San Francisco se funde en devoción con la Hermandad de la Esperanza

S.B.D. Desde primera hora de la tarde los alrededores de la Plaza Niña eran un hervidero de túnicas blancas y morriones de terciopelo camino de la iglesia de la Esperanza. El corazón del antiguo barrio de San Francisco vive con especial devoción el Miércoles Santo en torno a su Virgen de la Esperanza y su hijo de la Expiración.

A las 17:15h las puertas del templo se abrían ante una antigua calle Padre Andivia abarrotada de fieles y devotos expectantes por ver salir a la Reina de San Francisco. La hermosa Cruz de Guía, de plata y terciopelo morado regalada a la hermandad por la infanta Isabel a principios del s.XX, abría paso a uno de los más numeroso cortejo de nazarenos de nuestra Semana Santa. Un cortejo en el que comienza a predominar el nuevo hábito, de túnica y capa blanca y morrión de terciopelo morado en los tramos de Cristo.

Poco a poco, los tramos de nazarenos fueron abandonando el interior de la iglesia y el paso de misterio del Santísimo Cristo de la Expiración se iba situando sobre el dintel de la puerta. Un imponente paso, de líneas clásicas y exquisito tallado barroco, que lucía el único de los estrenos de las Hermandad en este año, las coronitas de orfebrería para los candelabros laterales estrenados el pasado año. Sobre un monte de claveles rojos sangre, el Cristo de la Expiración clama al cielo de Huelva en presencia de su madre, María Santísima del Mayor Dolor, San Juan Evangelista y María Magdalena.

Pasados unos 15 minutos desde que se abrieran las puertas, los sones de su Banda de Cornetas y Tambores Cristo de la Expiración interpretando el himno nacional recibían acompañados del aplauso de los onubenses al paso de misterio ya en la calle. A los sones de los toques de oración comenzaba a recuperar su posición elevada el Señor en el paso, ya que tiene que ser parcialmente enterrrado en el monte para efectuar su salida. Tras una emotiva levantá en honor de un costalero de la hermandad fallecido recientemente, el Cristo de la Expiración comenzaba su procesionar por las calles de Huelva con la derecha adelante la izquierda atrás a los sones de sus hermanos músicos, camino de uno de sus primeros puntos claves de la jornada, el encuentro en la Plaza Niña con las Hermanitas de la Cruz, al que llegaba entre las saetas que Mario Garrido le dedicaba desde el balcón de Huelva Buenas Noticias.

Desde el interior del templo seguían avanzando los tramos de nazarenos que anteceden al palio rocalla de Nuestra Señora de la Esperanza Coronada, luciendo en estos tramos el morrión de terciopelo verde. Diversas insignias de carácter mariano de la cofradía como el Mediatrix o el Simpecado dividen los tramos de nazarenos del palio de San Francisco. Ante la presidencia del palio, con su Hermano Mayor vistiendo la túnica correspondientes a los tramos del Señor, se situaba un nazareno cargando una cruz escoltado por cirios para realizar el rito «Ad lucem per crucem» en la Parroquia de la Concepción. En torno a las 18:20h el paso de palio hacía su salida a la calle Esperanza Coronada, entre un mar de devoción, vivas y ofrendas a la Señora de San Francisco.

Los sones del Liceo de Moguer con la marcha Esperanza por Huelva Coronada, de Abel Moreno, acompañaban la primera chicotá de Nuestra Señora de la Esperanza Coronada, exornada finamente con buquets de claveles blancos y pequeñas rosas blancas en las violeteras del frontal del palio. La Virgen de la Esperanza se mostraba a su pueblo de Huelva ataviada con su saya y corona de la coronación, luciendo en su rostrillo la medalla de la ciudad. Cientos de promesas tras su manto verde de tisú bordado acompañarían durante todo el recorrido la Estación de Penitencia de la Hermandad.

De nuevo en la Plaza Niña se vivieron instantes de pellizco con la llegada de la Virgen ante sus Camareras y Madrinas de la Coronación canónica, las Hermanitas de la Cruz. Momentos que siguieron minutos después con la llegada de la Hermandad al antiguo Brasil Grande, donde los vecinos del barrio la reciben entre pétalos, saetas y ofrendas, una imagen que volverá a repetirse en numerosos puntos ya de recogida la Hermandad.

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