JA de M. Este domingo, entre todas las noticias convulsas que dominan los medios de comunicación a nivel nacional en la intensa España de hoy, una información tenia gran difusión en soportes escritos, radio y televisión. Los titulares hablaban de un peregrino a Santiago, José Manuel Borras Hidalgo, que hacía el número 438.308 de los llegados este año a la capital gallega a presentar sus respetos al Apóstol.
Una cifra que lo situaba en el record anual de la historia compostelana en la cuantía de visitantes por ese mítico camino, y con un detalle llamativo, su edad, atribuyéndole 79 años. Probablemente mucha gente de Huelva al ver las imágenes en televisión o en los periódicos directamente lo conocían o pensaron que esa cara les sonaba.
Desde luego la noticia resultaba más que llamativa, porque José Manuel, con una edad ya considerable, había culminado un camino de 1.250 kilómetros andando, solo, que había empezado en Málaga el pasado 13 de octubre. Era su segundo camino, pues en 2013 su hijo lo había dejado en la rotonda que lleva al Cementerio de la Soledad de Huelva para iniciar su primero, entonces con 66 años.
Nuestro protagonista vive en ese paraíso que tenemos en Mazagón, y es residente en Huelva desde hace más de cincuenta años. Tiene tres hijos, nacidos aquí. Nos comenta que los medios nacionales se han confundido, porque no ha cumplido 79 años, si no 76 largos. Pero esa edad cronológica, a la vista, y por su espectacular nivel físico, parece como incrementada en veinte años o más de lo que representa.
La llegada a Santiago de Borrás resultó, como manifiesta, de lo más sorprendente. Había pasado momentos duros, con viento, lluvia e incluso nieve, y la felicidad natural al alcanzar su meta se vio aderezada por un recibimiento especial. El presidente de la Xunta, medios de comunicación y todos los que se encontraban allí, en la Plaza del Obradoiro, lo señalaban ante su sorpresa.
Muestras de cariño y admiración que José Manuel recibió con alegría, con emoción, en unos momentos en los que sus pies ya estaban muy resentidos de tanto Camino. Un camino que, como declaró a la prensa local gallega, tenía un lógico fundamento religioso y también familiar.
Le preguntamos la razón de hacerlo en solitario y José Manuel nos responde que ello le permite conjugar la soledad y la compañía, dado que en el Camino de Santiago es muy fácil confraternizar y conocer gente interesante y amena. El mazagonero es una persona muy querida por sus vecinos, quienes lo sitúan conformante del paisaje del lugar, al ser cotidianamente visto haciendo deporte al aire libre.
Borras es natural de Logroño, pero salió de allí con cuatro años. La vida le trajo a Huelva para asentarse definitivamente después de un diverso recorrido por otros lugares. Había estudiado peritaje industrial en Cádiz. Allí conoció a la que sería su mujer, en San Fernando, María del Carmen. Entonces no sabían ambos que terminarían siendo onubenses. Su primer destino profesional fue en el Balneario de Panticosa, luego surgió la oportunidad de volver al sur, con el desarrollo industrial de Huelva.
Vivía en Huelva capital y se compró una segunda casa en Mazagón. Al cabo del tiempo, cuando se jubiló, decidieron su mujer y él residir definitivamente más cerca del mar y en un entorno de naturaleza como la zona de Ciparsa. Allí despliega su energia inagotable practicando yoga, musculación, natación, footing. Una persona encantadora, un buen vecino del que podemos sentirnos orgullosos.
