Miguel ángel Velasco. Próxima a la hora taurina de las cinco de la tarde todo estaba preparado ya en el centro comercial onubense Holea para que el numeroso público que comenzaba a acercarse por los alrededores del patio central del recinto de compra y ocio, pudiera disfrutar de casi tres horas de un auténtico espectáculo que pocos ojos hasta este momento han podido contemplar. El calor reinante no significó en ningún momento óbice alguno para restar un gramo de sabor y belleza a lo que estábamos esperando ver con impaciencia. Todo perfecto en su organización. El dibujo del montaje de la pasarela, el lugar, el sonido, la comodidad y la visión del mismo que, a pesar de la ingente multitud que congregó, no negó en instante alguno, su visibilidad diáfana. Incluso las escaleras laterales y las terrazas superiores y pasadizos a ellas se encontraban repletas de un personas expectantes que aguantaron estoicamente la larga duración de éste. Larga pero breve. Como las buenas películas se quería ver aún más.
Y es que no hay que olvidar que, al igual que en las mejores tardes de gran festejo taurino, estábamos ante un cartel demoledor e inmejorable. Seis grandes espadas de la Moda Flamenca nacional, seis. Y todos de Huelva. Esto supone un lujo difícilmente, o imposible, superable para cualquieras otras ciudades por mucho evento publicitario de alto standing económico y de caras afamadas que pongan en sus sillas. Y es que ello nos debe hacer llegar a una doble conclusión. Y sentirnos tremendamente orgullosos de ellas.
Primera, Huelva es la cuna de la Moda Flamenca. En ningún lugar del país pueden presumir de contar con las dos mejores “espadas” del mercado nacional e internacional. Y nosotros las tenemos. Las firmas onubenses “El Ajolí” y “Manuela Macías” no sólo marcan la tendencia del sector, sino que son puntos de partida del mismo. Y tener una plantilla, con visos de genialidad, como Santana Diseño, Revuelo, Micaela Villa o Atelier Rima es tener asegurados el arte del hilo y la aguja durante mucho tiempo.
Debemos ser conscientes que todos son onubenses, que en ningún lugar pueden presumir de tener de entre sus hijos tanto arte y ciencia, que nadie se puede llevar algo que nos pertenece, que el mercado de la Moda Flamenca debe y tiene que tener, no sólo la cuna, que eso es innegable, su proyecto y foro comercial en esta tierra.
Sacudirnos complejos, mejorar en la autoestima, conseguir esa ansiada hermandad que hoy ha tenido lugar, recabar ayuda de los poderes públicos y privados para incardinar y abanderar un proyecto que debe de presentarse como algo propio y natural. Huelva no sólo es la cuna del fútbol patrio. Huelva, además, y entre otras cosas, es la cuna del diseño y confección de la ropa flamenca. Si tenemos que ser chovinistas seámoslo. Por una vez y para siempre, seámoslo. Que se nos llene la boca de lo nuestro.
Y una segunda conclusión. El centro comercial Holea parece haber nacido con impronta de continuidad. No se trata de un centro más, abierto al albur de las oscilaciones y estrategias del mercado, sino que su proyección parece incardinarse poco a poco con el sentir de la tierra, con el querer de sus ciudadanos. No se trata de un conjunto de tiendas varias sin más, se trata de un conjunto homogéneo de comercios que sabe actualizarse en todo momento, no estancarse de forma individual y arbitraria. Dar rienda suelta a la imaginación, saber atraer, entretener y hacer disfrutar y soñar a las cientos y cientos de personas que hasta allí se desplazan es ya un mérito añadido. Y hay que decirlo. El centro comercial Holea se está convirtiendo en el referente de las tardes onubense para sus ciudadanos y para otros muchos que vienes de otras fronteras o límites provinciales, renovándose y haciéndonos entender que con poco se puede hacer mucho. Enhorabuena a sus dirección por su gestión hasta ahora.
