Antonio Delgado Pinto. La Huelva vaciada, iniciamos con esta expresión tan en boga últimamente la entrada de esta semana de la Huelva desconocida, una serie cuyo objetivo es descubrir lo recóndito de nuestra provincia. Edificios, poblados, mobiliario urbano, hitos arquitectónicos… que están dentro de nuestras fronteras provinciales y que muchas veces no conocemos, bien sea por lo alejado del lugar, lo difícil de su acceso o simplemente porque su visión es tan cotidiana que puede pasarnos desapercibido.
San Platón, La Torerera, San Miguel, la Esperanza y El Manzano fueron cinco poblados mineros abandonados que aparecieron en una de las entregas en la primera temporada de Huelva desconocida, como también hubo espacio en otros capítulos de aquella primera parte para hablar de Las Cañadas, Nueva Umbría, Membrillo Bajo, Cabezudos y Torre Arenillas. No son pocos los núcleos deshabitados que hay en nuestra provincia.
Hoy traemos aquí cuatro más: dos poblados forestales: El Guijo y La Mediana; la aldea de Los Ermitanos; y Valles de Carrasco, una cortijada de Cumbres de San Bartolomé; cuatro poblados deshabitados de los que persisten aún sus calles y sus casas.
1 LOS ERMITANOS
Fue mi amigo Rafael Pernil quien me habló de este lugar y con quien fui a visitarlo no hace mucho. En un primer vistazo, Los Ermitanos me pareció más pequeño de lo que en verdad es. Aunque la mejor forma de comprobar la extensión de esta aldea y ver la disposición de sus pocas callejuelas es mediante la vista de satélite que podemos encontrar en internet.
Llamada en algunos documentos Los Ermitaños, esta aldea despoblada está situada en el término municipal de Nerva, en un terreno bastante apartado y de acceso no demasiado fácil. Acogió a familias agrícolas y ganaderas pero también a algunas familias que dependían de las cercanas minas de Peña de Hierro.
Poco más de un siglo estuvo habitado este poblado, las primeras viviendas se levantaron a mediados del siglo XIX y en las décadas centrales del pasado siglo XX ya este sitio había quedado abandonado. En la actualidad, un solo habitante vive en una de sus casas. La charla, agradable y cercana, con este solitario vecino es una magnífica manera de hacerse una idea bastante real de cómo fue la vida de la gente que pobló Los Ermitanos.
2 LA MEDIANA
Cabezudos fue el mayor de los poblados forestales con los que contó el municipio de Almonte. Yo tuve la suerte de conocerlo en su época de mayor esplendor: los años sesenta y setenta del pasado siglo, como también estuve alguna vez en Bodegones, probablemente el segundo de los poblados tanto en tamaño como en habitantes. Ribetehilos, El Abalario y La Mediana fueron los otros tres poblados que se erigieron en esa misma época. Solo Cabezudos y La Mediana subsisten en la actualidad.
A pesar de que se han derribado algunas viviendas, aún quedan un par de calles que nos pueden dar una idea bastante aproximada de cómo fue esta pequeña aldea. Un tremendo paisaje de pinos y un completo silencio rodean las casas que quedan y la escuela.
Los viveros, los pozos y la gran cantidad de macetas de barro que hay en sus inmediaciones nos hablan de la corta historia de este núcleo poblacional y de su pasado reciente relacionado con la reforestación.
3 VALLES DE CARRASCO
Situado al noreste del río Múrtigas, en un paisaje de ondulaciones suaves, se levanta este despoblado que mi amigo Ángel Santos y yo exploramos no hace mucho. En realidad, se trata de una gran cortijada donde se siguen realizando labores agrícolas y ganaderas. Aunque bastante alejado de él, pertenece al término municipal de Cumbres de San Bartolomé.
A juzgar por el número de viviendas que aún están en pie, podríamos aventurar que este pequeño poblado contó al menos con una cincuentena de vecinos. Por otra parte, según el grado de deterioro de las construcciones, yo diría que quedó abandonado bastante antes de los años finales del siglo pasado.
En sus inmediaciones se levanta un precioso puente de piedra de cuatro arcos grandes y dos más pequeños sobre el río Múrtigas. Algo más lejos, al noreste, está el vértice geodésico de El Álamo, en la sierra del mismo nombre.
4 EL GUIJO
Este pequeño núcleo poblacional se construyó en los años sesenta, no demasiado lejos de la carretera que une La Palma del Condado con Valverde del Camino. Situado al norte del valle del río Tinto, su razón de ser vino motivada en un principio por los extensos trabajos de repoblación forestal que se llevaron a cabo en el Condado, principalmente para abastecer a la entonces recién creada fábrica de papel de San Juan del Puerto.
Su restauración y puesta en valor para ser utilizado como campamento turístico juvenil ha sido en balde ya que, inmediatamente después de terminar los trabajos, el poblado quedó abandonado y sin uso.
Entre El Guijo y El Manzanito, un poblado forestal aún habitado, se extiende hacia el norte una zona dolménica de gran importancia que abarca los dólmenes de Los Gabrieles, El Pozuelo y Cabezo de la Hueca.