Redacción. “Pomo de aromas, lirio de la marisma, Blanca Paloma”. Este es el verso que Juan Romero de la Rosa ha seleccionado para llenar de argumentos uno de los encargos más importantes de su trayectoria artística, la capilla de la Hermandad del Rocío de Hinojos, situada en la Calle Sanlúcar de la aldea almonteña.
Se trata de uno de los versos por sevillanas más cantado en la historia del Rocío y nació en 1919 de la pluma de Juan Francisco Muñoz y Pavón, canónigo lectoral de la Catedral de Sevilla y célebre escritor hinojero, con motivo de la Coronación de la Virgen del Rocío impulsada por el mismo. Para Juan Romero, la letra de su paisano ha sido fuente de inspiración, al igual que su infancia, “mi memoria vuela a la fascinación de la sala que adornaba como nadie, la recordada tita Amparo, con todos los recursos estéticos posibles, macetas, cortinas, cuadros, candelabros… en la que mi mirada de niño no paraba de sorprenderse, con todo ese mágico espacio perfumado siempre de olor y belleza, sirviendo de retablo efímero al simpecado”.
Asimismo, el artista hinojero reconoce que la pintura mural que ya luce la capilla de la Hermandad del Rocío de Hinojos es un homenaje a las capillas efímeras que se instalaban en el Rocío en el siglo pasado.
Técnicamente es una pintura mural resuelta con acrílicos, creando un dominante cromático azul, como el color que representa el color de la hermandad hinojera. “Este escenario pictórico, está acompañado por frutos y flores de nuestro entorno, del pinar, de la marisma, que como cientos de piedras preciosas van salpicando de color la capilla al igual que al verde de nuestro incomparable camino”, describe Romero de la Rosa. La Paloma, como símbolo del Espíritu Santo del lunes de Pentecostés rociero también cobra un gran protagonismo en la obra, sobrevolando y acariciando los versos de Muñoz y Pavón.
Este ambicioso proyecto comenzó en 2007 y ha finalizado en 2015, ocho años de trabajo que se han visto interrumpidos por la agenda laboral del artista y las dificultades meteorológicas. En los dos últimos años, Juan Romero ha contado con la colaboración de una de sus mejores alumnas en el Taller Municipal de Artes Plásticas y Visuales de Hinojos, María José Medina Naranjo.
Ayer, la Hermandad del Rocío de Hinojos celebró un acto que puso el broche de oro a este propósito, el que nació como una gran ilusión y ahora todos los miembros que apostaron por él están gozando de su brillante resultado. El acto estuvo presidido por el actual presidente de la hermandad, José María Barroso y todo su equipo de gobierno, el alcalde de Hinojos, Miguel A. Curiel y miembros de su corporación municipal, el párroco del Almonte, Francisco Jesús Martín Sirgo, hermandades locales y miembros de la Hermandad Matriz de Almonte y Navarra.
El acto inició con una semblanza a la vida y obra de Juan Romero de la Rosa, a cargo de Feliciano Pérez – Vera, compositor, amigo y paisano del pintor, quien resaltó sus virtudes “humildad laboriosa y exigente, valentía personal y artística, y amor por su pueblo, el que refleja en sus obras”.
Juan Romero mostró la humildad que le define y agradeció el apoyo de todos, destacando en primer lugar la oportunidad que le ha brindado la hermandad y el reconocimiento al “arte hinojero”. Continuó con menciones especiales, ya que para el artista “todos los ladrillos son necesarios para sostener una pared y este trabajo se ha sostenido con la ayuda incondicional de Nazaria Álvarez, Rosendo Ruíz, Manuela Medina y Mª José Medina, a quien agradezco su buen hacer y su compañía”. Asimismo agradeció el apoyo de Simón Joaquín García, José Mª de Vaya y Feliciano Pérez – Vera. A continuación, el párroco del Almonte y capellán del Santuario del Rocío, llevó a cabo la bendición de la Capilla, al son de los tamborileros “Los hermanos Tenazas”, de Villamanrique de la Condesa.
El acto culminó con la visita de la pintura mural, la que no dejó indiferente a ninguno de los presentes, y una convivencia en la Casa Hermandad de Hinojos. El alcalde de Hinojos, Miguel A. Curiel, ha agradecido a Juan Romero de la Rosa el legado que está dejando en su pueblo.