-¿Cómo surgió la idea de crear un nuevo sistema de pesaje de frutos rojos?
-Antes de Apleinova ya hemos desarrollado otros proyectos de innovación en ingeniería industrial o agrícola porque nos gusta y creemos de corazón en las ventajas que aporta a las empresas, a la economía y a las personas. La idea surgió cuando observamos cómo se recoge la fruta en el campo con los tradicionales burritos y sentimos que podíamos ayudar a mejorarlo.
La forma de recolección, pesaje y envasado que se sigue con los frutos rojos consiste en recolectar primero el fruto de la mata para depositarlo en los envases de una caja de plástico grande, haciendo el cálculo a ojo, para pesarlo después en su conjunto en una balanza en el campo. Detectamos que existían márgenes de error que hay que compensar, pesando las cestas nuevamente una a una para verificar ya en la nave que contengan el peso correcto, y que esto conlleva que la fruta ha sido manipulada hasta tres veces antes de ponerla a la venta. Como todo este proceso conlleva una gran inversión de tiempo y de dinero, y afecta además a la calidad del fruto, pensamos en cómo se podía mejorar y, tras cuatro años de I+D+i, nació el FR-60.
-¿Y cómo funciona exactamente esta nueva generación de carros?
-De manera muy fácil y práctica. Para la recolección del fruto, el operario va rellenado las tarrinas en el formato que se desee recoger y que se encuentran dispuestas en una caja justo encima de la balanza. Cuando la tarrina llega al peso exacto marcado, el carro emite un sonido de aviso y se enciende una luz verde en el caso de que sea correcto y rojo en el que no. A continuación, se pasa al siguiente envase y se sigue la misma mecánica. Así, se reduce a un solo paso la recolección, al del momento en el que el trabajador recoge la fruta, la pesa hasta indicarnos cuándo llegamos al gramaje correcto y la puede envasar sobre la marcha si lo desea.
-¿Cómo han sido estos primeros años de la gestación del FR-60?
-Como toda innovación, y más en el campo, los inicios no han sido fáciles yantes hubo que hacer diferentes pruebas. Hemos tenido la oportunidad de probar el desarrollo del FR-60 sobre el terreno durante estos cuatro años gracias a una explotación fresera de Palos de la Frontera en Huelva.
-¿En qué han consistido exactamente esas pruebas?
-Se ha testado en todas las circunstancias adversas a las que se enfrentan los recolectores y con todos los formatos de envase habituales. Es evidente que hay parcelas con terrenos más abruptos que otras y esto dificultaba mucho la estabilidad en las pesadas. Para corregirlo, hemos ido adaptando el software del equipo hasta conseguir eliminar por completo esta barrera, aunando un gran esfuerzo en tecnología de programación con trabajo de campo.
-¿Y cómo lograsteis alcanzar la exactitud en el gramaje?
-Hemos tenido un gran aliado en este sentido, el Grupo Epelsa. Esta compañía es líder a nivel nacional en el pesaje y se dedica al desarrollo, fabricación y distribución de equipos de pesaje electrónicos basado en la investigación. De hecho, hemos logrado con la plataforma de pesaje de Epelsa una precisión de 1/3.000 divisiones con un escalón de 5 en 5 gramos y gran estabilidad en la pesada, incluso, como decía antes, en terrenos deficientes.
-¿Qué diría que ha sido lo más difícil que han tenido que afrontar en todo este camino y estos años de investigación y desarrollo?
-No hay únicamente una cosa, pero además de las diferentes condiciones de terreno y climatológicas, se nos presentó que los recolectores son de distintas nacionalidades y podían no saber interpretar bien las indicaciones de peso. Para ello incorporamos unas señales acústicas y luminosas para cuando las tarrinas han alcanzado el peso exacto programado y deseado.
-¿Por qué hay tanta diferencia de esta forma de trabajar con el resto de sistemas de recogida y pesaje actuales?
-No existe en el mercado del sector agrícola ningún sistema de recogida y pesaje de frutas como este que presentamos en exclusiva en Huelva, por eso es un producto tan único e innovador. Y como decía antes, su principal valor se basa en que el fruto es manipulado una sola vez, conservando la mejor calidad para el consumidor final y un gran ahorro económico para los productores.
-¿Considera que es más difícil innovar en el sector agrícola?
-Innovar no es fácil, sea el ámbito que sea. Y, como todo lo que es nuevo, hay que ganarse a los clientes poco a poco ya que, por ejemplo, en nuestro caso, tanto los agricultores como los recolectores están acostumbrados a realizar esta tarea con los burritos de siempre. Pero una vez que se prueba, comprueban la utilidad. Una anécdota curiosa fue en la plantación de Berries de los Mimbrales donde la operaria que recogió el fruto a modo de prueba comentó que el cambio en el proceso de recogida y pesado le parecía que trabajar con este carro era“como un hotel de cinco estrellas” (risas).
-Además, ¿colaboran con un proyecto interesante de Cuna de Platero?
-Sí, estuvimos recientemente en una finca moguereña para mostrarles cómo funciona nuestro carro de recogida y pesaje de fruta y,de hecho, el FR-60 está actualmente trabajando en la explotación de Cuna de Platero en Ávila, ya que ellos persiguen ofrecer fresas de calidad a sus clientes durante todo el año. Estamos muy orgullosos y satisfechos porque una empresa cooperativa de este nivel haya confiado en nosotros para un proyecto tan ambicioso.
-¿Cree que la aplicación de las nuevas tecnologías en la agricultura la harán más competitiva o le pueden quitar parte de su sentido original?
-En un mundo globalizado donde la competencia es voraz y creo que solo la tecnología y la innovación marcarán la diferencia entre una marca y otra. Al fin y al cabo, el progreso es lo que nos hace ser más competitivos y eficientes.
-Para adquirir esta nueva generación de carros ¿Los empresarios agrícolas pueden acogerse a algún tipo de ayudas?
-Como elemento tecnológico que apuesta por una renovación de un proceso productivo su adquisición puede contemplar una subvención de los fondos europeos (OPHF) de hasta el 50 % de su coste, junto con otro tipo de ayudas a la inversión de carácter andaluz. Además, desde Apleinova hemos realizado los cálculos sobre la inversión a realizar para la sustitución de los burritos y la adquisición del carro, obteniendo como resultado una amortización de la inversión en una sola campaña, gracias a ahorros de entre un 7% y un 10% de la producción agregada por explotación por campaña.
-¿Existen además otras posibilidades de financiación?
-Claro. Estamos en negociaciones con varias entidades de crédito y en especial la más especializada en el sector agrícola, Caja Rural del Sur, está contemplando incluir un producto especial para la adquisición de este equipo, pero no podemos avanzar, de momento, nada más.
-Se demuestra que Andalucía es también tierra de emprendedores y de innovación. ¿Qué espera para el futuro?
-Por supuesto que el FR-60 tenga éxito, pero no solo por Apleinova, sino por los agricultores y los trabajadores, ya que habremos logrado nuestro objetivo de aumentar el margen de beneficios de los productores, mejorar las condiciones de trabajo de los recolectores y ayudar a que se desperdicien menos frutos y lleguen del campo al cliente con aún mayor calidad de la que se está ofreciendo y por la que el sector de los frutos rojos onubense es un referente mundial.
