El Hospital Infanta Elena advierte de los efectos nocivos del sol tras el confinamiento

Redacción. La Unidad de Dermatología del Hospital Infanta Elena quiere recordar la importancia de cuidar la piel frente al sol, sobre ahora que las playas vuelven a estar llenas de gente y tras haber pasado un gran periodo de tiempo confinados, con el objetivo de poner freno al incremento en la aparición del cáncer de piel que se viene experimentando en los últimos años, sobre todo del melanoma. Se trata de uno de los cánceres más agresivos, cuya frecuencia se ha multiplicado extraordinariamente en nuestro país, con más de 6.000 nuevos casos detectados cada año y cuyo factor de riesgo fundamental está directamente relacionado con los efectos nocivos del sol.

Con 12 casos de melanoma detectados en el Hospital Infanta Elena en el último año, 85 carcinomas espinocelulares y más de 380 cánceres basocelulares, éstos últimos mucho más benignos en el pronóstico, los profesionales de la Unidad de Dermatología no han querido dejar pasar el inicio de la temporada estival y la apertura total del confinamiento para llamar la atención sobre la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz, con el fin de dar inicio cuanto antes al tratamiento que, en el 90% de los casos si se implanta de forma temprana, permite la curación o supervivencia del paciente.


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Este mensaje va dirigido a la población general, ya que el cáncer de piel puede afectar a personas de cualquier edad y, si bien resulta más frecuente en personas mayores de 55 años, es en los primeros años de la vida cuando más cuidado hay que tener ya que la cantidad de radiación solar que la piel recibe a lo largo de la vida se acumula, en muchos de los casos, pudiendo llegar a generar una lesión cancerosa 20 ó 30 años después.

Desde la Unidad de Dermatología se está trabajando intensamente en la detección precoz de este tipo de lesiones y, para ello, se mantiene una alta actividad dentro del programa de teledermatología que están desarrollando el Hospital Infanta Elena y los Distritos Sanitarios Huelva-Costa y Condado-Campiña, que permite agilizar enormemente la asistencia acortando los tiempos de espera del paciente. Una iniciativa que ha permitido detectar durante el último año 7 de los 12 melanomas diagnosticados y atender cerca de 900 consultas en un plazo medio de apenas 4 días desde la recepción de la imagen, dando lugar a la detección de 92 carcinomas basocelulares y 26 carcinomas espinocelulares de todos los localizados.


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Esta herramienta de telemedicina se encuentra ya en pleno funcionamiento en toda el área de adscripción del Hospital Infanta Elena y posibilita que los usuarios con lesiones en la piel que residen en núcleos de población alejados puedan recibir directamente el diagnóstico previo del especialista de la Unidad de Dermatología del hospital sin tener que desplazarse hasta él, solo acudiendo al centro de salud más cercano.

Gracias a este proyecto, cuando el médico de familia o pediatra sospecha de la presencia de alguna anomalía en la piel, se toma una imagen que es enviada de forma telemática al hospital de referencia para que sea revisada por los facultativos especialistas. Así, en caso de que exista la posibilidad de tratarse de un cáncer de piel, desde la Unidad de Dermatología se incorpora directamente al paciente en la lista de espera quirúrgica para su rápida intervención, sin necesidad de consulta previa, disminuyendo sensiblemente el periodo desde que el usuario acude por primera vez al médico de familia por una sospecha hasta que es finalmente intervenido.

Pero ninguna de estas medidas puede resultar efectiva si la población no adopta una serie de hábitos fundamentales para evitar su aparición, por lo que desde la Unidad de Dermatología se quiere poner especial atención en el abordaje de una serie de medidas a lo largo de la vida que, no por ser conocidas, dejan de resultar más efectivas y, en algunos casos, menos practicadas, sobre todo en ciertos rangos de edad. Mucho más en este año, en el que la piel ha estado menos expuesta a los rayos del sol a causa del confinamiento y, por lo tanto, se encuentra más vulnerable a los efectos del sol.

Por ello, desaconsejan totalmente la exposición solar excesiva y animan a evitar las horas centrales del día. Recuerdan que deben utilizarse cremas fotoprotectoras aplicadas media hora antes de situarse bajo el sol y que deben extenderse sobre la piel bien seca y en cantidad suficiente, repitiendo la aplicación cada dos horas y sin olvidar ciertas zonas de la piel como las orejas, los labios, el cuello y el dorso de los pies. Este año, los profesionales de la Unidad quieren hacer especial hincapié en el uso de las lociones hidroalcohólicas y en el especial cuidado que se debe mantener si se está tomando el sol, ya que puede incrementar el riesgo de sufrir quemaduras.

Precauciones que se deberán tomar aunque el día esté nublado y sin olvidar que el agua, la arena y el césped en las piscinas, sobre todo si está húmedo, reflejan la radiación solar y potencian aún más sus efectos negativos. Además, es conveniente también la utilización de gorros, gafas de sol y ropa adecuada. En el caso de los niños y adolescentes, es necesaria también cierta protección física, considerada como la más eficiente, como una camiseta que se pueda mojar, además de gorra y gafas.

También resulta importante enseñar a la población a detectar esos cambios en la piel que pueden dar lugar a una sospecha fundada, por lo que aconsejan la observación del propio cuerpo o de las personas cercanas de forma habitual para localizar las posibles lesiones y acudir al médico de familia en caso de duda.

En estos casos, los dermatólogos aconsejan el método ABCDE para estudiar las posibles lesiones. Hay que comprobar la Asimetría, cuando el contorno de la lesión o lunar de una mitad no es igual al otro; los Bordes, en el caso de que muestren un aspecto desigual, borroso o irregular; el Color, si presentan distintas tonalidades y no muestra un tono uniforme; el Diámetro, cuando superan los 6 milímetros de ancho, y la Evolución, si se aprecian cambios en la fisonomía del mismo.

También supone una señal de alarma la persistencia de una herida que no cicatriza, la propagación del pigmento del borde de una mancha hasta la piel circundante, el enrojecimiento o inflamación más allá del borde, la aparición de comezón, sensibilidad o dolor asociado al lunar o descamación, exudación o sangrado, así como la detección de una protuberancia en la superficie de lesión.

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