Andrés Pérez Parra: «cada vez que voy a salir de casa dejo el viejo dentro… y sale el chaval jóven»

Andrés Pérez Parra./Foto: Edith-HBN.

J.A.de M. En esta querida Huelva nuestra gozamos de un paisaje natural y urbano que hace que nos sintamos bien, en casa. En ese paisaje el componente humano resulta sustancial. Hay gente por Huelva que vienen a ser unos ‘clásicos’, y que agrada que estén ahí. Y en ese espacio nos encontramos al polifacético Andrés Pérez Parra. Un onubense de raigambre local pedigrí -padre de Huelva, madre de Cumbres Mayores- que atesora una dilatada trayectoria y que se sitúa siempre en la acera opuesta a la del aburrimiento.

Es fácil que te caiga bien. Y transmite sensaciones que trascienden a su edad cronológica, porque están proyectadas con ojos de niño. Andrés Pérez Parra es un poco caja de sorpresas. Y podrás estar de acuerdo o no con él en sus ideas, en lo que piensa o en lo que te dice pero, sin duda, te resulta correcto, divertido, ameno y creativo. Y eso se agradece.

Andrés, polifacético, es una caja de sorpresas. /Foto: Edith-HBN.

Es garantía de conversación. Si le preguntásemos a él, con su gracejo inseparable seguro que nos diría que no se calla ni aunque le metan la cabeza debajo del agua. Se suma a esa predisposición dialéctica lo que parece una memoria de elefante.

Nos vemos en el muelle de Riotinto. Tiene Andrés, como decíamos, largo recorrido. Le anteceden, entre muchísimas otras cosas, la firma de dos libros y tres discos editados. Como libros ‘Una pará en el camino‘ (2017), en torno a la Romería del Rocío; y ‘Cancionero‘, en el que trata sobre El Rocío, Huelva y el Amor. Ahora se encuentra culminando una tercera obra escrita en la que está muy ilusionado, titulada ‘Dilema, un reflejo en el espejo’. Nada tiene que ver con lo anterior, según nos comenta. Una historia personal sobre la inflexión en la vida cuando uno llega a no reconocerse a sí mismo.



Origen choquero cien por cien. /Foto: Edith-HBN.

Nacer en el Brasil Grande, como hizo nuestro protagonista, no es algo irrelevante. En la calle Padre Marchena, la Casa de la Santísima Trinidad. Vivió en ese mundo tan autóctono hasta los diez años. Se siente marcado por estos inicios y señala que le ha servido «para darle valor a la humildad». Nos cuenta que «tenía de vecinas, de chicas, al lao mía, a las Niñas de la Manola. Ellas jugaban a saltar y entonces yo jugaba también a saltar aunque entonces se veía como algo de niñas. Luego más tarde en clases de educación física lo he utilizado bastante. Los juegos de niñas que comportan actividad física son juegos que deben hacer los hombres, porque son ideales para la elasticidad, para la sensibilidad«.

«Llegaba el Carnaval -continúa- y entonces me disfrazaba como ellas, de flamenca, de gitana, y mi madre nunca me dijo no hagas eso. Recuerdo que jugábamos por allí entre los palos que servían para tender, y éramos felices. Y eso que las condiciones de vida eran duras. A mí aquella experiencia en el Brasil Grande me definió como persona«.

Andrés es una persona reflexiva y dialogante. /Foto: Edith-HBN.

Andrés nos deja en la charla varias ‘perlas’. Pero no de las que paran un motor, si no lo contrario. Una de ellas a raíz de que admite ser extravertido pero entiende que es prudente. Señala que «doy una imagen que no se corresponde con lo que realmente soy. Me gusta ser el tonto que le gusta que los tontos se crean que es tonto», y nos reímos.

Y aunque se manifiesta prudente afirma que «normalmente los problemas que tengo son porque le digo a la gente la verdad. Se la digo bien dicha… a veces un poquito más cruda porque me molesta que me ignoren como persona, como ser humano, no por ser quien sea. Porque yo… a mi cuando me dicen ¡qué artista!, yo digo ¿donde está el artista? el artista no ha venío. Igual que cuando me dicen ‘illo… que tu ya eres mu viejo pa ponerte en el escenario’.Yo digo ‘yo cada vez que voy a salir de casa dejo el viejo dentro… y sale el chaval jóven».

Andrés Pérez Parra es un defensor del trabajo, de la voluntad de trabajar y de las actitudes de trabajo. Cree que primero hay que demostrarlo, las recompensas llegan después. Primero trabajar, luego pedir.

El artista ha estado muy influenciado por su madre.

