José Manuel Alfaro / ‘El Cuaderno de Muleman’. Hoy domingo a las 9:00 h en Corteconcepción, las 16:00 en Tokio [Japón], se ha conocido la noticia, de que uno de los vecinos más ricos de la localidad ha cerrado un principio de acuerdo para comprar el que sería hasta la fecha el hueso del jamón más caro del mundo. Si hace unos días, la provincia se despertaba sobresaltada, por la venta del jamón más caro del mundo a un ciudadano japonés. Hoy la prensa nipona se hace eco de la compra del hueso de del jamón más caro del mundo, por uno de los vecinos más acaudalados del municipio de Corteconcepción. Dos transacciones comerciales que entrarán en el libro Guinness de los Records y que podrían convertir a la localidad serrana en la capital de los jamones de lujo de la prestigiosa Denominación de Origen Protegida Jabugo.
Aunque el contrato de compra venta del hueso del jamón aún no se ha firmado, fuentes del despacho de abogados que ha redactado el mismo, han comentado, que estamos ante un hito histórico y comercial que podría poner en valor el segmento comercial de la venta de huesos de jamón. Un artículo que pasaría de ser un subproducto del jamón, que solía acabar en los vertederos, en perreras hacinadas, de adorno en las casas de campo, en las industrias auxiliares de producción de piensos, harinas o en fábricas de caldos de puchero, a ser codiciados elementos de la cocina más vanguardista en los restaurantes más exclusivos del mundo.
Una vez que se firme el documento por la parte vendedora, este ciudadano japonés y la parte compradora un conocido hombre de negocios de Corteconcepción se hará público el valor de este hueso de jamón, para el que este cortesano millonario, ya ha elaborado un plan de negocio que podría multiplicar por cien el valor de lo invertido en la compra hueso del jamón más caro del mundo hasta la fecha y que ha querido compartir algunas de las peripecias que ha tenido que vivir, para el cerrar el que ha denominado “el negocio de su vida”
-¿Cómo se le ocurrió la idea?
-Si un japonés pude comprar un jamón de Corteconcepción por casi 12.000 euros, porque yo que soy del pueblo de toda la vida y que me sobra el dinero, no puedo comprar el hueso del jamón más caro del mundo. Además, yo no veo como un gasto este despropósito, sino como una inversión. Incluso le diría más, que nadie se asuste, cuando se haga público el contrato de compra del hueso del jamón y se pueda leer en el mismo, como este supera con creces el valor del jamón, algo lógico de todas formas, pero que seguro no todo el mundo entenderá.
-¿Qué ha sido lo más difícil?
-Ha sido difícil no, lo siguiente, si es difícil ponerse de acuerdo para vender un coche de segunda mano, imagínese entenderse con un japonés, al que tienes que explicar que le quieres comprar el hueso del jamón que todavía no ha empezado a comerse. Pero con mucha paciencia y sobre todo con un buen despacho de abogados, hemos conseguido un principio de acuerdo que tuvo dos puntos críticos. El primero el del precio, siempre hemos tenido la imagen del típico japonés, con ojos rasgados, sonriente, servicial, amable y que le gusta la tecnología y jugar con robots. Pero detrás de ese “buenismo” oriental, también hay hombres duros sin escrúpulos que son capaces de pedir lo imposible por un hueso de un jamón. Y esto es por una simple razón, donde nosotros vemos un suvenir para perros, ellos ven litros de caldo con sabor al jamón más caro del mundo. Y el otro punto que ha costado cerrar ha sido el del retorno del hueso del jamón. Si ya fue difícil crear y aprobar un marco regulatorio que permitiera la exportación de jamones a Japón, buscar un marco normativo para hacer retornar el hueso del jamón, ha sido tan complejo que ha estado a punto de intervenir el propio emperador de Japón Naruhito.
-¿No le parece una barbaridad pagar todo ese dinero por un hueso de jamón?
-Esto no es una compra, esto es un negocio y quien no lo vea así es que no tiene ni idea de cómo funciona un sistema capitalista, que tiene entres sus premisas, la creación de ofertas absurdas como generación de demandas aún más absurdas y donde el consumo se ha convertido en elemento vertebrador, que terminará implosionando el sistema muy pronto. Un negocio que mira a otros sectores en los que los artículos se revalorizan con el tiempo, como son los grandes vinos, los coches clásicos, los libros antiguos, los sellos, las monedas, las obras de arte y ahora los huesos de jamón. Todos ellos son objetos, en los que el tiempo se convierte en un catalizador de capitalización del valor con el que salió al mercado. Si es verdad que algún economista pueda llegar a pensar que comparar un cuadro de Picasso, con un hueso de jamón es algo absurdo, pero yo soy un hombre de negocios y no muevo un euro de mi bolsillo si no voy a multiplicarlo por cien y para ello lo que hay que tener siempre, es un plan de negocio infalible y yo lo tengo.
-¿Cuándo llegará el hueso del jamón a sus manos?
-Aún no le podría confirmar la fecha, primero se lo tienen que comer y luego prepararlo para que retorne a pueblo en las mejores condiciones. Creo que va ser más fácil llevar el jamón a Japón que traer sano y salvo el hueso de jamón a Corteconcepción. Piense en todo el proceso en el que los abogados tendrán que estar atentos para que el retorno sea todo un éxito, como cuidar de que no se extraiga más jamón del necesario, porque queremos que tenga aspecto de un verdadero hueso de jamón al que todavía le queda algo de esa sustancia divina que lo envuelve. Deberá de venir intacto, sin cortes, ni tampoco troceado o partido por el uso indebido de alguna herramienta de corte, como puede ser una catana o una sierra eléctrica. Después preparar el hueso, envolverlo, empaquetarlo en la urna que hemos diseñado para su traslado en avión y eso sin contar todas las cuestiones administrativas que se han tenido que solucionar para hacerlo posible y en las que casi ha tenido que intervenir el propio emperador. Creo que, con la legislación nipona en la mano, es más fácil repatriar un cadáver que hacer retornar un hueso de jamón.
-¿Qué planes tiene para él?
-Pues dentro del plan de negocio tenemos tres líneas, para la que hemos dividido el jamón en tres, pezuña, centro y paleta. Para la pezuña, nuestra idea es hacer astillas y venderla como reliquia de culto, de la misma manera que se hizo con la Vera Cruz o cruz en la que fue ejecutado Jesús de Nazaret según la tradición cristiana. Y con las otras dos partes, lo primero que haremos es rebañar los bordecitos que se quedan siempre y que solo los buenos cortadores de jamón con buenos cuchillos saben quitar, porque eso si los japoneses de robots y atún saben un montón, pero de cortar jamón ni idea y después de extraer todos esos trozos, haremos una gran olla de caldo, que envasaremos y que venderemos a precio de jalea real y con lo que quede de hueso, este se convertirá en un estatua que colocaremos en la plaza del pueblo en una fuente, junto a la Ermita de San Juan, a la que la gente echará monedas como si se tratara de la mismísima Fuente de Trevi de Roma, dinero que servirá, no solo para mantenerla, sino para recuperar la inversión en la compra del hueso de jamón más caro de mundo.