Carmen García. En Invierno, en Otoño y en cualquier estación, en Punta Umbría un paseo por la playa es un placer que te deja huella. Y lo hace porque las sensaciones que produce de paz, libertad y conexión con la naturaleza son difíciles de emular. Experimentandolo una vez ya vuelves siempre, quedas magnetizada por la memoria de lo sentido.
Pero mejor en las fechas en las que todo el mundo está en otro sitio. Ínfima densidad que se agradece en una playa infinita que es lo más atractivo que te ofrece el término municipal. Lo entendieron de primera hora aquellos ingleses a los que el avispado alemán Guillermo Sundheim le señaló la impresionante lengua de arena. Fue tras ‘venderles’ las minas de Río Tinto y seducirlos más tarde con la idea de construir el mejor hotel de Europa en Huelva, la emblemática Casa Colón.
Por eso clavaron los pilares de aquellas frágiles viviendas veraniegas, tristemente desaparecidas. Permitían que un puñado de familias, privilegiadas de verdad, pudiesen experimentar esas sensaciones únicas que aún, en la distancia, hoy pueden vivirse andando por su playa.
Aquellos ingleses podrían haber sido los primeros en valorar en su justa medida los paseos hacia poniente de la simpar playa onubense.
O quizá antes centinelas solitarios y posiblemente sus mujeres e hijos. En el siglo XVII, atendiendo a la estrategia defensiva de la costa implementada por el rey Felipe III, habitaban la atalaya de la Torre Umbría.
No podemos descartar, en todo caso, que previamente los romanos pararan su tiempo mirando las espectaculares puestas de sol de nuestra hermosa playa de Punta Umbría.
Suponemos que descansando de sus tareas laborales en el establecimiento de conservas y salazones que estaba en lo que hoy es la zona del Eucaliptal.
Barato, sencillo pero en un entorno grandioso. Un paseo por la playa de Punta Umbría es algo especial que hemos tratado de captar en estas imágenes y en el video publicado a continuación.