la capital, tras verse reflejado en ella, levantó la cabeza y vio delante de sus ojos a una joven reportera de un importante periódico Neoyorquino, que hacía fotos para una guía internacional de viajes. El joven que quedó impresionado por la afable señorita, no dudo en pedirle matrimonio allí mismo, delante de un grupo de jubilados, testigos de ese extravagante suceso. La joven que quedo estupefacta ante la petición es la rica heredera de uno de los imperios de comunicación más importantes del medio oeste norteamericano, que no pudo contener las lágrimas de la emoción, espetando un sí quiero en ingles que pudo escuchar hasta el cura del pueblo.
Ahora ya solo queda ultimar los detalles de la ceremonia que se llevará a cabo en el pueblo, por el rito judío, en un conocido cortijo de la zona, al que se prevé asistan numerosas personalidades, que serán portada en las más prestigiosas revistas de la prensa rosa, convirtiendo a Manzanilla por unos días en el centro del mundo de la prensa del corazón. A continuación, esbozamos algunos extractos de la entrevista con el joven manzanillero al que le acaba de cambiar la vida y que ha pospuesto sus pensamientos existencialistas, hasta que tenga un hijo y lo vea jugar en el parque mientras él toma un café tranquilamente y este se cae del columpio de cabeza.
-¿Se puede cambiar el mundo desde Manzanilla?
-Si hay un lugar desde el que se puede cambiar el mundo, este es el pueblo milenario de Manzanilla, que ha sabido desde su nacimiento adaptarse a los tiempos que le ha tocado vivir. A día de hoy, con la revolución en la que vivimos y en la que podemos tener unos calzoncillos estampados con aceitunas en menos de veinticuatro horas en la puerta de nuestra casa. También creo que es posible influir en las decisiones de la geopolítica internacional de la mismísima Casa Blanca, desde la plaza del pueblo mientras tomas café. El mundo está tan interconectado que cualquier decisión en el pleno del ayuntamiento tiene influencia directa sobre una economía sometida a los designios del IBEX35. Lo que yo pienso tomando café, es lo que piensa el vecino o incluso el perro abandonado que vaga por la plaza y cree tener una influencia directa en los algoritmos que toman las decisiones, una foto en el móvil, una llamada a tu madre a las doce de la noche, un mensaje a la novia de tu amigo, todo puede influir para cambiar el mundo, al menos eso estaba pensando mientras tomaba un café con leche antes de que ella se cruzará en mi mirada.
-¿Cree que el amor es la solución a los problemas?
-El amor es la raíz de los problemas del mundo, pero al mismo tiempo la solución. El amor corrompe, pero también sana, el amor es finito, pero también es perpetuo, el amor es doloroso y placentero al mismo tiempo, el amor es lo más cercano, pero al mismo tiempo lo más alejado del odio, parece filosofía, y lo es, de hecho, antes de ser funcionario, estudie tres años en la facultad de filosofía. Pero el amor de mi antigua exnovia me enseño el camino, ella también era funcionaria y los dos vimos en ese momento que la mejor forma de compartir nuestras vidas, de compartir el amor, era tener todas las tardes libres para nosotros solos, se equivocó, el amor desgasta, hiere, duele con la verdad, sobre todo cuando lo único que lo alimenta son los paseos por el pueblo, el sofá viendo series hasta altas horas de la madrugada o el sexo descafeinado cada diez días. El amor tiene límites y este se llama amor, así que después de esto y contestando a su pregunta, claro que el amor es la solución a los problemas.
-¿Piensa que el amor le estaba esperando en la plaza del pueblo?
-Yo creo que no, pero el mundo es así de loco, cuando menos te lo esperas, aparece el segundo amor de tu vida por delante de la pantalla de tu móvil, todo es tan frágil en este mundo virtual en el que uno se mueve, hoy estás viendo las noticias en tu teléfono y dos minutos más tarde le estás pidiendo a la mejor amiga de tu exnovia, aquella que conoció en un master en una universidad norteamericana, que se case contigo. A veces el amor viene con el tiempo a ti, haciendo que se cruce en tu camino, cuando peor estabas y tenías todas las razones para abandonarlo todo e irte de misionero a África. Ahora más que nunca, pienso que este pueblo puede ser mi tumba, mi refugio, mi pesadilla, pero también mi aliento.
-¿Qué pasará si todo sale mal?
-Ya tenemos fecha para el enlace, será aquí en mi pueblo, será por todo lo alto, vendrán muchos invitados de fuera, muchos de mis amigos participarán en esta fiesta, que organizaremos con mimo, pero si todo sale mal, si todo se rompe como la otra vez, volveré al pueblo, a mi trabajo, a coger aceitunas, a sacar a pasear el perro por las calles esperando que el amor vuelva a aparecer en mi vida, ese apuesto mensajero del que verdaderamente estoy enamorado, porque que nadie se engañe, por mucha revolución tecnológica en la que nos encontramos, en un pueblo es difícil ser lo que uno es.