ILG. La relación que se establece entre la madre y el niño durante los nueve meses de gestación se afianza y fortalece en los primeros días de vida. Unos vínculos que se hacen más latentes cuando los bebés nacen prematuros o con algún tipo de enfermedad, y por lo que necesitan tanto de cuidados de los profesionales, como del calor y el cariño de sus padres.
Para fortalecer esos lazos que se crean durante el embarazo y que se ponen en peligro con la hospitalización de los niños, la Unidad de Gestión Clínica de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva ha incorporado al área neonatal del Juan Ramón Jiménez una línea de cuidados para los bebés basándose en la incorporación de las figuras paternas al equipo de especialistas médicos. Se trata de una novedosa iniciativa que mantiene la conexión entre los padres y los bebés bajo la supervisión de los doctores y enfermeros que aportan humanidad y naturalidad al ingreso hospitalario de los bebés prematuros.
Tras varios estudios, se ha demostrado que el bebé, cuando es prematuro o tiene alguna afección y permanece ingresado en las áreas neonatales del hospital, vive una situación de estrés que dificulta su evolución y desarrollo. Un estrés que viene provocado por la distancia con la madre ya que al nacer, los bebés solo conocen el vientre materno y solo reconocen la voz de su madre que se pierde en el ingreso. De ahí la importancia de este novedoso sistema que permite que los padres y el recién nacido no se separen y que los lazos afectivos que se generan no se pongan en peligro.
Esta línea de cuidados está suponiendo para los profesionales un importante cambio en su trabajo ya que “hemos pasado de tener un paciente, que era el niño, a tener tres con los padres. Para que esto haya sido posible hemos necesitado un periodo de formación en el ámbito hospitalario, para poder entender y atender a los padres que también viven una situación de estrés al separarse de su hijo, prematuro o enfermo”, cuenta Rafael López, coordinador del área de neonatología del hospital Juan Ramón Jiménez.
Antes, los padres se separaban de sus hijos al dejarlos hospitalizados y el régimen de visitas era muy restringido, solo podían hacerlo durante quince minutos al día, lo que provocaba una brecha afectiva entre los padres y los hijos. Gracias a esta novedosa iniciativa, los padres están en permanente contacto con los bebés y con los facultativos que los mantienen informados de la evolución de sus hijos.
Sentirse cerca; olerse y acariciarse; escuchar la voz de los padres, que es el único sonido que han percibido durante el periodo de gestación; recibir los cuidados y el contacto del núcleo familiar directo resulta beneficioso para el menor, proporcionándole la seguridad emocional indispensable para que vaya evolucionando y superando las afecciones.
El nuevo área está dotado de unas salas en las que se encuentra el bebé y en la que sus padres pueden permanecer las 24 horas del día cuidando y manteniendo el contacto con sus hijos. “Aquí dotamos de humanidad cada uno de los box e intentamos que no se pierda la relación paterno filial que en los primeros días de nacido, un periodo muy importante tanto para la madre como para el niño. Los niños que están en estas salas son bebés prematuros o menores de 28 días con alguna enfermedad”, asegura Rafael López.
Según López, “se les invita a los padres a que realicen los cuidados, que no son específicos, y que en muchos casos tiene que repetirse una vez reciban el alta. Por eso es muy importante el aprendizaje, tienen que aprender a entender a su hijo a saber qué es lo que le ocurren: cómo comen, cómo cambiarlo, cuáles son las necesidades específicas que tienen porque son niños muy pequeños y con muy poco peso. Nosotros, gracias a esta nueva línea de cuidados, enseñamos a los padres. Antes era muy difícil porque venían 15 minutos al día, por eso hemos apostado por abrir la unidad, para que las madres, además de mantener los vínculos afectivos con sus hijos, puedan convivir con el personal de enfermería y aprender todos los cuidados necesarios para sus niños. El tiempo que el niño pase fuera del vientre de su madre y esté en el hospital, la madre tiene que hacer su papel que es cuidar de su hijo”.
Los niños prematuros necesitan del calor y el cariño de sus padres, por eso el equipo de profesionales trabaja tanto con el menor como con los padres, para evitar
que en los padres se produzca rechazo y miedo al cuidar de sus hijos que son muy pequeños o que están enfermos. “Hay padres que no quieren implicarse porque les da respeto, se les da la opción. Cuando ven que están cuidando de su hijo, normalmente, suelen implicarse porque somos profesionales y tratamos a los niños lo mejor que podemos, pero no somos sus padres ni podemos darles el arropo que ellos necesitan. A los padres le hace sentir bien, porque ayudan a cuidar a su hijo y eso beneficia mucho a la relación entre padres e hijos y en la recuperación del niño. Y es algo que se había perdido en las áreas de hospitalización neonatal, la cercanía de los padres con los niños. Intentamos que el proceso sea lo más natural posible”, asegura el enfermero.
