Investigan a un profesor del Conquero por obligar a sus alumnos a leer Muleman

Alumnos del IES leyendo.

José Manuel Alfaro. El pasado viernes dos agentes de paisano del grupo de operaciones especiales de Huelva se personaron en un centro de educación de secundaria de la zona del Conquero para investigar un posible caso de incitación a la lectura de un profesor de Lengua y literatura, tras la denuncia de un grupo de padres llamados los “modernos”, que no dudaron en poner los hechos en conocimiento de las fuerzas de seguridad, tras conocer la noticia uno de ellos, después de espiar el teléfono de su hijo. A continuación, recogemos algunas de las preguntas y repuestas efectuadas a los implicado, agente de seguridad, padres, profesores y alumnos, de lo que ya se conoce en el barrio como el caso de “La clase del terror del Conquero”.

Policía entrando en el IES.

-¿Cómo llego la denuncia al grupo de operaciones especiales?
-El pasado viernes a las 8:30 de la mañana, mientras desayunaba una tostada entera con aceite y jamón en un conocido bar de Huelva, me llego un mensaje a mi móvil en el que se hablaba de que, un profesor de lengua la iba a liar en su clase a las 10:30. En se decían cosas como, que se había acabado esto de la mano tendida con los alumnos y alumnas y que era hora de actuar con responsabilidad ante lo que él había denominado “el estado permanente de sedación del estudiante”. En ese mensaje dirigido al grupo de WhatsApp de los profesores y reenviado por error a un padre, se hablaba de la comodidad en la que los alumnos y las alumnas estaban instalados en el día a día, sobre todo por las tardes, en las que dedicaban el tiempo libre a todo, menos a leer o participar en actividades culturales de la ciudad, mientras que dedicaban todo su tiempo a ver videos en YouTube, partidos de futbol y hacerse pajas mentales toda la tarde, sobre cuál sería su próxima compra online. Un mensaje en el que se explicaba además de cómo iba a proceder al castigo y que terminaba con una frase literal del profesor que decía  “Van a cagar letras por las patas abajo”.


Festival de Cine de Huelva

Interior del libro Muleman pensando.

-¿Qué medidas cautelares se han tomado?
-Una vez personado en el centro educativo, lo primero que hicimos fue requisar los libros de Muleman, cuando ya se lo habían leído y en segundo lugar hemos procedido a la redacción de un atestado, cuya copia la hemos enviado a la inspección de educación, al mismo tiempo que hemos enviado un ejemplar del libro a la fiscalía, para que analicen el libro, por si además hubiera algún delito ideológico. Porque no entendemos porque este profesor ha seleccionado este libro entre más del centenar que se han editado el pasado 2018 en Huelva. No sé qué sin razón ha llevado a este profesor apoderado el “alternativo”,  que de lo único de lo que lo podemos acusar hasta ahora es de, que en sus clases utiliza muchos textos de  poesía joven,  nuevos formatos literarios como  Tweet, micro relatos,  poemas que aparecen en Facebook de escritores muy conocidos, poemarios colgados en blog de autores de Huelva, como en el de Manuel Moya, de sacar a los alumnos y darles una vuelta por la ciudad, en un itinerario literario que se ha inventado con los principales escritores de Huelva o invitar a los alumnos a un café con churros en un bar de Pablo Rada, mientras Juan Cobos Wilkins de hablaba de su obra. No sabemos qué más se le ocurrirá a este profesor, pero lo que sí es cierto y hablo como padre ahora mismo, no como agente de la ley y el orden, que no se le puede dejar una clase con 25 alumnos, sin un policía dentro, a un profesor que acaba de sacar las oposiciones de Lengua después estudiar un grado en filología hispánica, un máster en la Universidad de Huelva y cinco años estudiando oposiciones, eso es algo, que va contra natura.

El padre moderno.

-¿Por qué el grupo de padres los “modernos” os oponéis a las prácticas de este profesor al que habéis apodado “el alternativo”?
-La educación ya no es lo que era hace unos años, cuando los padres y las madres de los niños apenas tenían estudios y los padres entendían que ellos no debían de interferir en la didáctica de un profesor, bueno salvo en el caso de que uno de ellos se tomará la justicia por su amo y le pegará una colleja a uno de nuestros hijos por no responder bien a la raíz cuadrada de 144. El escenario educativo ya ha cambiado, muchos de los padres tenemos estudios universitarios, tenemos una poderosa herramienta llamada WhatsApp y lo más importante, creemos que tenemos el derecho de meter las narices dentro la clase, en la casa del profesor y si hiciera falta en la de cada uno de los padres de los compañeros de nuestros hijos. Un WhatsApp que se ha convertido en una verdadera herramienta educativa de comunicación, para los padres y los hijos, por la que fluye todo un rio de basura informativa que nos distrae, nos mantiene alerta, nos nutre de bulos y nos hace parecer importantes, cada vez que opinamos  sobre el color de la chaqueta del profesor, felicitamos el día del padre o simplemente sacamos las miserias de cada uno nosotros, cuando ponemos a parir a un profesor por obligar a los alumnos y alumnas a leer un libro como el de Muleman. Nosotros somos más de Clásicos, la Celestina, el Romancero, El Conde Lucanor porque ¿qué sería de mi vida de Arquitecto si no hubiera leído la Celestina?, se pregunta este padre Arquitecto y portavoz de los “modernos” preocupado por el futuro de su hijo después de la lectura del libro.


