Mari Paz Díaz. La vida de la escritora y periodista colombina Laura Restrepo parece sacada de una novela. Porque, a pesar de estar lejos de la ficción, su trayectoria está cargada de momentos únicos y de vivencias muy enriquecedoras. Así se ponía de manifiesto el pasado miércoles 30 de marzo durante el encuentro que la ganadora del Premio Alfaguara 2004 y del Premio Grinzane Cavour 2006 mantuvo en la Biblioteca Provincial de Huelva, en un acto organizado por el Centro Andaluz de las Letras (CAL). El objetivo no era otro que la presentación de su nueva novela, titulada Pecado.
Una publicación en la que está muy presente el cuadro ‘El jardín de las delicias’, la obra más conocida de El Bosco, lo que la convierte en una edición de máxima actualidad, teniendo en cuenta que este año 2016 se conmemora el V Centenario de la muerte del pintor holandés.
Como sacados del cuadro de El Bosco, los protagonistas de este libro son muy variopintos, desde un adolescente asesino, a una descuartizadora, pasando por tres hermanas vanidosas. A todos ellos les une la idea de pecado, representada en diferentes formas.
Un libro que ha sido muy bien acogido, tal y como quedó patente en la presentación realizada en la Biblioteca Provincial de Huelva, un acto en el que la escritora compartió con los asistentes sus impresiones sobre esta nueva obra, al tiempo que hizo un repaso por sus novelas anteriores y por algunos de los momentos más llamativos de su vida personal.
Y es que la trayectoria vital de esta escritora colombiana nacida en Santafé de Bogotá es muy intensa, tanto que se inició en el mundo literario siendo una niña, puesto que escribió su primer cuento con tan sólo nueve años de edad. Posteriormente, estudió Filosofía y Letras en la Universidad de los Andes y Ciencias Políticas, a partir de lo cual comenzó a impartir clases de Literatura en la Universidad Nacional y del Rosario, alternando su labor docente con trabajos periodísticos para distintos medios, como las revistas Proceso y Semana y el diario mexicano La Jornada.
En 1983 fue elegida por el gobierno colombiano para formar parte de la comisión que debía negociar la paz con el movimiento rebelde M-19. En esta experiencia se basó para preparar y dar a conocer tres años después el reportaje Historia de un entusiasmo, tras cuya publicación recibió amenazas de muerte y tuvo que exiliarse en México y España. Durante los cinco años que duró su exilio pudo mantener nuevos contactos con el grupo guerrillero M-19, hasta que, finalmente, la organización abandonó las armas en 1989.
En 2004 fue nombrada directora del Instituto de Cultura y Turismo de Santafé de Bogotá. Ese mismo año publicó Olor a rosas invisibles. Con su novela Delirio, ganadora del Premio Alfaguara 2004 y del Premio Grinzane Cavour 2006 a la mejor novela extranjera publicada en Italia, obtuvo el reconocimiento en todo el ámbito hispanoamericano.
Antes de esta narración había publicado obras como La isla de la pasión, Leopardo al sol, Dulce compañía (con la que obtuvo en 1997 el Premio Sor Juana Inés de la Cruz), La novia oscura, La multitud errante o, incluso, dirigida para el público infantil Las vacas comen espaguetis.
Con todo ello, en Huelva Buenas Noticias hemos aprovechado su visita a la capital onubense para conversar con esta reconocida escritora y periodista.
-Laura, ¿por qué ‘Pecado’ para titular este nuevo libro?
-En realidad, habría querido para esta obra el título de ‘Pecata mundi’, en referencia a un conocido bar de Sevilla, que frecuenté durante los años en los que estuve impartiendo un seminario en la Universidad Pablo de Olavide de la capital hispalense. Era un bar barroco, que me gustaba mucho y donde prometí que algún día escribiría un libro que se llamara así. Luego, cuando presenté este proyecto a mi editorial, prefirieron abreviarlo a ‘Pecado’, por ser una palabra más directa y fácil de entender por públicos de diferentes países.
-El cuadro de El Bosco, ‘El Jardín de las Delicias’, sirve de hilo conductor. ¿Por qué esta fijación con esta obra?
-Es un cuadro, un tríptico, que siempre me ha llamado mucho la atención. He ido a verlo en numerosas ocasiones al Museo del Prado, porque me parece fascinante cómo se muestran las diferentes realidades, del paraíso, la tierra y el que parece ser el infierno. De hecho, este año 2016, con motivo de la conmemoración del V Centenario de la muerte de El Bosco, he sido invitada por El Prado a participar en unas jornadas conmemorativas de esta fecha.
-¿Qué ha querido transmitir con esta publicación?
-En realidad, más que de pecados, este libro habla sobre el mal y de cómo todos nosotros podemos hacer algún mal en un momento de nuestra vida. La idea era ponerse en los zapatos de alguien al que le suceden estos hechos, qué sucedería si a nosotros nos pasara. Por ejemplo, está el verdugo, que es todo un profesional; en el muchacho sicario hay una especie de nostalgia, porque intuye que su vida podía haber ido por otros derroteros; sin olvidar a la incestuosa, que afirma que tiene una voluntad de hierro. En definitiva, hay un estudio psicológico de diferentes perfiles y personajes, a los que les van sucediendo distintas vicisitudes.
-En cualquier caso, los hechos se exponen sin ninguna valoración moral…
-He querido mostrar que la línea entre el bien y el mal es muy fina, por lo que muchas veces se puede cruzar casi sin darnos cuenta. Así que he escrito estas historias contando lo que pasa en cada una de ellas, pero sin aportar ningún tipo de juicio sobre si está bien o si está mal lo que hacen. Es una valoración que dejo en manos del lector.
-¿Es cierto que algunas de estas historias están basadas en hechos reales?
-Sí. Por ejemplo, el relato del incesto, que llama mucho la atención del lector por el impacto que le produce, me la contó la protagonista de la historia, una mujer con mucha fuerza que sabido analizar lo que le pasó y tuvo la capacidad de contármelo, sabiendo, además, que yo soy escritora.
-Por último, ¿es la primera vez que viene a Huelva?
-Sí, no conocía Huelva y estoy encantada con esta tierra. Aparte de que he comido muy bien, me parece una ciudad muy acogedora, por lo que prometo volver. Además, soy una enamorada del campo, tanto que ahora estoy viviendo una casa en un pequeño pueblo de la provincia de Barcelona. Sobre todo, me encantaría visitar Doñana.