‘El Gaviota’ denuncia a un bañista de la playa por una posible intoxicación alimentaria grave

El Gaviota en la Playa.
El Gaviota en la Playa.

José Manuel Alfaro / Sección Especial ‘El Cuaderno de Muleman’. El Gaviota, como se le conoce en la playa, denunciará a un bañista ante un posible caso de intoxicación alimentaria grave. Los hechos ocurrieron el pasado viernes al final de la tarde, cuando los numerosos bañistas que se encontraban allí disfrutando de un inolvidable día de playa iban ordenadamente abandonando la playa a la caída del sol. El día que había transcurrido con normalidad, como refleja el parte de comunicación de Protección Civil, donde las asistencias médicas para un día de referencia como ese habían bajado un 12 % y habían tenido que llevar a cabo dos evacuaciones leves del agua. Una por el avistamiento de una posible carabela portuguesa y otra por un amago de corte de digestión de un bañista que se estaba terminando de comer un bocadillo de lomo empanado mientras se bañaba.

Bocadillo de salchichón

Desde Protección Civil también han informado que, para tratarse de un día en el que no había espacio donde colocar la sombrilla, el olor del sudor del vecino hacía el aire irrespirable, los berridos de niño no dejaban dormir a los bañistas y había un murmullo insoportable que no dejaba escuchar el sonido de las olas, las incidencias han estado por debajo de la medía de cualquier otro día. Pero, a pesar de las extrañas circunstancias, a las 21:25 h cuando el sol se disponía a caer el por el este, El Gaviota como se conoce a unos de los palmípedos que ocupan la playa, cuando la gente empieza a abandonarla, localizó un bocadillo de salchichón envuelto aún en un papel de aluminio y procedió a su ingestión previa retirada de la protección. Fue a los pocos momentos cuando El Gaviota empezó a encontrarse mal y comenzaron las deposiciones sobre la playa, que dejaron un surco de heces por toda la playa, que además de desprender un olor muy desagradable era visible desde cualquier punto. Una circunstancia que hizo que El Gaviota terminara deshidratándose, perdiera la consciencia por unos momentos y cayera a la arena. Fue en ese momento cuando un miembro de una protectora de animales que se encontraba en ese momento en la playa, se dio cuenta del incidente y atendió al palmípedo rápidamente, hidratándolo hasta su recuperación. Tras los hechos, este voluntario puso en conocimiento de la policía local los hechos y cursó una denuncia nominativa al dueño del bocadillo que ha provocado la intoxicación al Gaviota.


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Mierda de El Gaviota.

-¿En qué momento se dio cuenta de que debía de actuar y que no se trataba de un juego?
-Pues tardé muy poco, porque estoy habituado a quedarme de los últimos en la playa, suelo hacerlo hasta que cae el sol, mientras observo como todos los días, como El Gaviota comienza su ritual, caminando sigilosamente por la playa, casi sin hacer ruido, apenas un graznido cuando encuentro algo suculento que llevarse a la boca, como un gusanito perdido de la niña, el meollo de una pipa de girasol sobre una concha, un trozo de pan rodando por la arena. Cualquier cosa menos registrar como un vagabundo en los contenedores colapsados de la playa, con sus bolsas llenas de basura alrededor, entre sombrillas y hamacas rotas. Pero lo que es raro encontrarse en la playa, es un bocadillo envuelto en la arena intacto, yo cuando lo vi pensé que este bocadillo tenía trampa. El Gaviota hizo caso omiso a mi advertencia, lanzo un graznido y se lanzó a por el para llevárselo a unos metros de mí, para zampárselo tranquilamente. Con sumo cuidado, para que no se llenara de arena le quito el aluminio que lo envolvía y la etiqueta en la que podía leerse el nombre y la dirección de su propietario. Y le pego su primer bocado. El Gaviota que es un poco animal, sucumbió a la deliciosa miga de pan mojada en aceite de salchichón y como si se tratara del mejor veneno, se zampo el bocadillo entero. Nada más terminar, comenzó a tambalearse, apenas podía caminar por la arena y comenzó a lanzar una música de graznidos mortales mientras caía el sol, hasta que se desplomo súbitamente sobre la arena, yo corrí y el como si de un milagro se tratará despertó y volvió a andar, al mismo tiempo que de su parte rectal brotaba una pringue lechosa que no dejaba de fluir, formando un reguero imponente a su paso, la mierda le había devuelto a la vida al Gaviota.

Bacteria causante de una gastroenteritis.

-¿De quién es el bocadillo que ha provocado la intoxicación?
-El Gaviota ha tenido suerte esta vez, en la mayoría de los casos, la comida que va cogiendo de allí para allá, en contenedores, en solares abandonadas, cunetas de carreteras o incluso de vertederos nunca va identificada con el nombre de su propietario, pero esta vez sí, porque sobre el aluminio había una etiqueta adhesiva en la que se podía leer el nombre de un conocido escritor de segunda de la ciudad y también la dirección Avda. Adoratrices S/N (Cabezo de la Joya). Hay que ser malaje para no dejar al menos una nota en el bocadillo en el que se pueda leer, no apto para el consumo. Imaginemos por un momento que, en vez de un simple bocadillo de salchichón, hubiera sido uno de tortilla y mahonesa expuesto todo el día al sol dando sobre él, si esto hubiera sido así, una simple diarrea, podía haber ido a más y haber llegado incluso a un cuadro infeccioso que podría haberse complicado y haber derivado a una sepsis que hubiera mandado al otro barrio al Gaviota.


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Caída del sol.

-¿Cómo se encuentra en estos momentos El Gaviota?
-Bien, ya camina con normalidad, incluso podría decirte que más que correr vuela, ahora lo que toca es descansar y tener más cuidado a la hora de llevarse cualquier alimento a la boca, porque por mucha seguridad alimentaria que haya, siempre algo puede fallar. De hecho, le tengo dicho que se deje de rebuscar en la basura, que no merodee en la playa por las tardes, que no frecuente los vertederos, ni los contenedores, ni las puertas de los supermercados, las traseras de los restaurantes, las terrazas de los bares o los paseos marítimos, que vaya a lo seguro a los alimentos frescos, al pescado, a la miga de pan recién horneado y que se deje de tanta comida procesada, porque las hamburguesas son carne picada de la peor. Espero que este episodio le sirva para reflexionar sobre su estado de vida y alimentación que de alguna manera es producto de ese estilo de vida que se va imponiendo en esta sociedad, en la que llegara un momento en el que se podrán comprar en los lineales de los supermercados huevos fritos envasados al vacío listos para mojar pan.

Playa llena de bañistas.

-¿Va a pedir alguna indemnización por los daños ocasionados?
-De momento, lo que hemos interpuesto es una denuncia en la policía local para que eleve la misma al juzgado y el juez sea quien decida. Lo importante en estos casos y yo se lo he explicado como voluntario en una protectora de animales, es que se tomen las medidas preventivas necesarias para que no vuelva a suceder, se investigue el caso y después vendrán las indemnizaciones por daños y perjuicios, el fin de todo este tema tiene que llevarnos principalmente a reflexionar sobre los hábitos de consumo y alimentación.

-¿Qué consejo le daría al Gaviota para evitar que vuelva a ocurrirle otro episodio tan desagradable como este?
-Que no tome comida ultra procesada, que se deje de tanto embutido, de rebuscar comida en cualquier lugar, pero pedirle a un palmípedo como el Gaviota que controle sus hábitos toda la vida, sería lo mismo que pedirle a un diabético que deja de pensar en los dulces de la confitería La Victoria.

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