Miguel Ángel Velasco. «Para ser mejor de lo que fuiste, para que el amor te venza solamente si lo deseas, para sentirte joven aunque te hayan vencido las canas, para volver a reír y abandonar el muro de las lágrimas, para volver a sentirte la más bella aunque te hayan toreado, para levantarte de la silla que te tenía encarcelada, para volver a vestirte como una princesa aunque tu carroza sea solo una calabaza, para que tus tacones nunca sean lejanos, para que la pasión llame a tu puerta, para que tu guitarra vuelva a distanciarse de su funda…, sólo tienes que comenzar porque: NUNCA ES TARDE”.
Siento debilidad por esa tierra hermana y por sus gentes. He de confesarlo abiertamente. Me puede, pierdo cualquier sentido de la objetividad al tratar de ella. Es Cádiz una lengua de tierra que llevo muy sujeta en un rincón de mi corazón desde la infancia y los gaditanos, esos hermanos sabios y francos, jubilosos y vivaces, universales y eternos, que todos deseamos tener.
Son cerca de las nueve cuando una suave brisa comienza a abanicarnos los rostros demudados por la emoción del espectáculo que se nos ofrece en el horizonte, apoyados sobre la baranda del antiguo muelle de minerales del río Odiel. El anochecer cercano ha explotado en una feria de mágicos colores en las serpenteantes aguas del río que va con su manantial en busca del hermano que le espera, el Tinto, en mil tonalidades grisáceas y rojizas; el cielo azul pálido se mezcla con franja , casi opaca ya, de las marismas, componiendo el más bello de los cuadros que imaginar se pueda. “Mira que nuestra bahía es bonita, Miguel, pero esto que estamos viendo no lo había visto en mi vida, es sobrenatural. ¡Me pone los pelos de punta, te lo juro! El comentario es unánime. Enrique, Luciniano y Jesús se miran entre sí, con asombro, absorto los ojos.
Pero, ¿quiénes son estos tres hombres que responden a estos tres nombres? Loss Monje. No me encuentro ante un grupo musical a uso. Estoy ante tres caballeros que han recuperado a través de los acordes y las composiciones la ilusión que por teluria mantienen en las venas. NUNCA ES TARDE.
Decidme, ¿por qué NUNCA ES TARDE? Verás, Miguel, nosotros nos hemos criados en la música, en su concepto más amplio; desde el cante jondo que constantemente se cantaba en la fragua de nuestro abuelo Sebastián hasta los estudios más actualizados que sobre el producto te pueda hacer yo o Luci, pasando por la musicalidad popular del pueblo a través de los carnavales. Todos empezamos en esto desde muy tempranito; Enrique a los 6 años ya había conseguido el Primer Premio al Mejor Fandango; yo a los 7 gané un premio a la mejor Poesía de Andalucía… ¿Y Luciniano, qué?… Luci nos salió el empollón de la casa. Estudió hasta tercero de Derecho, pero tenía otras expectativas y la música siempre le atrajo, desde el flamenco hasta el rock sinfónico y, ¡cómo no!, las comparsas carnavaleras. Fue de aquí donde volví a meterlo en el redil…
Siempre se ha hablado del último tren de la vida, de la posibilidad de retomar esa realidad, esa asignatura pendiente que todos llevamos dentro, ¿es este vuestro caso? Sí, por supuesto. Nuestro apellido nos pesa y, a la vez, es un motivo de orgullo. Ser un Monje te imprime un carácter muy especial que necesariamente tienes que explotar, desde el punto de vista artístico y nos sentimos en la obligación de lanzarlo, de hacer partícipe y conocedores a los demás de lo que llevamos dentro. Yo, por ejemplo, he estado en otros grupos , como Pan Tostaíto o Los Latinoss, con este último incluso llegamos a estar dentro de los más escuchados en las cadenas radiofónicas. Pero nuestro padre Manuel… es curioso lo que te voy a decir, creo que adivinó nuestro futuro y nos preparó para ello. Te explico, el conocía las dotes que teníamos cada uno, los estilos y las voces que poseíamos y, a través del cante de Enrique, de su técnica y sapiencia, agrupar los distintos estilos y las diferentes voces. Prueba de ello lo tienes en un tema de Javi Mojarro, El Pianista, en el que hacemos un lindo trío vocal, una perfecta- con perdón- conjunción de voces… Nunca es tarde para hacer cosas, nunca es tarde para dejar de soñar. Siempre hay que soñar, este es fuente de vida, de inspiración, de eterna juventud. Quién no sueña está condenado a malvivir”.
