S. D. Este martes pasado se cumplió un año de que el Fundación Cajasol Sporting levantara su primer título en su corta historia de vida. Fue el 17 de mayo de 2015 en el estadio municipal Álvarez Claro de Melilla donde las sportinguistas se alzaron con el reinado durante un año del fútbol femenino español. Un año vivido ‘campeonamente’.
El Fundación Cajasol Sporting inició la Copa de la Reina sin la obligación de nada pero con el hambre de todo que le valió para ser justas campeonas. Tras pasar por el Rayo Vallecano y posteriormente con el Atlético de Madrid, el último peldaño les enfrentaría al Valencia que había eliminado al por entonces campeón, el Barcelona. Por 2-1 ganaron esa final soñada las chicas del Fundación Cajasol Sporting.
Manuela Romero, presidenta del Fundación Cajasol Sporting, Antonio Toledo, entrenador, Patri Gavira, capitana, y Martín-Prieto, mejor jugadora de la Copa de la Reina, han repasado un año después todo lo que supuso conseguir una hazaña tras pasar a la Copa de la Reina en la última posición de los ocho clasificados. Una posición que convertía a las sportinguistas en el rival más apetecible, aunque como en los cuentos, la cenicienta se acabó convirtiendo en Reina.
De ser el rival con el que todo equipo se quería emparejar, pasó a ser el rival que batiera a todos los equipos que se acabaron poniendo en frente. “Fue como un cuento de hadas”, comentó Manuela Romero. “Un sueño que se hace realidad después de muchos años de trabajo y esfuerzo por este deporte. Es increíble pasar de sentirse cenicienta a sentirte reina y haber logrado algo histórico para nuestro Club y nuestra ciudad”.
Antonio Toledo añadió que “todo fue como un cuento, un precioso cuento con un final feliz y donde la cenicienta demostró ser la verdadera reina”. Martín-Prieto añadió que “el mejor cuento que pudimos contar”. Por su parte la capitana Patri Gavira comentó que “no ir de favoritas siempre hace que disminuya la presión para ese equipo, en este caso el nuestro. Esta teoría estaría bien para un partido de liga en el que su resultado no tiene transcendencia alguna, pero hablamos de la competición más bonita de la temporada, en la que los nervios, presión y ganas de ganar existen sea el rival que sea. Por nuestra parte no estábamos tranquilas diciendo ‘¡va! Si no ganamos es normal’ no buscábamos ese consuelo. No sé si al resto de equipos que se enfrentaron si les pasó y nos trató como ‘cenicienta’ pero sinceramente tampoco lo pienso. De ahí que sea la competición más bonita, porque puede pasar lo que resultaría más inesperado”.
Un año después del primer título del Fundación Cajasol Sporting recuerdan lo que pensaron nada más pitar el árbitro el final del encuentro, el único partido que las sportinguistas no comenzasen perdiendo ni se llegasen a disputar la prórroga en toda la Copa de la Reina. Manuela Romero sintió “una emoción enorme que casi no puedo explicar. Miré al cielo y me acordé de las estrellas que tenemos ahí arriba y nos cuidan y protegen; para ellas un trozo de esta Copa. Y después miré al césped y me sentí un escalofrío cuando vi a las jugadoras y cuerpo técnico abrazados celebrando el título”.
Manuela se encontraba “en el palco y me felicitaban pero estaba en una nube, la verdad. Y hablando con mi madre por teléfono, que fue la primera que me llamó al acabar el partido. Antes de coger el avión de vuelta leí muchos mensajes de amigos y familiares y eché la mirada atrás y es entonces cuando lloré de emoción. Ha sido tanto el esfuerzo de estos años que tener la Copa en nuestras manos es algo indescriptible”.
“Cuando el árbitro pitó el final me acordé de mucha gente -comentó Antonio Toledo- las que ya no están y desde el cielo nos ayudaron, de todos los sacrificios y penurias que hemos pasado y que al final merecieron la pena. También tuve tiempo para reírme de aquellos que nos han puesto tantas zancadillas aquí en nuestra ciudad y que al final no pudieron con nosotros”.
Patri Gavira bromea sobre lo que pensó nada más acabar el partido, “pues que el pollito la había liado”. Fuera de bromas comentó que “había terminado el sufrimiento y la tensión de cada partido en toda la competición, que se había cumplido un sueño que poco a poco a medida que íbamos pasando los partidos nos íbamos creyendo más que era posible, que por qué no íbamos a ser nosotras y que finalmente habíamos dado la campanada”. Por su parte Martín-Prieto pensó “en todo lo que habíamos pasado, de que estuvimos a punto de no poder ir a Melilla y de perdernos ser campeona de España”.
