HBN. Rafael Díaz, responsable del actual Centro de Estudios Náuticos El Rompido, tiene una larga trayectoria dentro del sector náutico onubense. Piloto de primera y capitán de la marina mercante, comenzó en 2006 como experto docente en el Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera (IFAPA) de la Junta de Andalucía, desarrollando labores como instructor. Este hecho y circunstancias, le animó a comprar, en el año 2000, la Academia Náutica de Huelva, encargándose junto a otro socio, de su gestión y funcionamiento de forma particular. Establecida en aquel entonces en la barriada de El Molino en Huelva capital, Rafael ha estado casi diez años trabajando en este proyecto, hasta que en 2009, recibió una oferta del Ayuntamiento de Cartaya para establecer el negocio en El Rompido, como centro de estudios náuticos deportivos.
Aceptando la propuesta y una vez establecidos, en 2011, el renovado centro de estudios náuticos se unió con la empresa Aldamar Inspecciones Sociedad Limitada, instituyéndose la escuela por tanto, como centro de formación marítima profesional, con misma sede en El Rompido en C/Candilejas, 2. La escuela, que esta homologada por la Junta de Andalucía y por la Marina Mercante, está habilitada para poder firmar, entre otros, la ITB de los barcos, así como para facilitar el acceso a las titulaciones y certificaciones pertinentes para el manejo de prácticamente todo tipo de embarcaciones; titulaciones, por otro lado, de obligado cumplimiento desde 2012 para navegar.
Una vez instaurados en El Rompido y como sucede en la actualidad, Rafael Díaz junto a Toñi, su mujer, se ocupan día a día de todo lo relacionado con la gestión, administración y estrategia de la escuela, combinando Rafael, su responsabilidad como experto docente de la Casa del Mar en el Instituto Social de la Marina de Huelva. El objetivo principal de este centro privado de estudios náuticos es la búsqueda de una vía profesional con base en la pasión por la náutica: «Para mí, la inspección técnica de buques pasó a ser, de un hobby entre comillas, a mi cometido principal» declara Rafael. «La influencia de los cinco puertos deportivos nos mantienen fieles a todas las necesidades tanto de barcos como de personas en términos de náutica» continúa. «Atendemos satisfactoriamente a un gran volumen de inspecciones técnicas y de gestiones administrativas» añade Toñi.
Tras un parón de varios años con Aldamar en términos profesionales, este centro de estudios vuelve a conformar ahora un equipo con dicha empresa de inspecciones y con el Club Náutico de Punta Umbría, con quienes están llevando a cabo el desarrollo de los cursos de formación deportiva, pretendiendo que a partir de octubre se vuelvan a reanudar. Algunos de los cursos que van a recuperar con esta unión son los de Patrón Portuario, Formación básica de seguridad y Buques de Pasaje.
En Punta Umbría y gracias al acuerdo con el Club Deportivo Náutico de Punta Umbría, tienen allí otra una sede con barcos escuelas y aulas, donde normalmente se imparten las clases. Desde la escuela, cubren todas las convocatorias que se publican en relación a titulaciones náuticas deportivas, que de momento, gestiona la Junta de Andalucía. Suelen convocarse tres o cuatro al año y la media suele ser de 15 alumnos por clase (variable cada año).
«La actual unión con Aldamar y con el Club Deportivo Náutico de Punta Umbría es el proyecto de futuro de más importancia en relación a la actuación de la escuela» comenta Rafael Díaz. La permanencia como negocio y la fidelidad que les tienen sus muchos alumnos y clientes es lo que más les caracteriza, ya que uno de los principales propósitos del centro escuela es el mantenimiento del nivel de actuación, «lo que conlleva una gran responsabilidad» culmina Rafael.
Más allá del mantenimiento y la mejora de la actividad profesional, la escuela está tratando de ampliar el negocio en términos de expansión, con su presencia en otras zonas de la costa onubense. En estos momentos, también están ampliando en términos comerciales con la venta de complementos de moda náutica o la incorporación de nuevas equipaciones para los barcos.
Aunque conforman una empresa familiar, en la sede de El Rompido trabajan en base a una concesión municipal, recientemente renovada en el 2016. Actualmente, el local tiene unas dimensiones de 45m². En la sede de Punta Umbría, donde cuentan con un gran aula multiservicio perfectamente equipada con ordenadores, simuladores, mesas, sillas y proyectores, la dimensiones rondan los 40m², además, todo el equipo es portátil. En cuanto a la relación calidad-precio de las tarifas, «Somos competitivos y damos facilidades» apunta Toñi; «aunque no optamos por rebajar de manera deliberada los precios, sino ajustarlos de forma razonable» concluye su marido, Rafael.
Uno de los rasgos que diferencia a la escuela dentro del sector, es que todos los profesores son profesionales de la náutica, o bien pilotos o bien capitanes de la marina mercante, es decir, son titulados superiores de la marina civil. Abiertos todo el año y a disposición de la ciudadanía, animan a los onubenses a que les conozcan, a que confíen en su voluntad de servicio.