Redacción. El Archivo Histórico de Moguer ha visto ampliada su dotación museográfica con la inauguración de las nuevas salas Antiquarium y América, dos espacios expositivos en los que se muestran interesantes documentos, restos históricos, piezas arqueológicas y otros muchos elementos de interés que nos acercan, por un lado, a la historia de las civilizaciones que desde la prehistoria y hasta la baja edad media se asentaron en este territorio y, por otro, a la intensa relación que la ciudad del Tinto mantiene con América a partir de la destacada participación de los marinos moguereños en el descubrimiento del nuevo continente y los posteriores viajes colombinos.
El alcalde de Moguer Gustavo Cuéllar y las concejalas de Cultura, Eva Rodríguez, y de Turismo, Elvira Periáñez, asistieron a la inauguración de estas dos nuevas salas museográficas cuya organización y contenido fue explicada con todo detalle por Diego Ropero, director del Archivo Histórico y la Biblioteca Iberoamericana de Moguer. Ropero, ha sido el responsable de diseñar y dotar de contenido estas dos nuevas salas que se convierten en un atractivo más para visitar esta prestigiosa institución cultural moguereña ubicada en uno de los monumentos más singulares de la ciudad como es el claustro del antiguo convento de San Francisco.
SALA ANTIQUARIUM
En esta sala podemos disfrutar de la exposición permanente que lleva por título “Del hacha de piedra al documento de archivo: Arqueología e Historia del municipio de Moguer”, una interesantísima colección de piezas arqueológicas que nos permiten seguir el desarrollo de los pueblos y culturas asentados en el territorio desde el neolítico hasta la conquista del reino taifa de niebla por Alfonso X el Sabio.
El recorrido por la sala se inicia con una colección de hachas y otros artefactos neolíticos para continuar con cerámicas tartésicas, ánforas, monedas, tégulas con marcas de alfarero, cerámica de terra sigilata, estatuas y diversos objetos de metal y vidrio de la época romana. Del periodo andalusí se muestran también singulares muestras de cerámica almohade y mudéjar de los siglos XII y XIII, jarras vidriadas y otros elementos del ajuar doméstico. El recorrido por esta sala finaliza en la vitrina central del espacio donde se muestra la reproducción en facsímil del primer documento que se conserva en el Archivo Histórico datado en 1253 en el que se confirma la donación de la entonces alquería de Moguer a la Orden de Santiago por parte de Alfonso X.
La colección arqueológica municipal se creó en 1972 asumiendo posteriormente el Archivo la competencia en su preservación, estudio y catalogación. De esta colección que ha ido engrosándose a lo largo de los años con numerosas donaciones de particulares, se han elegido las piezas más representativas, muchas de las cuales han sido restauradas por la artista plástica moguereña Gloria Ortega, para llenar de contenido esta sala Antiquarium que se convierte en una visita obligada para conocer la historia del municipio a través de los siglos.
SALA AMÉRICA
La destacada participación de Moguer y sus navegantes en la gran aventura descubridora y en los posteriores viajes colombinos al nuevo continente llena de contenido la Sala América, un espacio que nace con un doble objetivo didáctico y pedagógico en el que ocupan también un lugar destacado personajes ilustres como la Abadesa Inés Enríquez, los hermanos Niño o el propio Colón que han sido también recreados por Gloria Ortega.
Facsímiles de decenas de documentos de la época, desde la preparación del primer viaje hasta la cuarta expedición colombina, paneles explicativos sobre el momento histórico del descubrimiento y la decisiva aportación de la ciudad al encuentro entre dos mundos, cerámica de los siglos XV y XVI, una reproducción de la carabela Niña y otros muchos elementos relacionados con la vinculación americana de la ciudad llenan de contenido esta sala América en la que ocupa un lugar destacado la figura del franciscano moguereño Fray Antonio de Olivares, fundador de la misión de El Álamo que dio origen a la ciudad de San Antonio en Texas, de la que se expone también una singular maqueta.
El contenido de la sala se complementa con un apéndice exterior denominado Moguer y Ultramar que nos acerca a la intensa relación que la ciudad mantuvo con el nuevo continente en los siglos posteriores al descubrimiento.