Redacción. El próximo 22 de octubre se celebra el día mundial de la tartamudez. Es una jornada para llamar la atención sobre la normalización, sensibilización e información de cara a la sociedad en relación a este trastorno tan extendido. El conocimiento y la detección de los factores de riesgo permite realizar un diagnóstico precoz, lo que posibilita un rápido acceso al tratamiento con el fin de remitir o reducir los síntomas de la tartamudez, así como reducir el impacto en la calidad de vida de los niños que tartamudean.
Los especialistas indican que es imprescindible que un padre o docente, cuando den comienzo las primeras disfluencias, acuda o derive al niño a un logopeda especializado en tartamudez con el fin de realizar un «diagnóstico diferencial». Es allí donde se evaluará con una serie de criterios diferenciales para distinguir la «Tartamudez Persistente» de las «Disfluencias Evolutivas«. En esta línea, está prevista la celebración, el 26 de noviembre, en el centro Gota de Leche de la capital onubense, de la ‘II Jornada de Tartamudez en la Edad Pediatríca‘. La temática prevista a abordar en este evento es ‘La tartamudez en la edad pre-escolar’, ‘La tartamudez desde la infancia a la adolescencia’, y ‘el niño que tartamudea ¿cómo ayudarle en el colegio?’.
Todos aquellos que pueden verse afectados por esta cuestión pueden conocer los diferentes protocolos de actuación según especialidades: desde la pediatría, desde el centro escolar y por su puesto también desde la clínica de logopedia. Se puede acercar la Atención Temprana a la tartamudez para romper con los mitos de «esperar hasta los 8-9 años» o con el de «intervenir tempranamente puede ser contraproducente».
Los logopeda, pediatras, docentes, padres o madres de un niño con disfluencias, tienen una cita el próximo 26 de Noviembre en Huelva en la «II Jornada de Tartamudez en Edad Pediátrica».
Los interesados pueden reservar plaza en http://www.fundacionttm.org/ii-jornada-edad-pediatrica/