El onubense Alfonso Tocino gana el oro con sus ‘inseparables’ en el 64 Campeonato del Mundo de Ornitología

Alfonso junto a su nieto.
Alfonso junto a su nieto.
Alfonso Tocino junto a su nieto.

Ana Rodríguez. Hace sólo unas semanas la localidad portuguesa de Matosinhos acogía la celebración del 64 Campeonato Mundial de Ornitología, una cita en la que un onubense natural de Gibraleón, Alfonso Tocino Redondo, brilló con luz propia gracias a sus agapornis, pájaros que son más conocidos bajo el nombre de ‘inseparables‘.

Alfonso presentó al certamen mundial cuatro agapornis azul violeta.
Alfonso presentó al certamen mundial cuatro agapornis de tonos azul- violeta.

Este administrativo jubilado de 66 años se presentaba por primera vez a este concurso y lo hacía en la categoría de equipos -en ella un mismo criador presenta un conjunto de cuatro pájaros-, conquistado sus agapornis de tono turquesa-violeta al jurado del certamen, que tuvo que elegir entre 32.000 ejemplares de más de 40 países, unos 2.000 de ellos correspondientes a este especie. Así se hacía el olontense con el título de Campeón del Mundo en esta especialidad y categoría, una distinción que le ha hecho mucha ilusión y que supone un reconocimiento a su dedicación para con estas aves.


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El diploma de Campeón Mundial del olontense.
El diploma de Campeón Mundial del olontense.

La pasión de Alfonso Tocino por la cría de pájaros se la debe a su suegro. Éste tenía una voladera cuando Alfonsi -como lo conocen en Gibraleón- contaba sólo con 17 años y, de verlo a él cuidar canarios, le entró el gusanillo y comenzó a interesarse por el tema. «Me llevé muchos años con los canarios», recuerda el onubense, «pero hace unos 10 u 12 vi en Sevilla, en la Alfalfa, unos agapornis y compré un apareja. Eran pequeños y así empecé a criarlos».

Alfonso tiene en un piso más de cien pájaros.
Alfonso tiene en un piso más de 100 pájaros.

Actualmente, Alfonso cuenta con un centenar de aves de esta especie africana a las que cuida con espero en su propio hogar. De hecho, estos inseparables cuenta literalmente con su propia casa: «yo tengo tres hijas y sobre mi vivienda hice un piso pensando en ellas. Pero las tres se casaron y se marcharon, así que decidí usar el piso para mis pájaros, que viven allí como si estuvieran en un hotel de cinco estrellas«, explica divertido el onubense.


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Para que le jurado lo valore de manera positiva debe medir entre 15 y 16 centímetros.
Para que el jurado lo valore de manera positiva, los agapornis deben medir entre 15 y 16 centímetros.

Aunque los agapornis son muy escandalosos, el olontense afirma que al vivir en la planta baja y no tener vecinos cerca no molestan demasiado, siendo suficiente cerrar las ventanas para no escucharlos. En cuanto a cómo lleva su esposa su afición por los pájaros, reconoce que estos animales «no le gustan mucho», pero que respeta su pasión por ellos e incluso alguna vez lo acompaña a los concursos.

Alfonso ha ganado ya varios concursos con sus agapornis.
Alfonso ha ganado ya varios concursos con sus inseparables.

Y es que Alfonsi está hecho ya todo un veterano en estos certámenes, en los que lleva casi una década participando, siendo el último año especialmente bueno para él en este sentido. Así pues, ha conquistado el Campeonato Ornitológico de España, obteniendo el primer puesto en equipos con cuatro de sus inseparables y también el primer y segundo premios en la categoría de individual con ejemplares colores aqua y turquesa. También ganó el Campeonato Ornitológico de Andalucía celebrado en Dos Hermanas, donde obtuvo tres primeros premios y dos segundos, además de otros tantos que avalan su excelente labor como criador.

El olontense ha ganado otras competiciones.
El olontense asegura que le encanta competir.

Según el experto, en este tipo de concursos, el jurado se fija en la posición del ave, su color, plumaje, uñas, medidas (para los inseparables son 15-16 centímetros, ni más ni menos), forma de la cabeza… numerosos factores que determinan la ‘perfección’ a nivel competitivo del animal.

Por otro lado, el ganar estos campeonatos no le reporta a Alfonso reembolso económico alguno, más bien al contrario, pues tiene que correr con los gastos de desplazamiento, inscripción, transporte de los pájaros, etc. Así, el olontense reconoce que «el premio es más bien simbólico, es la satisfacción de haber ganado, de criarlos, de verlos nacer con la curiosidad de saber de qué color saldrán… es muy bonito ver una pajarera llena de colores».

El próximo Campeonato del Mundo de Ornitología se celebrará en 2017 en Almería y Alfonso asegura que volverá a competir, pues ésa es su gran ilusión y el motivo por el que dedica su tiempo a los agapornis.

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