Miguel Ángel Velasco. Fernando Vergel, en su calidad de Vicedecano del Colegio, fue el encargado de abrir el acto con una sinceras y fraternales palabras hacia el compañero homenajeado en donde glosó su figura humana y profesional y al qué llegó a calificar, por el conjunto de atribuciones que reunía, como un verdadero genio dentro del mundo del Derecho, del campo de la Abogacía y de las relaciones profesionales en general. Posteriormente, Antonio Pérez Pedraza, como Secretario colegial, leyó la Orden por la que se concedía al Letrado la Cruz de San Raimundo de Peñafort por los más de 50 años de ejercicio y práctica del Derecho, entonces, cuando realmente se le fue concedida, y a las numerosas muestras de afecto y consideración, a través de misivas, que ha recibido de Altas Instancias Judiciales y Órganos Camerales del Estado.
La Mesa Presidencial estaba compuesta por el ayer homenajeado, Juan José Domínguez Jiménez, franqueado por Carlos Lesmes, Presidente del Consejo General del Poder Judicial, que fue el encargado de entregarle la Gran Cruz, y Javier Barreda, Vicepresidente del Congreso de los Diputados, que lo hacía en calidad propia y como colegiado y en representación de Jesús Posada, Presidente del Congreso de Diputados. Igualmente la componía representantes del Colegio y del Consejo General de la Abogacia de Andalucía, el cordobés José Rebollo y miembros de la Magistratura y Judicatura con su Decano José Manuel Borrero, y Secretaría Judicial.
Asimismo, entre el público asistente, no faltaron a este homenaje personalidades del mundo económico, social y político de la ciudad encabezado por su alcalde, Pedro Rodríguez, el Subdelegado del Gobierno, Enrique Pérez Vigueras, el Delegado del gobierno en Andalucía, José Fiscal y representantes al completo del Cuerpo de la Fiscalía del Estado, así como de las Fuerzas de Seguridad del estado.
Pero sobre todo hay que destacar la numerosa presencia de Letrados de la provincia y fuera de ella, como la del Decano del Colegio de Sevilla, los que se confesaban amigos, discípulos y compañeros del maestro, de toda una cadena generacional en la que predominaban los colegiados de más edad.
En definitiva, todos los asistentes y ponentes glosaron la figura de Juan José Domínguez, de su pericia profesional y empatía publica.
“Era, es un hombre que, aparte de su fluida oratoria y de sus vastos conocimientos jurídicos y grande experiencia profesional, que enamora al cliente. Un hombre de pocos papeles y gran capacidad de trabajo y definición procesal. Un hombre capaz de asombrar a cualquier compañero cuando le veíamos llevar 3 casos seguidos en la Audiencia Provincial con apenas tres cuartillas por todo bagaje pero un inmenso e indiscutible caudal jurídico capaz de arruinar los alegatos de cualquiera de las partes.” en palabras de Fernando Vergel.
Pero hay una persona sin cuya nominación no sería posible cerrar esta crónica de urgencia, cuyo homenaje se prolongó hasta altas horas de la noche en un magnifico ambiente colegial y de amistad, que no es otra que la de su inseparable compañera y esposa. Su alter ego. Salud de Silva. Va igualmente por ti, Salud.