Lo escuchas y percibes que bulle la creatividad y la sapiencia. Pérez Parra se sitúa entre estas figuras cuyos moldes fueron rotos de primera hora, nada más surgir. Inagotable al desaliento, un perfil de ave fénix que va resurgiendo cada día, tanto de lo bueno que le pueda pasar como de los baches inevitables de la vida.

Seguimos con el relato y nos cuenta que de chico «primero mi madre me puso en ‘una amiga’ -que era como se llamaba a una guardería-. Entonces mi madre era, desde el punto de vista afectivo, madre y padre. El, mi padre, nunca dejó de atenderme materialmente, pero hubo una carencia que compensó con creces mi madre.

Se reconoce como un buscavidas. /Foto: Edith-HBN.

Yo salí educado como mi madre y buscavidas como mi padre. Mi padre hacía absolutamente de todo en la vida. Fue Maitre de hotel -le dió de comer a al Rey y a Franco cuando vinieron a Huelva-. Iba a trabajar a las mejores casetas de la Feria de Sevilla, iba luego a San Isidro, a las Fallas… gestionaba material de hostelería, contrataba sillas para las Colombinas… un buscavidas«.

El padre de Andrés le estimuló a buscarse la vida. «Para comprarme una bicicleta -nos dice-me puse a trabajar en una casa de fotocopias. Yo he hecho de todo, las primeras máquinas para hacer zumos de naranja para establecimientos de hostelería que llegaron a Huelva las traje yo. Siendo profesor de Educación Física -ha sido 43 años docente- simultaneé esta dedicación principal con multitud de desempeños.

No pudo estudiar lo que deseaba pero ejerció la docencia y eso le hizo feliz. /Foto: Edith-HBN.

Hubo un momento que mi padre me obligó a estudiar lo que yo no quería. Yo tenía beca -había que examinarse para obtenerla- y a mí mi padre me obligó a estudiar un oficio porque había que aprovechar la llegada del polo de promoción industrial. Estudiaba en el politécnico Madre de Dios -destaca que allí aprendió a ser persona-.

A mi me gustaban mucho las películas de abogados y me atraía mucho la psicología, sobre todo la psicología social. Esto es lo que me hubiese gustado estudiar, pero mi padre decía que no, y me hice maestro industrial». Intentó iniciar ese camino profesional pero pronto comprobó que no era lo suyo.

En el deporte, después de los inicios en el colegio, empezó jugando al baloncesto en el mítico Gil Martín, con Juan Antonio Tirado -una persona que venera Andrés-. Pasando el tiempo fue a Barcelona a hacer el curso superior de entrenador de Baloncesto. Empieza como docente de Educación Física con 22 años en el Colegio de la Hispanidad. Estuvo allí 17 años. Recordamos sus colaboraciones dirigiendo el programa 6,25 en la originaria Teleonuba hace veintitantos años, un programa sobre el baloncesto de un verdadero alto nivel.

Risas y emoción, aditamentos de una entrevista interesante. /Foto: Edith-HBN.

Ha dirigido numerosos equipos de baloncesto y voleibol. Ha disfrutado con ello y adquirido una notable reputación como tal. Nunca ha dejado de entrenar, compatibilizándolo con numerosos desempeños profesionales, propio de su polifacética condición.

Le preguntamos por gente a las que se sienta agradecido. Destaca a Juan Antonio Tirado, que siempre le consideró, y al padre de un niño de Calañas -se emociona-. Trabajando a través de la Diputación en un momento dado empezó a dedicarse a los pueblos.

En este contexto, estuvo cuatro años y medio en Calañas, que fue para el «un pueblo mágico«. Este hombre al que se refiere, Manolo Valiente, cuando llega Andrés Pérez Parra a Calañas y hace grupos separando por edad, «él, que estaba muy pendiente siempre de sus hijos, me dice: Andrés, mira, que mis hijos suelen estar siempre juntos. Yo le respondí tus hijos aquí estarán juntos cuando yo lo diga, Manolo. No te metas en esto, de verdad, que yo… el niño va estar con los suyos, si yo considero que tiene nivel -que creo que lo tiene- después lo subiré, pero a su tiempo. Tuvimos ese pequeño roce y se transformó en mi mejor amigo. Ese hombre conmigo… me dio la vida. El corazón de Manolo es el corazón más grande que yo me he encontrado en mi vida aparte del de mi mujer«.

Andrés es agradecido. /Foto: Edith-HBN.

