El Club Inglés de Riotinto, pionero en la práctica de diversos deportes en España, cumple su 135 Aniversario

Mari Paz Díaz. La presencia británica en Huelva, tras su llegada para la explotación de las minas de Riotinto, influyó en muchos aspectos de la vida de los onubenses. Y no sólo a nivel económico, sino también en otros ámbitos, como la sociedad y la cultura.

Tanto que Minas de Riotinto fue la referencia en diversas cuestiones, teniendo en cuenta que los ingleses crearon en Huelva unas estructuras que imitaban a las que existían en su país. Fue así como nació el Club Inglés de Bellavista, creado a raíz de llegada de la Río Tinto Company Limited a Huelva en 1873. Y es que una de las primeras decisiones de la empresa fue la configuración de un club en el que los técnicos y directivos de la entidad pudieran pasar sus ratos de ocio y practicar deporte. Y así fue como en 1878 nacía esta entidad que está conmemorando su 135 Aniversario. Más de un siglo de historia que merecen ser recordados.

Para ello, hemos querido recupera un artículo realizado por Mª de la Cinta Regalado Ortega, Alfredo Moreno Bolaños y Aquilino Delgado Domínguez bajo el título de ‘Club Inglés de Bella Vista, Minas de Riotinto’. Un trabajo que, además, obtuvo el Premio Nacional Francisco Javier Ayala al mejor artículo de investigación.

Según este trabajo, al principio de la llegada a Huelva, los ingleses solían reunirse en sus propias casas una vez que finalizaba su jornada laboral, que solía desarrollarse entre 8 y 11 horas. Sin embargo, a partir de 1875, se incrementa la presencia de técnicos con la construcción del ferrocarril y la explotación de Filón Sur o Nerva, por lo que era necesario un nuevo espacio de encuentro, al tiempo que se fueron diseñando nuevas viviendas de estilo victoriano. El objetivo del centro sería la práctica de deportes, teniendo en cuenta que era una actividad que desde mediados del siglo XIX alcanzó una gran importancia en Inglaterra, impartiéndose en los colegios público y universidades.

De esta forma, en 1878 se constituye el que se llamaría el Río – Tinto English Club. Su primera sede -que cambió en varias ocasiones a lo largo de su historia- fue la calle Sanz nº 2 de Río, estando entonces restringido para los técnicos varones de la Riotinto Company (RCTCL).

Los primeros deportes que comenzaron a practicarse en el club fueron el cricket, el polo, el foot-ball y el lawn tenis «que, junto con el billar, han sido siempre practicados durante toda la historia del club», según recogen los investigadores. Poco tiempo después, a partir de 1881, se incrementa el número de trabajadores con la apertura del Filón Norte o North Lode, dando lugar a la construcción del conocido entonces como Valle de los Ingleses y que, a partir de 1883, sería denominado Bella Vista. Se trataba de un barrio con varias casas adosadas.

Es más, según afirman estos investigadores, «existen evidencias datadas suficientemente para determinar el inicio de deportes como fútbol, cricket, croquet, polo, tenis, billar, squash, golf, bádminton y deportes náuticos tanto en apuntes contables como en fotografías y planos, así como nombres relevantes del Staff participando en competiciones de los deportes mencionados. Deportes cuya práctica estaba condicionada a la colonia británica (1873-1954), aunque el fútbol, billar, golf y tenis, fuese en el tiempo también practicado por los propios habitantes del pueblo».

En general, el fútbol y el tenis fueron los que más arraigaron en Huelva porque estaban entre los deportes practicados por la población local, como hemos comentado, a diferencia de otros, como el cricket. Prueba de ello es la organización del primer campeonato de la Copa del Rey de tenis de Huelva, celebrada en 1912. Es decir, que aunque Huelva haya trascendido como cuna del fútbol, existieron otros muchos deportes que comenzaron a practicarse por primera en España en Minas de Riotinto. Fue el caso del golf, el squash e, incluso, parece que el bádminton. 

Por otra parte, las familias que llegaron a Bella Vista demandaron un lugar de encuentro que no les obligara a tener que ir hasta Riotinto para hacer deporte. La solución vino con la realización de un pabellón de madera utilizado por la RTCL en la Exposición Nacional de Minería y Artes Metalúrgicas celebrada en Madrid en el año 1883. Se cambiaba así la sede del Club Inglés, con la posibilidad de introducir nuevos deportes, como el golf, al tiempo que se mejoraban las instalaciones deportivas de forma generalizada.

La comunidad inglesa fue asentándose cada vez más en el barrio de Bella Vista. Esta tendencia obligará a abandonar la primera sede del club y a mejorar la construcción de madera. La nueva sede se instaló en la calle Elhuyar, una adaptación que finalizó en 1913. Lo que sí es importante reseñar es que desde 1903 el club se mantiene en su edificio actual.

En los años veinte y treinta, la población británica prácticamente vive en su totalidad en Bella Vista, por lo que se incrementan las actividades lúdico–deportivas en la zona.

Pero, aunque su finalidad era deportiva principalmente, el Club Inglés era mucho más que eso. También era el lugar en el que se producían las reuniones más importantes de carácter civil y político durante la presencia británica en Río Tinto. Desde consejos de administración de la empresa a encuentros para analizar las reivindicaciones laborales de los trabajadores de la mina tenían lugar en este emplazamiento. La celebración del cumpleaños de la Reina Victoria, la entrega de alguna medalla o reconocimiento, el fin de alguna guerra… Todo cuanto fuera algún acto de importancia se celebraba en la sede del club, incluidos los bailes y otros actos lúdicos.

De la misma forma, el fomento de la cultura era otra de las bazas del centro, sobre todo, aquellas que estaban relacionadas con la música, la pintura y el teatro, sin olvidar la sala de lectura, que contaba con una interesante biblioteca. Es más, en 1917 fue necesaria la ampliación de la biblioteca ante la demanda de los socios.

Con todo, a partir de 1954, aunque la propiedad de las minas pasó a manos españolas, el club seguirá siendo exclusivo de los directivos y técnicos de las diversas Compañías y sus familias. Así fue hasta 1995, cuando se produzca la apertura a todos los que deseen hacerse socios con la finalidad principal de la práctica de los deportes, el fomento de la cultura y pasar los ratos de ocio. Una historia que ha justificado que este club de Bella Vista haya sido declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Sitio Histórico. Felicidades en este 135 Aniversario.