Lola Lazo. Magnífica noticia el nacimiento del nuevo periódico, Buenas Noticias. Su soporte digital, adaptándose a los tiempos, permitirá la difusión, allanando fronteras, de nuestros devenires. Y agradeciendo el ofrecimiento que se me hace para colaborar, lo haré de la manera en que creo mejor puedo hacerlo, tanto por obligación como por devoción, que es trayendo a estas páginas virtuales, asuntos relacionados con el rico patrimonio de nuestra ciudad y de nuestra provincia, patrimonio tangible e intangible, naturaleza y arte, incidiendo especialmente sobre el más olvidado de todos ellos, el patrimonio documental y bibliográfico, el que desde su fragilidad y humildad natural se ha demostrado tan sólido como para transmitirnos generación tras generación la información precisa, el conocimiento profundo de lo que fue años atrás, siglos atrás, este rincón de España, pues son setecientos cuarenta y ocho los años que tienen los dos documentos más antiguos conservados, uno en Huelva y otro en Gibraleón, ambos de 1265.
Si es cierto que una parte de este patrimonio, sobre todo el arquitectónico, ha sido devorado por el propio trasiego histórico, es mucho más lo que nos queda en esta provincia, rica en arte, bailes, tradiciones, y cómo no, paisajes y naturaleza.
Mezquitas en Almonaster y Niebla, antiguas danzas masculinas en la Sierra y el Andévalo, murallas y castillos, antiguas romerías de tradiciones únicas, como en Berrocal, o Almonaster, ermitas medievales de belleza inigualable como la de Flores en Encinasola, o Santa Eulalia en Almonaster, con restos romanos, y un larguísimo etcétera que documentan nuestro pasado y desmontan el manido argumento de que Huelva no tiene historia.
Así, de forma un tanto asistemática, irán apareciendo en estas páginas retazos de historias, más antiguas y más recientes; unos minutos dedicados al pasado, una muestra sencilla del variado patrimonio que nos ha sido legado, un pequeño picotazo a las conciencias respecto a la obligación de conservarlo y hasta mimarlo.
Desde La Asomada, esa cuesta próxima al Conquero que antecedía la entrada a la población, y que el licenciado Juan Agustín de Mora Negro describe deliciosamente poblada de olivares, viñas, almendros, y otras arboledas; metafórica cumbre desde la que intentaremos transmitir de forma breve, hechos, cuestiones, testimonios, que han ido conformando el poso de nuestra pequeña y de nuestra gran historia.