Había hablado por teléfono esa misma mañana del sábado con Susana Jiménez, de la firma “ El Ajolí”. Quería hacer un reportaje informativo muy distinto al que estoy escribiendo, centrarme en las sensaciones de las partes actuantes en el desfile. En todo el trabajo y problemática que se suscita desde que se inicia hasta que termina. Desde diseñadores expositores, de modelos, de peluquería y maquilladores, de músicos o técnicos de sonido y gestores del Acto. Su voz estaba marcada por el cansancio pero como siempre solícita y amable. No dudó ni un instante de ofrecerse a mi solicitud y tres horas antes del comienzo de la pasarela ya estaba sumergida entre volantes en el stand con su inseparable e insustituible Juan Tomás. Era su última presentación de la temporada después de haber recorrido toda la geografía provincial y vecinas con sus modelos a cuesta en un alarde de profesionalidad. Ser el primero en el escalafón no hace rebajar a la Firma un ápice de su seriedad y bien hacer. Programando, revisando, clasificando, explicando el cómo y el porqué; nada se queda al azar para esta señora de la Moda que, junto a su inseparable escudero Juan Tomás, demuestran día a día la razón por la que se encuentran en el lugar de privilegio donde se hayan. Nada es regalado, todo es puro mérito y trabajo. Su desfile simplemente supremo, en color, en forma, en diseño, en elegancia. Bandera de banderas.
En realidad, todo era una sucesión continua de sensaciones. Es como si a un “quite” del primero saliera el segundo o el sexto y lo hiciera igual o mejor. Nuestras firmas han demostrado que son inigualables y que su estado de imaginación y creación, óptimos. Los colores más hermosos mezclados con lunares y estampados de ensueños, volantes y mangas amplias y voluminosas, blusas listadas y mezclas… Muchas mezclas de colores que sabían a olores primaverales, mágicos, que hacían creer como naturales las flores que remataban las recogidas cabelleras. Un efecto visual único y sobresaliente. Revuelo, Atelier Rima, Manuela Macías, Micaela Villa y Santana Diseño desparramaron sobre el lecho anaranjado de la pasarela toda una enciclopedia del arte de la costura y de la confección hasta la extenuación. Francisco Javier Santana, joven lepero que va por el camino cierto del doctorado, nos decía sentirse agotado después de una campaña dura, pero confortado por el hecho de que sus diseños eran cada vez más conocidos y aceptados. A este hombre que empezó como ayudante del taller de su madre y hermana, el trabajo y la constancia le está devolviendo el pago a su esfuerzo. El éxito.
Sería tremendamente injusto ceñirme a uno u otro diseñador, a una u otra colección. Todas son insuperables. Todas tienen un estilo y una marca propia de la Casa, aunque para el lego puedan parecer igual o similar. Nada más lejos de realidad. Los rostros de las cientos de señoras que se agolparon para deleitarse del mismo marcaban diferentes y distintas muecas en la observación particular de cada uno de ellos.
Y tampoco tenemos que olvidarnos de las modelos de los diferentes conjuntos. Verdaderas profesionales de la pasarela que soportaron las casi tres horas ininterrumpidas de pases sin perder esa frescura y jovialidad que las marcan. Jóvenes, bellas y de Huelva. De igual forma, de auténtica lección podemos denominar la actuación del grupo flamenco Azalea. Dos chicas a las voces, dos guitarras y un cajista que, a pesar del fuerte calor reinante, no perdieron en ningún momento el ritmo y el torrente musical y de voz que no cejaron durante todo el Acto. Preciosas y melodiosas voces, con garra y fuerza y tremendo acompañamiento musical. La guinda del pastel vespertino.
Sería injusto acabar sin reseñar la actuación, como presentadora del evento, de Toñi Alfonso. Voz clara y rítmica, alegre, que supo en todo instante coordinar los momentos de presentación y pase haciendo de complemento adecuado entre uno y otro. En fin, una tarde para soñar y retener en la memoria. Pero también una tarde para pensar y reflexionar sobre las conclusiones arriba expuestas.