¿Qué os dice el nombre de Juan Carlos Portela? Los seis ojos se abren en redondo y tras una mueca filial cómplice, dice Luci, “Juan Carlos es nuestro hermano, nuestros pies y manos. Lo que somos se lo debemos a él. En todos los momentos de nuestras vidas su figura siempre ha estado presente por uno u otro motivo. Para aconsejarnos, para animarnos, para acompañarnos… para todo. Él ha sido nuestro valedor. El catedrático de nuestra universidad, la calle”.
La noche ha caído completamente. La luna metálica baila sobre las mansas aguas del río descendente. Caminamos hacia la ciudad lentamente, saboreando la noche y yo empapándome de las palabras de estas tres grandes personas.
¿En qué os inspiráis a la hora de componer ? Yo soy el que compongo, dice Jesús. Por regla general me seduce el mar y el amor. Uno como sentimiento y otro como algo tangible, inmensamente bello. Continente y contenido. Pero el amor desde una óptica positiva, no ese amor de película, edulcorado, fantasioso y virtual. El amor que tiene nombre y apellido, despertares y enfados, lágrimas y risas. A esa mujer que se despierta con cara de sueño, que se le puede hacer una randa en las medias, a esa mujer de carne y hueso que cada día te cruzas por la calle. Mira, como cualquiera de estas chicas…
Pasamos por la Avda. de Pescadería. En ambas márgenes, los veladores están atestados de reuniones de jóvenes que intentan absorber las primeras y frescas humedades. Enrique, como buen amante de la cocina, de la que dice ser un excelente profesional me pregunta por un sitio para tapear algo. Les encamino hacia la calle Vázquez López. Encontramos una buena mesa con la fachada iluminada del Gran Teatro como escenario. Hay animación a estas horas en el bar. Las charlas son contenidas y se puede mantener la conversación con tranquilidad. Miran a uno y otro lado con satisfacción. Parece gustarles el sitio. El ambiente. “Nos recuerda bastante a las plazoletas que hay en Cádiz, en verano”. Sí, es verdad. La única diferencia es que por aquí no tenemos un barrio de La Viña. Me callo la observación para no entrar en polémica alguna.
Entonces, habladme de NUNCA ES TARDE como disco Como ya te hemos dicho es un regalo a nuestra madurez. Un disco hecho con mucho amor, muy trabajado, elaborado y con una técnica milimétrica. Espontáneo pero estudiado. Ten en cuenta que para su confección trabajamos sobre 40 canciones para al final elegir diez. En todas ellas hemos intentado mezclar las diferentes voces nuestras en una sola. Para explicarme, que en una suenen las tres. ¿Qué temas contiene? De memoria te puedo hablar de La Luna, La bella y la bestia, Reina y princesa, Con mis cinco sentidos…
¿Y la Distancia? Es nuestro buque insignia. La canción que nos representa y refleja nuestro éxito. Se trata de un tema cantado al desamor, la distancia no puede ser motivo o vencer al amor, como quieras decirlo. La Distancia, siempre desde ese sentido óptimo de la vida, puede ser lucha contra el elemento, faena contra la adversidad, puente de unión, elemento de fuerza, pero nunca contrapunto, nunca motivo de fragilidad, oportunidad para huir de la responsabilidad real que es el amor. Es un pequeño homenaje a un tipo de música, al monstruo del cante cuyo apellido intentamos llevar con todo el honor posible, con toda la dignidad y responsabilidad que ello significa y conlleva.
Nos levantamos. Los últimos clientes apuran las bebidas y el local comienza a quedarse vacío. Los acompaño a través de la Gran Vía hacia el Hotel. Caminamos en silencio agradecidos del día pasado. La avenida, en su soledad, es nuestra.
¿Cómo lleváis la promoción? A tope. Madrid, televisión, hemos estado en el programa Sálvame de Telecinco hace unos días, en los 40 principales, actuaciones también Madrid y por Cádiz enterita… ¡Vamos que no nos podemos quejar!… Lo que te digo de corazón, Miguel, es que nos encantaría volver a Huelva, no ya para promocionar solo este disco, sino para poder interpretarlo ante los onubenses pues como hermanos que somos, tenéis una sensibilidad fina muy parecida a nosotros… De verdad que nos encantaría.
Hemos llegados a la puerta del hotel. La luz de la entrada nos ilumina y refleja las caras cansadas de estos tres caballeros gaditanos de apellido Monje. Nos fundimos en un sincero abrazo. Un hasta pronto son nuestras penúltimas palabras. La última la dejo en mi pensamiento, callada… ARTISTAS.
