Un profesor revoluciona un instituto de Punta Umbría con la introducción del ajedrez en el horario lectivo de forma pionera

M. P. D. La estrategia del ajedrez se pone al servicio de la enseñanza. Un binomio que está dando muy buenos resultados en el IES Bitácora de Punta Umbría, donde el profesor Julio Monge ha implantado un método pionero a través de este juego.

La iniciativa surgió casi de forma casual en septiembre de 2012, cuando algunos alumnos del centro comenzaron a jugar al ajedrez gracias a dos tableros. Entonces, el profesor Julio Monge solía sentarse a veces con ellos en el recreo, ya que siempre le había gustado el ajedrez, así que aprovechaba para jugar un rato y enseñarles algunas estrategias.

Aquellos momentos se fueron incrementando hasta el punto de que acabaron uniéndose a aquella actividad más y más alumnos, tanto que «tuve que ir comprando más tableros. Luego, con motivo del Día de Andalucía de 2013 organicé un pequeño campeonato y me encontré con que 40 de los 58 alumnos del centro se apuntaron», nos explica Monge.

La iniciativa fue a más y fue necesario crear un servicio de ludoteca en la Biblioteca del instituto. Según nos cuenta, «aquello fue un éxito. El recreo se quedaba vacío, así que organizamos otro torneo de final de curso con idéntico resultado».

Esta respuesta provocó que los profesores se plantearan la idea de incluir el ajedrez dentro del horario lectivo, usando para ello una de las horas de «libre disposición». Hubo mucho debate, pero al final los docentes destacaron las ventajas que tiene el ajedrez en la formación del alumnado de esta edad, por lo que de forma unánime se puso en marcha la materia de ajedrez en el IES Bitácora desde inicios del curso 2013/2014, impartida por el propio Julio Monge.

«Tiene una gran aceptación, tanto entre el alumnado como en las familias. Muchos padres y madres vienen a comentarme que sus hijos e hijas juegan con ellos, o con los abuelos, y que para Navidad han pedido ajedreces de regalo, en vez de consolas o bicis», comenta satisfecho el profesor.

Junto a las clases se han organizado ya varios torneos entre otros centros, como el IES Saltés, Alonso Sánchez o Clara Campoamor, en el que llamó la atención que de los 80 participantes, 40 eran del Bitácora.

Pero no se trata sólo de jugar al ajedrez. El docente nos cuenta que «no pretendemos que nuestros alumnos se conviertan en maestros. Lo que más nos interesa del ajedrez es la ética del enfrentamiento que hay detrás. Se trata de un combate, sí, pero sometido a reglas y a un protocolo que exige, primero y ante todo, un respeto total por el adversario. Por eso procuramos sacar el ajedrez de los tableros».

Además, «a los alumnos se les proponen problemas cada mes, que les otorgan puntos cuando los resuelven bien, y mantenemos unas listas de puntuación actualizadas. Cuando un alumno o alumna supera cierto nivel de puntuación se convierte en maestro, y se le invita formalmente en una ceremonia que recuerda a la investidura de los caballeros en la Edad Media: a final de curso, se le presenta ante todos los padres, madres y compañeros, debe leer un juramento y luego se le impone una insignia que puede llevar en las clases y que le identifica como uno de los jugadores «de élite» del Centro», puntualiza Monge.

Todo ello junto a otras actividades que unen juego con formación. Por ejemplo, han diseñado el proyecto de realizar un ajedrez gigante, cuyo tablero está pintado en el patio y de cuyas piezas se encargan en Tecnología y Plástica. E, incluso, han organizado una partida simultánea para final de curso con la colaboración del Club de Ajedrez ‘La Merced‘ con el objetivo de acercar el ajedrez a las chicas, a las que parece por el momento llamarles menos la atención.

Por el momento, el IES Bitácora ha obtenido el apoyo de la Federación Andaluza de Ajedrez, del Club ‘La Merced’ y del club de ajedrez de Punta Umbría, así como del Ayuntamiento de la localidad puntaumbrieña.

Todo ello unido a que otros institutos han mostrado su intención de imitar esta iniciativa y piensan ya en incluir el ajedrez en sus programas lectivos.

En definitiva, una propuesta pionera a nivel andaluz que ha llamado mucho la atención y que promete no quedarse aquí.