Redacción. La Diputación de Huelva, a través del Servicio de Cooperación Internacional, ha destinado 30.000 euros para ayuda humanitaria ante la situación de emergencia que vive Centroamérica tras la devastadora temporada de huracanes en el Atlántico. Una tragedia que ha dejado cientos de muertos y desaparecidos, millones de personas afectadas y una devastadora destrucción de infraestructura y de cultivos, según los datos oficiales.
La ayuda, dirigida a la atención de necesidades básicas de las víctimas y mediante actuaciones que contribuyan a prevenir, rehabilitar y fortalecer las capacidades para reducir los riesgos y las situaciones de vulnerabilidad existentes, se destina a dos de los países más afectados, Nicaragua y Guatemala, y se articula a través de dos ONGs onubenses que ya están trabajando en la zona.
El proyecto de Bomberos Unidos Sin Fronteras (BUSF) es la respuesta de emergencia en Nicaragua por los huracanes ETA e IOTA y tiene como objetivo fundamental la limpieza y rehabilitación de los pozos para garantizar el abastecimiento de agua potable a las familias de la Región Autonónoma de la Costa Caribe de Nicaragua (RACCN). Esta región, cuya cabecera es Puerto Cabezas, ha sido una de las zonas más afectadas a nivel centroamericano, ya que ha recibido el impacto directo de los dos huracanes más destructores.
Ante este tipo de emergencias BUSF, junto con la contraparte local respectiva, ha aplicado en intervenciones anteriores una técnica que se ha demostrado exitosa y que está dando frutos no solo de manera inmediata durante la emergencia, sino a medio y largo plazo: La limpieza, rehabilitación y cerramiento de los pozos comunitarios que permite dar una respuesta inmediata para que los pobladores puedan disponer de agua segura y además les protege frente a futuras emergencias, ya que el cierre impide que se contamine por las lluvias torrenciales y el arrastre de materiales.
Durante la intervención, se trabajará en la rehabilitación de un mínimo de 20 pozos, previamente seleccionados en función de su idoneidad técnica (caudal, calidad del agua subterránea, etc.) y del número de beneficiarios (Mínimo de 200 usuarios/40 familias por pozo) y la vulnerabilidad de estos. Dentro de la intervención se capacitará a la vecindad sobre el correcto usos y mantenimiento de los pozos, además de sensibilizar a la población en general sobre la importancia del cuidado del agua y los correctos hábitos de higiene para evitar enfermedades, haciendo hincapié en la covid-19.
Se estima que los beneficiarios directos de este proyecto serán unas 4.000 personas, cálculo ehecho en base a que cada uno de los 20 pozos seleccionados para su rehabilitación y protección puede abastecer perfectamente a un mínimo de 200 personas cada uno. Hay que tener en cuenta que todos los pozos seleccionados serán comunitarios, no privados, y contarán con un caudal, calidad de agua y profundidad adecuadas.
El equipo de BUSF, que se encuentra trabajando desde la pasada semana en la zona, consta de 16 especialistas, es interinstitucional, con miembros de BUSF Nicaragua y del resto de unidades del Cuerpo Unificado de Bomberos.
Ayuda de Emergencia a población indígena de Jocotán (Chiquimula, Guatemala)
Los efectos acumulados de las tormentas tropicales ETA e IOTA, que afectaron a Guatemala durante quince días en noviembre, dejaron en el departamento de Chiquimula siete personas muertas, tres heridas y más de doscientas acogidas en albergues, además de destruir cuatro puentes, numerosas viviendas y significativos daños en los cultivos de frijol y maíz.
Es el ámbito de actuación del proyecto de Ibermed en la región, dotado -como el proyecto de BUSF de 15.000 euros-. Junto a la Asociación MEJORHA (que forma parte de la Coordinadora Municipal para la Reducción de Desastres COMRED) y en coordinación con las autoridades municipales de Jocotán y otros actores institucionales y de la sociedad civil, plantea intervenir en tres ámbitos.
Por un lado, la reparación de viviendas afectadas, que necesitan ser atendidas a la mayor brevedad posible para que las familias puedan habitarlas con seguridad. Otra línea de actuación son medidas de mitigación para viviendas en situación de riesgo y una tercera el apoyo a familias evacuadas y albergadas, contribuyendo con medicamentos, mantas, etc. a la atención de sus diferentes necesidades.
La mayoría de las viviendas afectadas son muy precarias, de un solo ambiente, construidas con adobe (ladrillos de barro), con estructura de techo de madera y cubierta de lámina o palma. Algunos de los daños que reportan las familias son el desplome de paredes, desprendimiento de techo, grietas en paredes, inundación, etc. Debido a la necesidad existente, la gran parte de las familias continúa habitando en su vivienda dañada, habiéndose limitado a apuntalar paredes, cubrir con plástico los espacios donde las paredes se cayeron y poniendo como techo plástico o colocando precariamente algunas láminas recuperadas, lo cual hace que sea peligroso continuar viviendo en esas condiciones.
En el informe de daños realizado se estima que en la región unas 550 familias de 12 comunidades han tenido pérdidas de entre el 50 y el 100 por cien de sus cultivos de frijol y maíz y que, en algunos casos, y incluso los granos que almacenaban de cosechas anteriores se han echado a perder por la humedad.Así, la situación de crisis alimenticia existente, que ha sido agravada por la pandemia de Covid- 19, hace que tras la pérdida de los cultivos de granos básicos exista el riesgo de pasar de la actual categoría 3 “crisis alimentaria” a la categoría 4 “Emergencia” o incluso 5 “Hambruna”.
El Plan Director de Cooperación Internacional 2020-2023, en su Objetivo Estratégico 4 recoge la posibilidad de dar respuesta a situaciones de crisis y emergencias humanitarias, entre otras las causadas por catástrofes naturales, mediante la atención de necesidades básicas de las víctimas y mediante actuaciones que contribuyan a prevenir, rehabilitar y fortalecer las capacidades para reducir los riesgos y las situaciones de vulnerabilidad existentes.
Por su parte, la Estrategia de Acción Humanitaria de la Cooperación Española (EAHCE) 2019-2026 recoge entre sus objetivos “Contribuir mediante una respuesta basada en principios humanitarios y alineada con compromisos asumidos internacionalmente, a salvar y proteger vidas, aliviar el sufrimiento y mantener la dignidad humana antes, durante y después de crisis humanitarias”.