Puerto de Huelva

IES de la Zona del Conquero.

-¿Qué otras movilizaciones tenéis planeadas?
-Si el profesor sigue con sus nuevas didácticas, que si poesía por aquí, que si relato corto por allá, que si itinerarios literarios por la ciudad y no se centra en lo verdaderamente importante, que es la Selectividad que será dentro de cuatro años, le vamos a montar una manifestación en la puerta del colegio, con pancarta incluida, en la que se va a leer “menos poesía y mas Celestinas”. Eso para empezar, porque luego como se descontrole la cosa, por WhatsApp la liamos, cartas al periódico, denuncia al Defensor del Pueblo Andaluz, cita con el consejero, denuncia ante el comité de derechos humanos de la ONU y como el profesor no encauce la situación, nos ponemos en huelga de hambre.

Atardecer desde el IES.

-¿Cómo surgió la idea de castigar de esa manera a los 25 alumnos de la clase?
-Lo primero que me gustaría decir a este periódico, que no entiendo todo este ruido que se ha montado por un simple libro, porque cuando no es conmigo, es con la profesora de geografía, que ha montado una actividad de igualdad en la que los niños han tenido que venir con bragas y las niñas con calzoncillos. Creo que mucho de este ruido es consecuencia del uso abusivo del WhatsApp de padres y madres sumidos en un estado de aburrimiento absoluto y que piensan, que no son un parte importante de la comunidad educativa, sino que son la comunidad educativa y responsables de la educación de sus hijos en la escuela y en el instituto y nosotros los profesores somos los responsables de la educación de sus hijos, pero en sus casas. Creer que un padre por ser Arquitecto puede no solo opinar, sino intervenir en que textos doy yo a mis alumnos para que lean o que didáctica empleo yo en mis clases para hacerles ver que la lengua y la literatura son tan importantes como entender las matemáticas de una factura de la luz, sería lo mismo que si a ese padre Arquitecto, yo le cuestionara las dimensiones de los pilares del proyecto de un chalet en la Dehesa Golf de Aljaraque. Vamos a ver padres “Los modernos”, como se hacen llamar el grupo, cuando estéis aburridos poneros a leer un ratito, menos WhatsApp y más Ken Follet.

‘Fornite’, juego didáctico.

-¿Lo volvería hacer otra vez?
-Pues claro, la educación es una búsqueda permanente de dos cosas, el Karma y la innovación. Y yo no voy a dejar de inventarme estrategias educativas que me permitan llamar la atención de una clase, en la que los estudiantes, el día anterior se acostaron a las tres de la mañana jugando al Fornite o chateando con una amiga, de que aún no le ha bajado la regla. Señores padres “modernos” yo estoy aquí en este mundo para enseñar, no para domesticar, que después de cinco años de oposiciones estoy inmunizado casi para cualquier cosa y que si creen esos padres que me van hacer cambiar de opinión sobre mis herramientas didácticas, que se vaya preparando porque les tengo reservada una sorpresa para el fin de curso, me los voy a llevar al Gran Teatro, primero a ver “Bodas de Sangre” y luego “Estrella sublime”. Los padres tienen que entender que para construir una sociedad más justa e igualitaria hay que educar buscando siempre la innovación, si siempre haces lo mismo, siempre serás la misma piedra. Así que, si me quieren montar una huelga a la japonesa y dejarme a sus hijos 24 horas, por mi estupendo, tengo una colección de libros alternativos para comentar en clase y de los que pesan de verdad cuando tienes los brazos en cruz.

-¿Cómo se siente un alumno que ha sido sometido a un castigo de esta magnitud?
-Tampoco fue para tanto, máxime cuando nos dio a elegir entre varios castigos, como leernos la Biblia, hacer un comentario de un texto del libro “La fortaleza digital” de Dan Brown, sujetar en cada brazo una parte del Quijote durante diez minutos o comernos hojas del Lazarillo de Tormes hasta cantar en castellano antiguo. Ante ese escenario elegimos leernos Muleman, un libro ilustrado con una dibujitos fantásticos y unos textos  cortos tan metafórico a veces que había que leerlos varias veces para no entender nada, pero al menos te hacía pensar un rato. Ha sido una experiencia lectora de la que no entiendo tanto revuelo. Supongo que será porque no están acostumbrados ni a leer ni a vernos leer.

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