Hace una parada en la conversación para hacer precisamente un homenaje a su mujer, Carmen. Un faro en su vida que le ha dado la mano para hacer juntos un camino de felicidad. Andrés se considera cristiano. Cree en Cristo como hombre que murió en la cruz por nosotros. Se considera también mariano, «Rocío es la Madre de Jesús, y yo la quiero porque vio a su hijo morirse en la Cruz. Yo tengo fe. Porque mi madre me dijo a mi, antes de morirse, ‘cuando yo me muera tu madre es la Virgen del Rocío‘. Y yo me fui allí a la Ermita del Rocío y me senté allí y le dije ‘te voy a decir una cosa, mi madre me ha dicho que tu eres mi madre, y no se admiten devoluciones, aquí estoy«.

La amena y emotiva charla con Andrés puede ser en todo caso interminable y tratamos de reconducirla para hablar ‘de su libro’, en este caso de su música y lo que le ocupa en torno a ella. Le preguntamos por sus orígenes en esto.

En un momento de una actuación.

Cuenta Andrés Pérez Parra que «yo pertenecía a un grupo que se llamó Zorongo, eramos 4, en el 77. Grabamos ese tema ‘…parado, y en una roca perdido, añorando tu presencia, mirando al mar…’ -nos lo tararea-. Con el disco tuvimos mucho éxito y empezaron a hacernos contratos«. Aquí, dada la expansión del grupo vio que no era posible compatibilizarlo con la enseñanza, y tuvo que optar. Y optó por la enseñanza, dejando aparcada su carrera musical. Pero esa facilidad para componer, para poner música a las letras, estaba ahí, ‘hibernada’. Y en una ocasión, en un momento estando con su cuñado en el Conquero compuso sobre la marcha un tema -rumba-, ‘tu me dices dime’. Coincidió que al poco se encontró con Juanini -de los Marismeños- que le dijo ¿quillo tú no tienes ná por ahí? Y Andrés respondió pues si, y le ofreció ese tema, lo grabaron y fue un éxito. Y ya empezó en ello, y luego vino Manguara y también les compuso. Pasó el tiempo y su mujer le dijo ¿y por qué no lo cantas tu? Hizo un disco ‘cerrando el círculo’ en homenaje a Zorongo. Y luego llegó Tito André. Antes, cuatro o cinco años atrás de ahora, conectó con un músico portugués con el que empezó a experimentar. Cogió un tema de Lole y Manuel y se puso a ello.

Hecho a sí mismo en lo musical, se siente satisfecho con su facilidad para componer. /Foto: Edith-HBN.

Es sorprendente que Andrés, sin formación musical académica, sea capaz de escribir letras y componer sus músicas con resultados como los que consigue. Desde que decidió volver a cantar -esta vez en solitario- si es verdad que trabaja para depurar la técnica pero, más allá de ello, la genialidad aflora con naturalidad.

Yo soy muy torpe con los dedos. No se tocar la guitarra ni el piano pero soy compositor. El otro día estuve grabando en Sevilla y estaba con Fran Cárdenas, que es uno de los músicos más referenciales en Andalucía y decía ‘hay que ver lo que hace este tío, sin tener ni p.i. de música’. Cuando le comentaron ‘ese lo que tiene que hacer es aprender música formalmente’ dijo que no, que me dejaran, ‘porque es tan bueno haciendo lo que hace…’ A mi cuando escuché eso me produjo una gran emoción.»

Andrés se pone el sombrero y ya es Tito André.

Con las manos jugando al baloncesto o al voleibol era un crack, pero sin embargo tengo unos dedos inútiles para la música«. Y sin embargo compongo letras y músicas para las canciones. Gente acreditada en esto me califica de artista, lo que me llena de satisfacción. Ramón Arroyo, por ejemplo, dice que soy el único loco cuerdo que hay en Huelva. Algo parecido me dice mi productor, cubano, que se llama Michel Coipel. Comentaba no hace mucho que ‘mira que ponerse en una Feria de la Cinta a cantar Jazz Bulery, hay que tener arte’.

Porque arte, inspiración, ingenio y creatividad es lo que ha pergeñado Andrés Pérez Parra-El Tito André– para definir una sorprendente y atractiva línea de fusión musical: el Jazz Bulery. Además de haber compuesto y adaptado temas a esta esfera tiene incluso registrada la marca nacional de tal vertiente artística. También ha fusionado para desarrollar Sevijazzeando, letra y música de sus sevillanas con el jazz de Michel Coipel. En estos momentos trabaja en peldaño más, la fusión de bulerías, jazz y boleros. JazzBuleryBolery. Ahí queda eso.

 

 

 

Andrés Pérez Parra – Tito André

 

 

 


Puerto de Huelva

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mercedes
csif
unia
Ecoembes
matsa
Hospital Quirón
Cocehu
Aguas de Huelva
Las cosas del toro
Atlantic Copper
Ayuntamiento de palos de la frontera
Caja Rural hipoteca joven
cepsa
Diputación de Huelva