Benito A. de la Morena. Y un día inesperado surgió la noticia…. y muchos escuchamos sorprendidos la buena nueva…. ¡¡desde Oriente vendrían a redimirnos…!!, pero la ayuda no podría llegar a tiempo, consumando el pacto del presunto punto y final de la estirpe real, a medio plazo…
Mientras tanto, en el corral revoleteaban algún gallo, muchas gallinas, palomos y palomas, hasta algún cerdito había, pero todos ya conocían el sabor del pienso y sólo gruñían y cacareaban… Pio, pio, pio decían la mayoría… pero no se escuchaba casi nada alarmante fuera del hemiciclo, para no poner en peligro la estrategia del lobo, pues ello podría molestar a los zorros y las zorras…. que, de momento, permitían el tímido revuelo del gallinero.
Mientras tanto, fuera del corral, se iluminaban las calles como nunca se había hecho, las rebajas provocaban aglomeraciones porque había compra barata y las calles radiaban de alegría porque se disfrutaban de las vacaciones de Navidad a las que se acogían todo el que podía, sin distinción de sexo o religión, incluyendo en ello a los más escépticos ateos, que también gozaban de la fiesta que surgió hace 2020 años con motivo del nacimiento de un tal “Jesús”.
Algunos, desconfiados y temerosos por las inestabilidades que podrían surgir con los nuevos jefes, miraban por encima de la sábana que ocultaba sus pensamientos, pero ni siquiera se atrevían a moverse y confiaban en que todo fuera un mal sueño que pronto se disiparía y las aguas volverían a su cauce “natural”; pero otros aplaudían sin parar la buena nueva del esperado cambio social que traería bienestar a todos, incluyendo a los “paganos” que deberán hacer frente, con su esfuerzo, a las inmejorables ofertas solidarias que el gran jefe del corral, había prometido, especialmente a sus nuevos compañeros.
Más al norte, en otros corrales de lengua extraña, miran con recelo el devenir de los acontecimientos de este rincón peninsular, pues también en esas tierras hay grupos que tienen lobos, zorras y zorro, gallos y gallinas parecidos a los de aquí, y sus “paganos” son tan inocentes como los de aquí, por eso este “experimento peninsular” servirá para probar si la desmembración de un “corral” histórico, habitualmente monárquico, conlleva beneficios económicos, culturares y sociales lo suficientemente bondadosos como para merecer este sentimiento de zozobra e indefensión en el que muchos nos encontramos.
Suenan clarines lejanos, parece que hay revuelo y otros miembros del gallinero niegan la bondad de lo que se está pretendiendo… Yo creía que eran los sonidos mágicos provenientes de Oriente, pero temo que no, que eso de los Reyes es ya una fábula y que se tiende a su desaparición.