Huelva, la deuda de los 2.000 millones y se acaba el todo a veinte duros

J.A. de Mora. Por el fondo de este artículo quizá más afinado quedaría un titular como ‘Huelva, se acaban los votos a veinte duros’. Nuestros lectores veinteañeros lo normal es que no entiendan la metáfora. El euro comenzó a circular el 1 de enero de 2002, acaban de transcurrir dos décadas. Antes la peseta, y el duro -cinco pesetas- era la moneda nuestra de cada día. Casi al final de su existencia, la de la peseta, llegaron los chinos y proliferaron las tiendas de ‘todo a cien’. O sea, todo a veinte duros.

Todo ha cambiado desde entonces, o nada dependiendo de como lo miremos y en qué nos fijemos. Desde luego, en lo relativo a la posición de la provincia de Huelva en distintos sectores y su peso en la economía y en el bienestar social la cosa sigue, lamentablemente, igual. Y un factor clave y una causa probable es la discriminación presupuestaria de los gobiernos que padece Huelva desde siempre.


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Y no es cuestión de pretender vivir subsidiados, ni mucho menos. Lo suyo es, sin embargo, disponer de similares condiciones que otras provincias para optar al desarrollo  endógeno. Y para ello es imprescindible que se creen esas condiciones.

Las tiendas de todo a veinte duros permiten aún adquirir utensilios diversos de reducida calidad, pero relativamente baratos. Una opción de consumo que los escenarios de crisis y en zonas de modesta capacidad económica -como la nuestra- es de uso común.


Puerto de Huelva

Pues bien, la realidad que vivimos en esta provincia donde, atendiendo a los cálculos de Juan José García del Hoyo, hay una ‘deuda histórica‘ por déficit de inversiones en los últimos cuarenta años de 2.000 millones de euros, es que la clase política accede a los votos de los ciudadanos por solo ‘veinte duros’. Somos baratos.

Esta acumulación de déficit presupuestario tiene, como demuestra el profesor, efectos identificables en la evolución de la economía onubense y sus variables de carácter social. Vivir mejor o peor para la ciudadanía obviamente depende en gran medida del efecto impulsor y corrector de los presupuestos referidos.

Tenemos, en paralelo y justa correspondencia, un ‘servicio’ de aquellos que han de impulsar políticas presupuestarias que corrijan nuestro aislamiento y crítica situación en infraestructuras -hidráulicas no ya con carencia sino con alarmante riesgo- que vale bien poco si nos atenemos a esa presencia onubense en los presupuestos de las administraciones públicas.

Cada año de forma recurrente, independientemente del color político del partido en el poder, los representantes en Huelva de las administraciones tienen que hacer verdaderos juegos malabares para justificar unos presupuestos que nunca son magnánimos y siempre injustos.

Las inversiones en el sistema hídrico son imprescindibles.

Miramos para atrás y podemos preguntarnos ¿en que ha cambiado Huelva en materia de infraestructuras desde hace veinte años? Nada es la respuesta. En 2003 se finalizó la presa del Andévalo, pero andamos angustiados por que el sistema de abastecimiento puede colapsarse pendiente del desdoble del túnel de San Silvestre. Lo último a este respecto es que a finales de marzo o principios de abril se convocará una mesa de seguimiento para comprobar los avances a los que se ha comprometido la Secretaría de Estado de Medio Ambiente.

No sería justo computar las inversiones portuarias, dado el permanente superavit de explotación del mismo en el contexto del sistema portuario español. Si miramos un poco más atrás en realidad la infraestructura más relevante es la autovía Sevilla-Huelva. Pero sería el colmo que encima no la tuviésemos en un contexto nacional donde todas las capitales provinciales están unidas por vías dobles. Y data de 1990.

En 2001, precisamente, quedaba finalizado el tramo de la A-49 desde San Juan del Puerto a Portugal. Bienvenida fue entonces. Pero no hay que engañarse, esa es una infraestructura que no se habría realizado si no conectase Sevilla con Portugal. Prueba de ello fue que las conexiones de esta vía con la costa fueron posteriores.

Ave y Huelva, hasta el momento términos alejados.

Y la historia del ferrocarril en esta provincia es para no dormir. Una línea estratégica hacia el norte -zafra- no considerada en tal medida, y una conexión con Sevilla para aburrirnos y desafectarnos del tren.

También es llamativo que todas las provincias que tienen mar de nuestra nación disponen de un aeropuerto menos… Huelva. Resulta que es la única provincia en la que se considera el criterio de eficiencia, vinculado a la proximidad de Sevilla y Faro. Esto no sirve para Granada, Almería o Cádiz, por poner ejemplos próximos.

El cálculo del déficit realizado por Del Hoyo es una adecuada manera de objetivizar el asunto y cuantificar una realidad. En 2014 el déficit que señalaba este mismo profesor estaba en torno a los 1.000 millones. Hoy se ha duplicado.  Es momento de ir rebajándolo y depende mucho -todo, realmente- de la capacidad que tenga la sociedad onubense de reivindicarse. Ni más ni menos que las de otros territorios -próximos- que llevan décadas posibilitando su desarrollo -y aumentando el diferencial con Huelva- con una atención evidente tanto del Gobierno de España como de la Junta de Andalucía.

El 4-M debe conseguir una dinámica de respeto en los responsables públicos que les empuje a un cambio de rumbo para con Huelva. 4 de marzo, Paseo de la Ría, a las 17:00 horas.

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