Rafael J. Terán. Uno de los principios clásicos del periodismo es “good news, no news”. Las buenas noticias, no son noticia. Desconozco quien lo estableció, aunque la frase se atribuye a James I, rey de Inglaterra en 1616, pero lo cierto es que como periodista, hace ya muchos años que la experiencia me llevó a considerar que el principio básico de un buen periodista debe ser “contar lo que se ve”, en libertad y con responsabilidad.
La vida nos rodea. Somos millones de historias, de las que muchas son dignas de contar y suelen pasar desapercibidas porque no miramos suficientemente a nuestro alrededor. No solo son noticia las tragedias, la crisis, la corrupción, el desempleo,… también lo son las actos de la vida diaria, las iniciativas solidarias, los avances en investigación, los buenos proyectos, la política al servicio del ciudadano, la economía en busca de la rentabilidad manteniendo el empleo, la calidad de vida y la competitividad.
Y es que la realidad pone de manifiesto con contumacia que “las buenas noticias, son noticia”. Es más, las necesitamos para tener una visión más real de la sociedad que nos rodea, y compensar la enorme masa de noticias adversas con que desayunamos y cenamos todos los días.
La vida, la realidad, es mucho más que malas noticias y, que se edite un periódico dedicado a las buenas noticias es una muy buena noticia, entre otras razones, porque supone crear puestos de trabajo en el sector del periodismo que, en España ostenta el triste record de ser la profesión con mayor índice de desempleo; porque es un proyecto empresarial que nace con afán de obtener beneficio; porque es un nuevo vehículo para la libertad de expresión, además de una buena noticia para la democracia y, porque nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos.
Como periodista, considero que la llegada al mercado de Huelva Buenas Noticias es una de las noticias destacadas del día de hoy. En sus páginas nos va a ayudar a tener una visión más precisa y plural de nuestra propia realidad.
Deseo que en el futuro siga siendo noticia porque llegue a consolidar un mercado de lectores que dé estabilidad al proyecto y a los puestos de trabajo que ha creado. Esta es una valiente aventura empresarial que, en estos momentos, supone una bocanada de aire fresco y de ilusión a una sociedad que necesita de mucho ánimo para sentirse capaz de convivir en libertad y con esperanza en un futuro mejor.