Mari Paz Díaz. La moguereña Isabel Díaz Olivares está viviendo a sus 34 años una de esas experiencias que te cambian la vida. Su lugar de destino: Berlín. Una ciudad en la que vive desde hace dos años gracias a que encontró trabajo en un Laboratorio de Análisis de Alimentos. Vivencias que ha querido compartir con nosotros como ‘Onubense por el Mundo’.
La historia de Isabel comienza cuando, tras estudiar Bachillerato en el IES Juan Ramón Jiménez de Moguer, se marcha a Sevilla para realizar la Licenciatura de Biología en la Hispalense. Un periodo de tiempo en el que tuvo el placer de disfrutar de varias becas en espacios naturales de Huelva, como Doñana y Marismas del Odiel, además de participar en diversos voluntariados y trabajos como monitora y guía en la naturaleza. Tras obtener la Licenciatura, esta onubense continuó su formación haciendo el Máster en Biotecnología Avanzada por la UNIA entre Huelva y Málaga, un postgrado que le dio la oportunidad de trabajar en el Departamento de Microbiología de la Universidad de Sevilla y en una pequeña Spin-off. Experiencias que le permitieron obtener su empleo actual, que comenzó en Almería y, desde allí, ha continuado desarrollando en Alemania, tal y como nos cuenta en esta entrevista.
-Isabel, ¿por qué decidiste irte fuera?
-No podía dejar pasar la oportunidad. En ese momento, ni yo ni mi pareja teníamos trabajo en Huelva, aunque si había posibilidades de tenerlo en poco tiempo, pero nada era seguro… Había que arriesgar y apostar por unas perspectivas de futuro que se nos abrían… Berlín era un destino que nos permitía soñar, una ciudad moderna, cultural y muy interesante.
-¿Cuánto tiempo llevas fuera de España?
–Ya llevamos casi dos años en Berlín, aunque antes también estuvimos mucho tiempo viviendo en Sevilla y, después, trabajando unos meses en Almería.
-¿Es tu primera estancia en el extranjero?
–Anteriormente estuve en Londres haciendo unos cursos de idiomas, pero no demasiado tiempo. Siempre tuve la inquietud de vivir, al menos un tiempo, en el extranjero, ya que es una experiencia enriquecedora.
-¿Cuál era tu nivel de idiomas al llegar?
-Pues alemán, cero, e inglés B1…, pero vamos avanzando.
-¿Cuál es tu balance de la experiencia?
–Pues intensa, inolvidable… Creo que, tanto a mi pareja como a mí, nos ha permitido saber que somos mucho más capaces de lo que imaginas cuando no te pones a prueba. Poco a poco vamos avanzando y sintiéndonos menos indefensos, porque, al principio, es cómo te sientes, sobre todo con tanto papeleo en alemán. Pero, indudablemente, la experiencia es muy positiva.
-Vives en Berlín, capital de Alemania. ¿Cómo es vivir ahí? ¿Es muy diferente a España?
-Se puede decir que sí. Se vive menos en la calle. Todo es mucho más tranquilo y silencioso, no hay muchos bares de tapas… Hay menos horas de luz y los horarios son diferentes. Salir es algo más caro que allí, aunque no se puede considerar a Berlín como una ciudad cara.
-¿Cómo es esta ciudad?
–Vivo en un barrio al suroeste de Berlín. Es un barrio tranquilo y prácticamente residencial, bonito, sin turistas, con muchos árboles y zonas verdes. Te puedes cruzar con zorros y ardillas por el barrio. En el pasado pertenecía el sector controlado por EEUU, y cuando apareció el famoso muro estaba en el lado de la RFA, por lo que estaba dentro del muro. Es curioso, porque ahora trabajo en lo que era la RDA y en esa época no podría hacer el recorrido que hago hoy en día para ir a trabajar, porque estaría el muro en el camino.
-Y sus habitantes, ¿cómo son?
-Berlín es muy cosmopolita. Aquí trabajamos muchos extranjeros y, se puede decir, que hay de todo. Normalmente, la gente es muy cortés y amable. Dicen que Berlín no es representativo del resto de Alemania, porque aquí el carácter es más abierto, con gusto por lo latino y por locales en plan antros estilo underground. Berlín es “pobre pero sexy”.
-¿Cuál es la imagen que tienen de España?
–Aquí te encuentras a muchos alemanes a los que les encanta España o Latinoamérica. Muchos hablan o chapurrean español. Destacan el sol, la comida y la fiesta… ¿cómo no? Pero aquí tienen buena imagen de los trabajadores españoles, aunque, según afirman, hablamos muy fuerte.
-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
-Profesionalmente, ahora me encuentro en un buen momento. Soy responsable de un Laboratorio de Microbiología de Análisis de Alimentos en una buena empresa que me da perspectivas de futuro. Mi trabajo no es monótono, y me hace crecer y aprender mucho cada día.
-¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
-Después de este tiempo de adaptación, ahora que nos sentimos más asentados en nuestros trabajos y en el país, nos toca ponernos las pilas con el idioma, principalmente el alemán. Aunque en el día a día y en el trabajo nos podemos desenvolver bien con el inglés, debemos ponernos en serio con el idioma.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
–Aunque les de pena tenerme lejos, ellos siempre me animaron porque sabían que era una gran oportunidad de desarrollo profesional. Además, están tranquilos, porque saben que no emprendí sola esta aventura. Mi ahora esposo Damián, también moguereño, es mi compañero en esta aventura desde el principio.
-¿Y tus amigos?
–Principalmente, que ya tienen sitio para quedarse cuando vengan a Berlín… Todos están muy contentos por nosotros y lo ven muy positivo.
-¿Cuáles son tus planes futuros?
–Por lo pronto dejarnos llevar, intentar mejorar profesionalmente, tanto yo como mi esposo, y ver dónde nos lleva el viento, tal y como empezó esta aventura hace ya un tiempo…
-¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
–Ahora mismo no está en nuestros planes. Aquí vivimos bien. Tenemos trabajo, tanto yo como mi marido, y tenemos solvencia para vivir con tranquilidad. Por ahora, no vemos la posibilidad de eso en España, ni de un trabajo con proyección para esto.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-Por su puesto a la familia/amig@s, la gastronomía y Marismas del Odiel.
-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España?
–Eso es cuestión de gustos. Sé que hay gente que no disfrutaría de esta experiencia. Por mi parte es algo que siempre había deseado, pero que no había tenido ocasión de hacerlo hasta ahora. Pensé muchas veces que no iba a tener una oportunidad así, y valoro mucho lo que tengo ahora, porque hemos luchado mucho por estar aquí y, de esta manera, haciendo algo que me gusta y superándome a mí misma cada día. Esta experiencia te hace valorar las cosas de otra manera. Yo se lo recomiendo a todas esas personas que tengan inquietudes similares. Siempre hay que decir que no es fácil, hay momentos duros, pero una vez superados, la satisfacción es mayor.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-No es fácil estar lejos de todo lo bueno de mi Huelva. Tenemos mucho bueno que tenemos que potenciar y valorar. Tenemos más de lo que creemos, y cuidarlo y amarlo es nuestro deber y responsabilidad. ¡Viva Huelva!