Antonio Reyes / Campofrío. Prevenir conductas inadecuadas en cuanto a la violencia juvenil, el consumo de drogas o el uso inadecuado de Internet. Ese es el objetivo del Plan Director que, desde 2006, alerta de esta problemática a la comunidad escolar a través de charlas de miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Esta semana fue el turno de una veintena de padres y madres de alumnos del colegio Adersa VI, de Campofrío, que escucharon las recomendaciones de José Soria, sargento de la guardia civil de Paymogo.
Soria comenzó destacando la importancia de la educación para prevenir malas conductas, ya que “es preferible educar niños que enmendar adultos”. Para lo que la concienciación y el conocimiento de padres y maestros es fundamental.
Un análisis de la problemática de la violencia entre los jóvenes, con especial hincapié al bullying y a la violencia doméstica en los jóvenes, dio paso al tema del consumo de estupefacientes, asunto que tradicionalmente ha ido de la mano de los más jóvenes. Sin embargo, el desarrollo de las nuevas tecnologías e Internet ha traído otros peligros relacionados con el uso y abuso de estas herramientas.
Redes sociales. Soria destacó la importancia de Internet como fuente de información y comunicación, y como la plataforma que ha revolucionado el mundo. Sin embargo, del uso al mal uso o abuso hay una delgada linea que hay que saber sortear. Ya hay expertos que hablan de ciberadictos o adictos digitales.
Xabier Sánchez-Carbonell, doctor en Psicología de la Universidad Ramón Llull, se muestra reticente a la hora de llamar “adicción” a un comportamiento anómalo en el uso de estas herramientas. “Estamos ante adicciones transitorias que remiten con el tiempo, excepto cuando existe en la persona un trastorno de personalidad previo”. Se trata, a su juicio, de un comportamiento que se da especialmente entre los jóvenes, pero que pasará cuando una nueva tecnología supere a la actual.
El psicólogo bilbaíno Miguel Ángel Ruiz afirma que Internet y la redes sociales pueden crear adicción como cualquier otra actividad. Usar las redes de una forma compulsiva y reducir el tiempo empleado a otras actividades cotidianas son síntomas de una adicción que deben ponernos en alerta. Mucho más categórico se muestra Mariano Chóliz.
En su estudio “Adicción a Internet y redes sociales. Tratamiento psicológico” alerta de la existencia de adictos digitales y propone un modelo de tratamiento para personas que sufren esta patología. “La pérdida de control sobre el uso de redes sociales, el malestar ante la imposibilidad de conectarse o dejar de hacer otras actividades son síntomas del adicto”, detalla.
La adicción a esta nueva droga afecta principalmente a los jóvenes y adolescentes. La generación actual nació con un ratón y un smarthphone bajo el brazo, lo que la convierte en “tecnologicadependiente”.
Datos revelados por el “Estudio Nestea sobre Internet y Redes Sociales” alertan de la existencia de un problema de dependencia o de un uso compulsivo de las redes sociales: un 44% de los andaluces pasa conectado a Internet activamente un promedio de 4 a 10 horas al día. Asimismo, el 46% de los encuestados se conecta a las redes sociales entre 1 y 4 horas cada día. De hecho, más del 92% de los encuestados afirma estar unido a una red social, principalmente Facebook (87%), seguido de Tuenti (45%), Twitter (37%) y Linkedin (16%).
Miguel Ángel Ruiz aclara que “es fácil que una persona se haga más adicta si tiene carencia emocional, insatisfacción”. En este caso la labor del psicólogo pasa por conocer qué carencias tiene el adicto y por intentar llenar ese vacío con actividades más sanas.
Lo que está claro es que las formas de comunicación se están alterando, y la charla a través de redes sociales se impone como favorita a la hora de relacionarse, superando a la comunicación interpersonal.
El objeto adictivo cabe en el bolsillo. Los últimos desarrollos tecnológicos facilitan la conexión a Internet y redes sociales desde el móvil, lo que no deja de suponer un hándicap a la hora de superar el problema de adicción. Ya no es necesario estar frente a la pantalla del ordenador para conectarse a la web, subir fotos, enviar mensajes. Un solo botón separa del problema.
Educar en valores y supervisar el uso de Internet y de las redes sociales son medidas básicas de los educadores para evitar que el uso se convierta en abuso.