La primera imagen que se les vienen a la mente de toda la Copa de la Reina, para Manuela Romero es “una que siempre hace que se me salten las lágrimas que es cuando pasamos a la final y Sandra va corriendo a abrazarse a las demás pero se para de pronto y se pone de rodillas como diciendo: por fin!. Luego pues por supuesto verlas a todas abrazadas, a los entrenadores. Ver a Antonio tan tranquilo en el banquillo de pie mirando al equipo celebrando la victoria. Verlas antes de salir a jugar los partidos de semifinales y final. Y la llegada a Hueva también me pone los pelos de punta; nuestras familias y amigos, nuestra cantera, nuestra afición. Como nos estaban esperando para celebrar la conquista de la Copa de la Reina. Bajar del autobús en la fuente y sentir todo ese cariño y poder festejar con todos ellos esta Copa que es de todos. Fue muy emocionante la llegada a Huelva, no puedo explicar todo lo que sentí. Otro momento es cuando Villar entrega la Copa a Patri y el equipo canta Huelva, Huelva y el famoso ‘si se puede’, porque realmente si pudimos contra todo. Creo que más que una imagen tengo un álbum entero en la cabeza y en el corazón”.
Antonio Toledo tiene su momento que le viene a la mente de “las caras de mis jugadoras, su concentración, su piña, su carácter y su entrega durante toda la competición y su desbordante alegría cuando Ángel María Villar nos entregaba la Copa. Y la llegada a Huelva fue apoteósica cuando llegamos a la fuente de la Avenida de Andalucía”.
La primera imagen que se le viene a Patri al cerrar los ojos es “siempre la celebración de todo el equipo junto, la misma imagen en cuartos, en semis y en la final, la felicidad de un equipo unido por las victorias obtenidas”. A Martín-Prieto la primera imagen “de la final es el gol del desempate. Y si hablamos de toda la competición se me viene después del partido del Atlético de Madrid las compañeras descargándonos las piernas unas a las otras, para poder estar a punto para la gran final”.
Manuela Romero junto con Antonio Toledo, además de Sandra García, ya disputaron una final de la Copa de la Reina con el desaparecido Estudiantes CFF, doce años después repitieron cita, en distinto club pero con el mismo sentimiento de defender a un equipo de Huelva en la lucha por conquistar tan importante título.
Manuela Romero comentó que “la espera ha valido mucho la pena. Ganar la Copa es un sueño hecho realidad. Hemos sido la cenicienta estos años, hemos callado, hemos sufrido y hemos seguido trabajando. Muchas veces he sentido ganas de dejarlo todo, pero no he podido porque mi carácter no me deja darme por vencida. Creo que la vida o el destino nos han regalado un premio enorme a la constancia. Me siento muy feliz por todas las jugadoras, entrenadores y por todas las personas que han pertenecido al club de un modo u otro. Y por supuesto me alegro mucho por Antonio Toledo, un hombre que ama este deporte y se desvive por él, sus años de trabajo han dado sus frutos y ha visto realizado un sueño”.
Manuela vivió las dos citas en circunstancias distintas, con el Estudiantes CFF era la delegada del equipo mientras que con el Fundación Cajasol Sporting lo vivió como la primera presidenta de las sportinguistas en alzarse con un título. “La verdad yo soñaba desde pequeña con ganar una copa siendo jugadora. Es diferente por completo. Yo soy la misma pero no lo he vivido igual. Para mí esta ha sido mucho más bonita y emocionante independientemente del resultado. Recuerdo el subcampeonato con mucha alegría pero los años han pasado y yo he ido creciendo como persona a la vez que el Fundación Cajasol Sporting; dando pasos en mi vida igual que el club lo ha ido haciendo en su cantera y en su primer equipo. Por eso mismo, como dices, han pasado doce años. Doce años de esfuerzo, de sentir ganas de dejarlo todo porque ha habido momentos muy duros y malos. Porque me he planteado si era yo la persona idónea para representar a este Club, pero siempre me ha podido el corazón más que la cabeza y las ganas de no dejarme vencer y de luchar por todas las niñas que quieren jugar al fútbol o por las personas que quieren estar involucrados en el mismo para ayudarlo a crecer. Por una parte me habría gustado estar en el banquillo viviéndolo con los demás como siempre he hecho, pero por otra me sentí muy afortunada de estar viéndolo todo desde arriba y de representar a mi Club, al que llevo muy dentro grabado”.
Para Antonio Toledo estos doce años “sí ha valido la espera, hace 12 años en Sabadell no tuvimos suerte, pero lo de Melilla hace un año ha compensado todo este tiempo en el que hemos luchado tanto por el fútbol femenino en Huelva”.
¿Qué se puede sentir al levantar la Copa de la Reina? Patri Gavira como capitana del Fundación Cajasol Sporting lo hizo en el Álvarez Claro de Melilla, y lo que sintió fue “máxima tranquilidad y relajación de saber que se había cumplido y que éramos nosotras las campeonas y sobre todo muchas ganas de soltarla para que el resto de compañeras la pudieran coger también”.
Martín-Prieto tuvo una actuación soñada en la Copa de la Reina, dos goles en los cuartos de final y otros dos goles en la gran final, además del peligro constante que provocaba en cuanto el balón se dirigía a ella, le dio el premio individual de ser declarada como la mejor jugadora de la Copa de la Reina. Premio individual y premio colectivo al poder llevarse a casa también la réplica que la acredita como campeona de la Copa. “La verdad que no se le puede pedir nada más. Creo que cuando se empieza esa competición toda jugadora quiere un registro así. Yo gracias a mis compañeras lo pude lograr”, concluyó Martín-Prieto.