Ángel Rivas. Identificar a Carlos Martín Naranjo es sumergirnos en la tradición en la industria artesana del pan. Maestro y alumno de panadería, maestro por qué domina a la perfección su arte, conoce sus entresijos sus tiempos sus temperaturas y alumno por su hambre de sabiduría a cerca de su campo y otros relacionados.
Carlos se nos define como el hijo de Juan Martín y María Dolores Naranjo. Pero ya no solo como hijo sino como profesional también puesto que sus padres fueron los mentores de él y de su hermano, los impulsores de la filosofía de la empresa. Filosofía con tres pilares que se conectan con esa corriente tan en boga como es la responsabilidad social corporativa. Apuesta por la calidad, apuesta por la mano de obra local con condiciones dignas y justas, y culmina apostando también por la puesta en valor de Almonte, municipio de nuestro invitado en A Boca2.
Carlos es una persona de conceptos claros y buenos, defensor de productos tradicionales, comprometido con conservar recetas cómo la del pan Bazo, el tradicional de Almonte, pan que es igual al que hacía su abuela, también panadera.
Nuestro protagonista en Aboca2 nos hizo apreciar, con datos, la injusticia que con cierta frecuencia experimenta el pan. Hay quien lo tiene como un producto inconveniente, eliminado de muchas dietas.
Y esto, lamentablemente, es así por qué hay falta de conocimiento en relación al pan. Panes como los de Carlos que tardan unas 6 h en elaborarse con procesos naturales no han de compararse con panes forzados. Es como si comparásemos el jamón curado de guarro blanco que nuestro ibérico DOP Jabugo. Eso pasa con el pan, el de Carlos es el Ferrari de los panes, y los picos. Claro que Carlos podría utilizar 1000 kilos de harina con un proceso mucho más forzado, pero el prefiere usar 300-350 kilos y hacerlo de manera artesana. Los índices glucémicos, los bajos niveles de gluten, y de otros nutrientes lo avalan.
Siempre traemos a nuestra sección productos de gran calidad y únicos, y los panes y picos no iban a ser menos. Son quizás junto a la cebolla y el ajo una de las bases de la gastronomía española. Nuestros mayores se comían hasta la fruta con pan, es un alimento que siempre ha sido base de culturas y credos.
A Carlos Martín le pregunté sobre que pan usaría el para un salmorejo o, mejor aún, para un gazpacho que es más nuestro. Cierto es que la receta original no lleva pan, pero no son uno ni dos los que se lo añadimos. Nos responde que el pan Bazo, el almonteño sin duda alguna. Al hilo aquí mostramos la receta:
Gazpacho como lo hacía mi padre
Ingredientes:
-Tomate rosa de Huelva
–Oleodiel virgen extra
-Pimiento verde y o rojo
-Pepino
-Sal
-Pan Bazo de Martín Naranjo
Elaboración:
-Trituramos todos los ingredientes menos el pepino y el pan.
-Pelamos el pepino y lo picamos en dados pequeños.
-Cortamos el pan en dados.
-Añadimos el pepino y el pan a la emulsión anterior cuando esté muy fría.
Tosta a mi manera
Ingredientes:
-Pan Bazo de Martín Naranjo
-Aguacate
-Salmón ahumado
-Nueces
-Vinagre balsámico
-Opcional queso de cabra rulo
-Opcional huevas tipo caviar o caviar
Elaboración:
-Cortamos el pan a la mitad y lo tostamos
-Pelamos y laminados el aguacate
-Lo disponemos sobre el pan, sobre este le añadimos el salmón las nueces y el queso si lo queremos poner.
-Terminamos con con balsámico y las huevas.