Para que todo este proceso de conexión entre bebés, equipo médico y padres se fraguase ha sido fundamental el papel de una voluntaria, Raquel Gómez, que es
psicóloga y que es el nexo de unión entre los distintos perfiles. “La principal duda de los padres va en relación con el desarrollo del bebé; en qué medida va a cambiar su vida y cómo van a afrontarlo; cómo va a afectar en su situación de pareja. Intentamos hacer menos traumático el proceso a los padres y que no tengan miedo a mantener la relación con su hijo mientras estén hospitalizados, participamos como medio cauce para que ellos afronten la separación”, cuenta la psicóloga.
Según nos ha contado, la separación es lo más traumático para los padres, que viven una situación de duelo cuando los hijos se quedan en el hospital y no pueden disfrutarlo como habían soñado durante el embarazo. “Ellos necesitan saber cómo está su hijo, tocarlo, tener contacto, por eso intentamos favorecer el contacto padre, madre e hijo. Además, rompemos el muro que suele darse entre los padres y los profesionales sanitarios a la hora de resolver dudas, dar el pecho, entre otras”.
Raquel asegura que gracias a este paso en la sanidad perinatal se ha favorecido a la protección del menor que solo conoce el cuerpo de su madre y sale al exterior completamente desconocido para él. “El contacto, el olor y el sonido de sus padres protege y fortalece al niño. El bebe necesita del apoyo de sus padres `para superar el estrés que le produce el estar separado de ellos”.
Además de trabajar con los padres, la psicóloga ha llevado a cabo una importante labor de formación en el equipo sanitario del área, ya que desconocían las habilidades emotivas y la situación de desafección tanto de los padres como de los niños hacia ellos, es decir, para poder humanizar el proceso y saber cómo afrontar los cambios y las relaciones con los padres.
“Formamos a las enfermeras para que se abriesen a los padres y no los viesen como amenaza a su trabajo y para que trabajen conjuntamente. También hicimos un taller
para padres, para conocer cómo se sentían. De ahí surgió la idea de que yo viniese a acompañar, cada jueves, a los padres”, cuenta.
Desde el pasado mes de mayo, la Unidad de Gestión Clínica de Pediatría del Complejo Hospitalario Universitario de Huelva lleva trabajando para poder instalar este novedoso sistema que ya está en funcionamiento de manera efectiva desde hace 3 ó 4 meses aproximadamente.
Salomé es la mama de Pablo, un bebé de un mes que se encuentra hospitalizado, y una de las beneficiarias de esta nueva línea de cuidados que ofrece el área neonatal del hospital Juan Ramón Jiménez. “Mi hijo nació prematuro, con 36 semanas, pero tuvo que ser hospitalizado por un resfriado. Al principio fue desgarrador porque solo podía verlo quince minutos y no estaba informada de lo que ocurría a no ser que hablase con el doctor. Desde que estoy aquí, mi marido y yo pasamos el día cuidando del niño. Le he puesto aerosoles, le hablo, lo limpio, aunque no me entienda es importante que él escuche mi voz, darle cariño, que lo nota”, cuenta la mujer.
“Aquí tienes información durante 24 horas, del médico y de las enfermeras. Ves como lo tratan y lo cuidan y eso da mucha confianza a las madres. En ese tiempo que se supone que el niño tiene que estar con su madre y resulta que te alejan de él, porque necesitan de cuidados, es muy duro. Aquí podemos hablarles y darles calor, eso es muy importante porque ellos solo conocen tu vientre y el tiempo que han pasado allí. No conocen su entorno y la única referencia que tienen es tu voz que la han estado escuchando durante nueve meses, es lo único que les une con la realidad. No se puede romper el vínculo total y más cuando están malitos, que es cuando más necesitan del calor de una madre”, asegura Salomé.
De esta forma la medicina en Huelva da un paso más para hacer de procesos estresantes un acercamiento a lo natural y a lo humano, además de romper el muro que separa, en muchos casos, a los profesionales de los pacientes.
1 comentario en «El nuevo área neonatal, una apuesta por afianzar el vínculo emocional entre los padres y los bebés»
Gracias una y mil veces. Fui madre de dos hijos prematuros, en distintas fechas, uno estuvo en incubadora tres meses con 1,300gr. de peso y el otro menos tiempo.
Es una experiencia que no le deseo a nadie. Por ello se de que hablo al dar las gracias por todos los padres e hijos que se verán beneficiados de un proyecto tan generoso. !Aupa la Sanidad publica y sus trabajadores !