Sapiensity/@Sapiensity. Para que el cambio cultural deseado sea una realidad, debemos potenciar un sistema educativo que inculque el espíritu emprendedor e innovador entre los más jóvenes. Es por ello muy necesario que en todas las etapas educativas (primaria, secundaria, formación profesional y universitaria) se deban no sólo aportar conocimientos y fuentes primarias de recursos sino también formar a los estudiantes en las aptitudes, valores, referencias, beneficios, responsabilidad social y desarrollo personal necesarios para que puedan abrirse camino y adaptarse a las sociedades avanzadas con las máximas garantías.
En la estrategia de permitir lo anterior, se antoja de vital importancia centrar el objetivo de referencia en el personal docente, responsables políticos y familias sobre el potencial de las nuevas herramientas digitales actuales 2.0 y las redes sociales para la mejora de la educación y transmitir al alumno los valores del emprendimiento y la innovación, identificando experiencias reales cotidianas, cercanas, domésticas y viables que se vienen desarrollando con éxito en distintos centros y espacios educativos, públicos y privados, en nuestro país.
Las tecnologías y las redes sociales favorecen aptitudes innovadoras y emprendedoras. Las nuevas metodologías educativas basadas en el aprendizaje activo son interactivas y bidireccionales per se. Y una educación transversal en la innovación, que potencie un conjunto de competencias psicológicas como la conciencia de ser creativo, el autoconocimiento, la capacidad de introspección, una automotivación elevada, la curiosidad mental, la actitud transgresora, el liderazgo creativo, se consigue mucho mejor con sistemas colaborativos y bidireccionales.
La Web 2.0 y las nuevas tecnologías participativas y colaborativas como las redes sociales, las wikis, los blogs, podcasts…han permitido nuevas formas de aprendizaje y han generado un contexto adecuado para que los estudiantes desarrollen competencias como el pensamiento crítico, el trabajo colaborativo, la autonomía y la creatividad, que son especialmente afines a los valores de una sociedad innovadora y competitiva.
Además, las nuevas tecnologías aplicadas a la educación ayudan al desarrollo de nuevas capacidades y mejoran la motivación de los alumnos, que se sienten más identificados y cómodos en este entorno tecnológico que les es familiar desde su nacimiento y con el que se desenvuelven habitualmente en su vida diaria. Además, al ser los propios estudiantes quienes generan gran parte de los contenidos mejora su motivación y facilita el desarrollo en ellos de actitudes emprendedoras e innovadoras.
El reto de la sociedad del futuro relaciona una mejor adaptación al medio con personas flexibles y adaptativas. Lograr este tipo de personas flexibles para adaptarse a situaciones de continuo cambio, responder a los desafíos que la evolución de la tecnología, la cultura y la sociedad plantea, va a depender de la forma en que se vaya configurando eso que damos en llamar ciberespacio. No será lo mismo si el ciberespacio, de acuerdo con la concepción de Gibson en Neuromancien, acaba siendo un universo de redes numéricas y campo de batalla entre las multinacionales, núcleo de conflictos, con fortalezas de información secretas protegidas por explanadas informáticas, islas al fin, bañadas por océanos de datos que se metamorforsean y se intercambian a gran velocidad, o se convierte, por el contrario, en un espacio abierto para el intercambio mundial de ordenadores y de memorias informáticas, la tierra del conocimiento que constituye la nueva frontera por explorar.
Como se dijo anteriormente, debemos comprender que el ciberespacio no es sólo la red de redes Internet, sino todo lo que nos rodea y que ha sido desarrollado por la ciencia y la tecnología espacial. Desde el láser de nuestras impresoras, hasta los canales de televisión vía satélite, los teléfonos sin hilos, los modernos motores de nuestros automóviles, las tarjetas de crédito, los misiles dirigidos por ordenadores, y el empaste de dientes que utiliza el odontólogo (Sarasqueta, 1996). Ciberespacio es hoy ese entorno que representan nuestro universo exterior, el impacto que está teniendo en la mentalidad de las personas, y por lo tanto en el pensamiento y en las sociedades.
El ciberespacio supone, en fin, nuevas formas de educarse, vivir y producir. Y ello, condicionará, en gran medida, las posibilidades que las redes ofrecen para la educación. La incorporación de las tecnologías actuales de información y comunicación en los sistemas educativos adquiere su verdadero sentido en el marco de un ciberespacio que supone nuevas formas, también, de aprender.
Las redes de comunicación, debido a los avances y posibilidades brindadas por los avances en la tecnología física y programas de aplicación, introducen una configuración tecnológica que potencia este aprendizaje más flexible y, al mismo tiempo, la existencia de nuevos escenarios del aprendizaje. Del abanico de posibilidades que ofrecen podemos contemplar tres escenarios: Aprendizaje en casa, aprendizaje en el puesto de trabajo y aprendizaje en un centro de recursos de aprendizaje o centro de recursos multimedia, que resultan de los adecuados desarrollos llevados a cabo tanto desde la perspectiva del diseño de la enseñanza (perspectiva del docente), como desde el punto de vista de los ambientes de aprendizaje (perspectiva del alumno).
Lo fundamental aquí no es la disponibilidad tecnológica, también debe atenderse a las características de los otros elementos del proceso instructivo y en especial al usuario del aprendizaje. No son los mismos usuarios (no presentan las mismas necesidades de aprendizaje, las mismas motivaciones, la misma independencia, situaciones laborales y profesionales, las mismas condiciones y disponibilidades, etc..), o no pretenden los mismos aprendizajes, los que aprenden desde el hogar, que los que lo hacen desde el puesto de trabajo, p.e. Por otra parte, implica cambios en las claves organizativas en cuanto a combinación de los escenarios y la configuración de servicios integrados de aprendizaje. Estos nuevos servicios, fundamentados en el concepto de campus electrónico o campus en-línea, vendrían a integrar en un mismo sistema de distribución de la formación los tres escenarios descritos.
Se trata de nuevas formas de enriquecer y mejorar la calidad del curriculum y de la educación. En los servicios integrados de formación la tecnología puede enlazar profesores y alumnos de todos los niveles educativos -elemental, secundaria, superior.., así como de las empresas y la comunidad- y proporcionar una amplia variedad de experiencias, información, materiales y posibilidades de comunicación. Se trata, en definitiva, de incrementar las oportunidades educativas.
La utilización de las redes como instrumentos al servicio de la formación en experiencias de aprendizaje abierto, sean a cargo de una sola institución, sean mediante proyectos asumidos por consorcios de instituciones, ofrece un doble efecto: mejora y aumenta el acceso a las experiencias y materiales de aprendizaje a personas que tienen dificultades para el acceso a acciones convencionales y contribuye a una actualización y al desarrollo profesional del profesorado que participa en la experiencia.