HBN. Puntual a su cita, a las 19.20 horas, la Cofradía de la Santa Cruz, Santo Sudario de Nuestro Señor Jesús de la Providencia y María Santísima Madre de Gracia iniciaba su estación de penitencia en la tarde de este soleado, incluso caluroso, Miércoles Santo. La benjamina de la jornada realizaba su salida procesional por tercer año desde su nueva sede canónica, la Parroquia de la Purísima Concepción, lugar donde comenzó a gestarse esta idea de hermandad que con los años fue pasando por distintos templos hasta volver a las naves concepcionistas.
El cortejo echaba a andar, como es habitual, con el sonido de la esquila que un pequeño muñidor hacía sonar marcando el camino de la Hermandad. En la puerta de la Concepción, una multitud de cofrades que eligen acompañar a esta Hermandad desde sus primeros pasos por las calles del centro onubense.
Una cofradía que sirve de contrapunto en la jornada de mayor fervor de la ciudad y que ha sabido ganarse su sitio a pesar de su corta edad. Su serio procesionar, de nazarenos con túnica, capa, morrión y escapulario azul marino precedido por el sonido de la esquila y su portentoso paso de misterio llaman la atención de los cofrades onubenses que no dudan en acompañar en su estación de penitencia al Cristo de la Providencia y la Virgen de Gracia. Como curiosidad, hablamos de una Hermandad en la que no sepuede vestir la túnica de nazareno hasta los 14 años, motivo por el cual numerosos pequeños vestidos de monaguillos antecedían a la presidencia y al cuerpo de acólitos.
Este Miércoles Santo está siendo el primer año del segundo mandato de Juan Javier Márquez Cabeza como hermano mayor de una cofradía que en los últimos años ha estado sujeta a enormes cambios, viendo cómo cambiaba de barrio, de residencia canónica e incluso de casa de hermandad hasta en dos ocasiones, a la vez que se iba completando el patrimonio artístico poco a poco. Patrimonio que esta primavera de 2018 continúa completándose. Así, en el apartado de estrenos, la mayor novedad de la cofradía en la calle se localiza en el paso de misterio, con el tallado de toda la canastilla, realizada por Francis Verdugo y cartelas de Antonio Díaz Arnido. Destacamos que la pasada Semana Santa la cofradía sumaba la imagen de San José de Arimatea. Una talla realizada por el artista onubense Mario Moya. El santo, de espesa y larga barba, ayuda a trasladar con su mano diestra el cuerpo inerte del Cristo de la Providencia, mientras que con la siniestra sostiene el permiso para el descendimiento de Cristo y su posterior enterramiento. Con esta nueva obra, la Hermandad daba por culminado en 2017 el conjunto escultórico de su misterio, con obras de dos onubenses que casan a la perfección: Elías Rodríguez Picón y Mario Moya.
Unas nuevas obras patrimoniales que siguen la misma inspiración que el resto de enseres de la cofradía, tomando como fuente de inspiración distintos elementos arquitectónicos y patrimoniales de nuestra ciudad. Un hecho que le confiere a la hermandad una personalidad única, resultando imprescindible detenerse a observar todo el cortejo por su vinculación con Huelva y admirar piezas como los ciriales inspirados en la fuente de la Casa Colón o el propio paso de misterio, aun en fase de tallado, inspirado en el púlpito y demás elementos mobiliarios de la Catedral.
El apartado musical, la Capilla Musical Madre de Gracia, acompañada de tenores cantando motetes y los singulares sones de los violines, ha vuelto ser la encargada de procesionar junto a la Santa Cruz durante su recorrido, en un cortejo que ha formado por unos 120 nazarenos. El exorno floral ha seguido la línea elegante marcada años atrás, con un friso de flores variadas alrededor de toda la canastilla.