J.A. de Mora. Una visita a las Bodegas Juncales de Bollullos del Condado es una experiencia singular. Y así pueden acreditarlo un grupo de periodistas foráneos de publicaciones nacionales, genéricas y especializadas, que han culminado unas jornadas dirigidas a promover el turismo de experiencias en Huelva, auspiciadas por los hoteles El Cortijo y El Cortijo de los Mimbrales, de Matalascañas y El Rocío.
Las bodegas del Condado de Huelva son templos de nuestra cultura. Tienen un valor antropológico indiscutible que va más allá de la evidente importancia económica que comportan. Sus lugares matizan la luz y la temperatura, permean aromas cargados de vida, de dinamismo. Son espacios de silencio que rememoran el pasado e inspiran valores de trabajo, constancia y espíritu emprendedor.
Entre estas bodegas onubenses se encuentra Juncales que, respondiendo a los cánones de excelencia que exige la Denominación de Origen Vinos, Vinagres y Vinos de Naranja del Condado de Huelva, cultiva la tradición y sitúa en el mercado productos que destacan por su calidad. En particular los vinagres de Juncales son los únicos que mantienen en la comarca el procedimiento tradicional -dejar el vino oxidarse libre y naturalmente-, conformando una de las más acreditadas marcas de toda España.
Por eso se ha enmarcado en el ‘Doñana Sense‘, que es un proyecto de visitas privadas acompañadas con guías profesionales en el entorno de Doñana. Una oferta que están desarrollando estos dos hoteles onubenses, que forman parte del grupo 30º Hotels.
La cita en Bodegas Juncales estaba definida como un maridaje de sus vinos con una interesante combinación de pequeños tesoros gastronómicos de nuestra tierra.
En concreto gambas de Huelva, jamón y chacinas de la sierra de Aracena y Picos de Aroche, pan artesano de San Juan del Puerto -panadería Gaspar-, arándanos de Lepe y el licor Leche de Pantera, de la Destilería Martes Santo de Higuera de la Sierra.
Tras un apasionante recorrido por la bodega, en el que Pablo Benjumea casi hipnotizó a los asistentes explicando los procesos de elaboración de los vinos generosos y del excepcional vinagre de su firma, representantes de las entidades hablaron de sus productos mientras los periodistas comprobaban las excelencias de los mismos.
Joaquín Niza, de 30º Hotels, destacaba el extraordinario valor de los productos onubenses y el añadido que supone ser testigo de sus elaboraciones. Ese turismo industrial que puede tener en Huelva unas posibilidades ilimitadas. Conocer los espacios y lugares de origen de las excelencias gourmet de este territorio aún ignorados. Coincidió con Javier Saavedra, de Martes Santo, en el potencial que supone unir las experiencias vinculadas a estos tan diversos y a la vez complementarios sabores de nuestra provincia.
En una línea similar, Ignacio Contreras, de Sierralar, comentó las características de las chacinas presentadas en la mesa de Bodegas Juncales. A ellas se sumaba el rey de la sierra, el jamón ibérico. Destacaba una Caña de Lomo exquisita. Pero el serrano hizo especial señalamiento del Salchichón al Pedro Jiménez, un producto innovador que llamó la atención de los participantes en la cata. Contreras habló de que cada año se agotan las existencias ante la gran demanda y la limitada y estacional materia prima necesaria.
Carlos Masiá, de Masiá Ciscar, habló brevemente de los antecedentes de esta empresa familiar radicada en Lepe y de su gama de berries. En concreto se refirió a la innovadora fresa blanca, que está teniendo una gran acogida en los mercados. Coincidió con los anteriores en la falta de conocimiento que la riqueza gastronómica de Huelva aún tiene en el exterior. En este sentido un rato de la charla se dedicó a resaltar productos onubenses que, siendo excepcionales, carecen de acreditación de marca.
Se apuntó que, incluso, en ocasiones tienen ‘sellos’ de otros lugares aun teniendo procedencia de aquí.
La cata finalizó con la degustación de la Leche de Pantera, licor de la Destilería Martes Santo, presentada por Javier Saavedra. Esta bebida es, oficiosamente, la de la Legión Española y, como las demás de la destilería higuereña, es resultante de una esmerada elaboración ecológica.