Ana Rodríguez. Natural de Huelva, aunque muy vinculada a Tharsis por ascendencia materna, Raquel Rodríguez López es una de esas mujeres valientes que se envolvió la manta a la cabeza y se marchó al extranjero para perfeccionar su inglés.
Informática por sorpresa, ya que hasta el último momento jamás se había planteado dedicarse a la ciencia de los ordenadores, Raquel consideró que podría ser una salida profesional que le proporcionara “cierta calma”. Tras hacer unas prácticas en Oracle, empezó a trabajar en Everis y de aquí, pego el salto hacia el norte…
– Raquel ¿por qué decidiste dejar tu trabajo e irte fuera? A Brighton concretamente
En un mundo laboral como el mío es totalmente fundamental tener un inglés fluido y el mío, por desgracia, no lo era. Quizás en el momento en el que me fui, eso no era un problema pero sabía que se convertiría en uno y cuanto más tarde lo resolviera más trabajo me costaría. Elegí Brighton porque, dentro de lo malo, quería irme a un sitio donde el clima no fuese tan malo y, como personas de costa que somos, necesitamos un sitio con playa, así que… aquí estoy.
– ¿Cuál era tu nivel de inglés al llegar?
Mi inglés era muy pobre, me resultaba muy difícil comunicarme con la gente y peor aún entenderlos, pero, con paciencia, clases e intentando hacer vida con la gente local de aquí, cuando te quieres dar cuenta estás totalmente inmersa en una conversación sin el más mínimo esfuerzo.
Además, me fui muy concienciada del duro camino que tenía por delante, pero estaba muy motivada y siempre teniendo claro que tenía que disfrutar la experiencia, saliera bien o no. Por supuesto, tienes tus momentos malos, pero después sales a la calle y te das cuenta del gran abanico de oportunidades que tienes.
– Cuando llegaste empezaste trabajando de niñera para aprender el idioma. ¿Cómo fue la experiencia?
Ha sido una de las cosas más bonitas que he vivido aquí. El trabajo lo encontré por una website inglesa. Al poco de llegar aquí la familia contactó conmigo, nos conocimos y, aunque apenas hablaba, hubo muy buena conexión y me contrataron. Ellos fueron un pilar muy importante para mí, me ayudaban mucho con el idioma, con cualquier duda. Me trataban como una más de la familia, de hecho, todos los domingos seguimos comiendo juntos, son mi familia inglesa. Además me adapté muy bien ya que, quitando la costumbre de almorzar a las 12.00 horas, el resto eran más o menos como las nuestras.
– Luego conseguiste encontrar un trabajo de informática…
Era la primera vez en mi vida que iba a hacer una entrevista en inglés. ¡No me lo podía creer! A los cinco meses de estar aquí me iba a enfrentar a eso. Mi percepción fue que son más informales que en España, van vestidos muy casual, con menos protocolos, preguntan directamente lo que necesitan y les interesa para saber si puedes desarrollar el trabajo. Por aquel entonces, mi trabajo consistió en desarrollar las páginas web de varios clientes que tenían y la creación de algunas nuevas interfaces.
– Y de ahí saltaste a Apple…
El proceso de selección fue muy duro. Tuve cinco entrevistas y en cada una me pedían que les llevase una aplicación hecha. La última fue la peor porque me llamaron la tarde antes pidiéndome una aplicación de cosas que yo no había hecho nunca. Me dijeron que sabían que no me habían dado tiempo para hacerla, pero que sería conveniente que la hiciese, así que tuve una noche larga larga por delante, pero la llevé terminada.
– ¿Cómo es trabajar en Apple?
No es muy distinto a las otras empresas en las que he estado. Hay un departamento muy amplio de publicidad y comunicaciones con los medios, pero es en los casos en los que lanzamos una nueva aplicación. El resto de la jornada es como otra compañía más.
Yo hago aplicaciones. Las que he hecho son bastante sencillas, ya que tampoco llevo mucho tiempo trabajando aquí. Entre ellas un quiz para Collins, una de golf y otra de las 100 películas americanas más famosas de cine independiente.
– Cuando vienes a España y dices que trabajas en Apple ¿qué te dice la gente?
Es graciosa la cara de sorpresa que se les queda, pero aquí es una empresa como cualquier otra. Tener la suerte de optar a un puesto de trabajo en el momento que hay una vacante, es lo único que se necesita.
– ¿Cuáles son tus planes futuros?
Pues a corto plazo, seguir por aquí, intenta viajar y conocer más sitios. Aunque, por supuesto, es en casa donde quiero acabar.
– ¿Volverías a irte?
Volvería a hacerlo porque a día de hoy sigo pensando que fue la decisión correcta. Es una experiencia maravillosa que le recomiendo a todo el mundo. Te enseña a valorar de lo que has estado siempre rodeada, de esos pequeños detalles en los que nunca te habías parado y, por supuesto, te enseña a conocerte a ti mismo.
– ¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
Aparte de toda mi gente, ¡el sol! Es lo más duro para mí aquí, aunque ya se sabe, a todo se acostumbra uno.