Rosa Mora. Desde pequeña siente una gran pasión por todo tipo de animales. Ya a los ocho años de edad, Delia Naranjo recogió de la calle a ‘Marrun’, un perro que había sido abandonando, que pronto pasó a formar parte de una familia en la que las mascotas han tenido siempre un lugar destacado.
Vecina de Bollullos del Condado hasta la mayoría de edad, esta onubense, auxiliar de veterinaria, con curso en peluquería canina – además es licenciada en Filóloga Hispánica por la Universidad de Granada- reside en la actualidad en Hinojos, localidad onubense con buena parte de su territorio en pleno Parque Nacional de Doñana.
“Mi padre ha estado siempre muy vinculado a la marisma de Doñana, al campo y a temas ganaderos. Digamos que yo me he criado entre caballos, perros, gatos, borregas, gallinas… Por otro lado, mi tío tenía una granja de pollos y recuerdo cómo los alimentaban, cómo los cargaban… es algo que siempre me dio muchísima pena. Una circunstancia que me ha hecho adquirir una conciencia analítica y crítica en lo que a la protección de los animales se refiere. También dejé de comer carne», cuenta Delia a Huelva Buenas Noticias.
La necesidad de actuar ante el abandono animal, una lacra muy presente en nuestra sociedad – que se ve acentuada durante los periodos vacaciones- hizo que Delia decidiera poner en marcha la asociación que hoy responde al nombre de Colectivo Animalista del Condado. «Realmente desde pequeña tenía en proyecto montar una asociación, una fundación o un santuario donde también tuvieran cabida animales de granja. Esta idea tomó forma cuando volví de estudiar de Granada, motivada porque la situación de abandono, sobre todo en Bollullos, era alarmante», explica Delia. Y así fue como, con la ayuda de dos amigas, nació el Colectivo Animalista del Condado. Junto a Delia; Elma Rosado es secretaria de la entidad; y Julia Mateo, tesorera.
Aunque constituida oficialmente a mediados del año 2015, y con representación en Bollullos del Condado y en Hinojos, esta entidad trabaja en la comarca onubense del Condado desde bastante tiempo atrás. El objetivo que persiguen está claro: concienciar a la ciudadanía ante los muchos casos de abusos y abandonos de animales.
El reto del Colectivo es poder llegar a contar algún día con un refugio. Mientras tanto se organizan gracias a las tres casas de acogida indefinidas de las que disponen, las cuatro temporales, y la labor de las madrinas y padrinos que costean la residencia de los animales.
“Mi casa es casa de acogida indefinida. Eso quiere decir que los perros están conmigo desde que son recogidos hasta que son adoptados. Por otro lado, están las casas de acogida temporales, que tienen disponibilidad para quedarse con algún perro durante, por ejemplo, unos 15 días o un mes. Con estas viviendas sólo trabajamos con perros que ya tenemos en las casas de acogida indefinidas. Acudimos a ellas en los casos en los que necesitamos, de forma puntual, dejar algunos de los perros que tenemos a nuestro cargo”, nos cuenta la onubense.
Delia cuida en estos momentos de un total de 11 perros. Cinco conviven con ella en su vivienda de Hinojos, y el resto habitan en una finca de la onubense, ubicada también en el mismo municipio condal-. “Yo vivo en una casa con un patio bastante grande. En la parte de atrás tengo una cocina en desuso, que tengo habilitada como zona de hospitalización. Aparte dispongo de una finca en el campo -una antigua granja de pollos- donde viven los perros, allí pueden correr libremente», explica Delia. Hasta el momento la joven ha acogido en su casa cerca de 60 perros, los cuales han sido todos dados en adopción.
Cataluña es la comunidad que más se ha interesado por los animales de esta entidad onubense. «Desde Barcelona y pueblos de alrededor nos solicitan muchos, aunque también depende de la raza del perro. De Barcelona piden galgos, en Madrid están más interesados en cachorros. Es curioso cómo en Barcelona desean razas aquí invisibles y muy maltratadas: perros de cacería, galgos,podencos, bretones…», nos cuenta.
En cuanto a los recursos del colectivo, éste cuenta con sus propios socios, aunque reconoce Delia que el dinero acumulado al mes es muy escaso. “En alimentación y, sobre todo, en asistencia sanitaria se nos va todo el dinero. Hace unas semanas recogimos a cinco cachorros que estaban detrás de una alcantarilla. De ellos han muerto tres. A estos que han fallecido no les ha faltado asistencia veterinaria ni el ingreso en la clínica cuando lo han necesitado. Los otros dos siguen medicándose…”, explica Delia. De esta forma tienen que hacer frente a costes importantes, a pesar de contar la entidad con acuerdos de colaboración con veterinarios de Bollullos, Hinojos, Moguer y con dos clínicas de Pilas.
Más allá de la propia recogida de animales y la gestión de sus adopciones, la entidad realiza charlas en institutos y espacios públicos con el fin de fomentar una mayor concienciación. Cuentan además con Dylan, un perro que encontraron atropellado, y que hoy emplean para realizar terapias con personas enfermas.
Una de las importantes fuentes de financiación del colectivo procede de los eventos que realizan donde venden diversos productos –muchos de ellos realizados por la voluntaria Cristina Domínguez-. El próximo se celebrará en el mes de octubre en Hinojos, una cita que contará con actuaciones y sorpresas para los asistentes.
1 comentario en «Delia Naranjo, el amor por los animales de una onubense que ha gestionado la adopción de más de un centenar de mascotas»
¡Chapo! por Delia si mucho mas gentes fueran como ella el mundo seria diferente.Los que aman a los animales sienten y forman parte de la naturaleza los maltratadores de todas las especies es «una raza» que si desapareciera el planeta tierra
quedaría en paz.